No sólo de «www» vive el parado

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Veo que el post último realizado sobre las Webs de empleo ha causado cierto revuelo, aunque me consta que era «vox populi» y lo que ocurre es que a lo mejor no se había escrito sobre ello poniendo los puntos sobre las «ies» y confirmando lo que ya se sabía.

Tenía pensado darle algo de continuidad en un futuro, pero «hete aquí» que tras un artículo aparecido en el la edición impresa de El Mundo, en el suplemento Ariadna, que es portada y segunda pagina, de fecha de 24 de mayo de 2009 (estoy intentando buscar el link para enlazarlo), he decidido que es buen momento profundizar en el tema ahora, en caliente. Porque el título se las trae: «Olvídese de las colas, el trabajo ahora se busca en la web».

En este artículo se habla de las bondades de las «www» y de las redes sociales como una medio necesario para sustituir las largas colas del INEM y que son el futuro. ¿Para quién son el futuro, para sus creadores o para los pobres infelices que se registran en ellas? El artículo sería correcto si se dedicase a realizar un somero análisis sin entrar en opiniones subjetivas ni en comparaciones con las oficinas del INEM actuales (ojo!! que que soy de los que opinan que no son Oficinas de Empleo, sino que son Oficinas del Paro).

Además digo yo, que si el objetivo principal de este artículo era el de informar sobre las ventajas de las webs de empleo y las comunidades profesionales, lo menos que debería es nombrar los inconvenientes que tienen o los vicios que arrastran en su funcionamiento. Pero esta segunda parte brillaba por su ausencia.

No es por pecar de soberbia, pero antes de proceder a un ensalzamiento (¿gratuito?) de las webs de empleo, era bueno que hubiesen leído el artículo de la semana pasada y hubiesen hecho «acto de contrición».

Y no creáis que soy un anti-nuevas tecnologías, nada más lejos de la verdad. Siempre he roto una lanza a favor de todo lo que supongan avances tecnológicos, pero no se que pasa, que todo avance es bueno hasta que llega la figura del hombre y quiere sacarle negocio del mismo y va y «lo echa a perder». Los avances son buenos y necesarios, pero siempre existe la picaresca que los quiere usar en su propio beneficio (en este país somos así).

Es curiosa la coincidencia de protagonistas entre este artículo y el mío, dado que nombres de los que aparecen en el da la casualidad de que están en el experimento que he realizado.

Pero como se suele decir, «todo depende del color con que se mira» y «de los ceros de la nómina a fin de mes», y claro está, como yo no tengo de esto, soy libre de opinar sin encontrarme mediatizado.

Hasta aquí, la parte destructiva de este post (no por ello lo que viene ahora va a ser poco atractivo).

Como no me gusta ser negativo, vamos a darle una vuelta a la tortilla a mi entrada de la semana pasada, a esta y al artículo de El Mundo.

Imaginemos que somos cada uno de nosotros un profesional por cuenta propia, o sea, un autónomo y que lideramos nuestra actividad que consiste en : «Encontrar trabajo».

Claro está que cada uno es libre de desarrollar su actividad profesional como le de la gana, pero si el objetivo es conseguir un empleo, intentaremos obtener todas las armas que estén en nuestra mano para conseguir el trabajo buscado.

¿Cómo podemos obtener información de las ofertas de trabajo que hay?

Las vamos a dividir en 3 grupos:

1º) Fuentes «www», comunidades virtuales, así como webs de organismos e instituciones de interés a las que no podemos acceder de forma física.

2º) Fuentes en prensa escrita, boletines periódicos y medios similares.

3º) Tu propia red de «Networking» (o sea tu red de contactos).

Como líder de tu proyecto empresarial (a la sazón, encontrar trabajo), y como ocurre en cualquier actividad empresarial o profesional, el tiempo es un bien escaso, por lo tanto no se puede abarcar toda la información de la que disponemos y debemos de aprender a discriminar.

¿Cómo está el mercado laboral actualmente?

Según publica el INE (Instituto Nacional de Estadística), casi un 80% de las demandas de mano de obra para cubrir puestos de trabajo no salen al público.

Como empresario que soy y mi objetivo es encontrar empleo, ¿como priorizaré mi actividad?

Dedicaré mi tiempo en pura lógica a las acciones que más éxito me puedan reportar.

Miremos la información de la que disponemos. El 1º y 2º grupo antes indicados, recogerían el 20% de las ofertas de empleo que salen al público. Mientras que el grupo 3º es mejor utilizarlo para captar ofertas del 80% que no salen al público.

Desde que el mundo es mundo, siempre ha habido que priorizar. Por lo tanto, tu mayor esfuerzo como empresario que busca empleo es el de «movilizar» tu red contactos y ampliarla lo máximo posible, con el objetivo que estas ofertas que no salen al público lleguen a tu área de influencia. Tu «Red de Networking» es fundamental. Cultívala a nivel personal y si quieres poténciala con los portales de internet abiertos con este fin.

Emplearé la autocandidatura, es decir, me presentará a mi mismo y a mis servicios a una empresa intentando ser de su interés.

Visitaré asociaciones empresariales, cámaras de comercio y todo tipo de empresa que pueda suponer una relación en mi networking.

¿Qué ocurre con el 20% de las ofertas que si se publican?

Si son en prensa escrita esto supone un desembolso para la empresa contratante, luego las ofertas suelen ser verdaderas en su mayor parte, puede que sean interesantes o no, pero existen en un % muy elevado. Buscaré el hacr un hueco dentro de mi actividad en mi «networking» para analizar estas ofertas que surjan.

Si son en portales de empleo, como Infojobs, Infoempleo, Monster,…, y similares, parto de la idea de que gran parte de las ofertas no existen, son mentira para captar información de los usuarios y en algunos casos para hacer candidaturas inversas.

O sea, que de el 20% de las ofertas que si salen al público, pongamos que un 5% salen en prensa escrita y un 15% en portales de empleo. Si tengo en cuenta que muchas de estas son mentira, ¿a qué opción dedicaré mas esfuerzo? a la prensa escrita, donde con casi toda seguridad serán verdaderas.

Y retomando el artículo de El Mundo y su «esplendoroso» título, ¿qué me está diciendo, qué mejor que hacer cola en la oficina del INEM es buscar por internet? No será que las colas afean el paisaje de las ciudades y además permiten ver al resto de la ciudadanía que la cosa va mal.

Lo mismo opinaba el pueblo alemán durante la IIWW, «¿qué hay problemas con los judíos? , pero si no los hay, ¿cómo va a haber problemas?».

Solo falta que se deporte a los desempleados, así acabaríamos con las estadísticas del paro.

El artículo de este periódico, simplemente me parece «un brindis al sol» y lo único que busca es que la gente se busque las habichuelas sin apuntarse al INEM, que con internet cada uno en su casita, no se ven a los desempleados por las calles. Si no se ve el problema, no existe.