En liderazgo también se habla de sueños

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El jueves 2 acudí a una conferencia en Coruña sobre liderazgo, “ Los factores +: Ganando el futuro ”, de Jonas Ridderstrale , invitado por el Instituto de Estudios Económicos de Galicia Pedro Barrié de la Maza de la Fundación Barrié y Banco Pastor. ¿Qué decir del ponente? … increíble ¡!! Creo que toda la información que me habían pasado previa al evento se queda corta al ver a Jonas en acción.

Optimismo: superar los temores

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Al hilo del último post pubicado sobre los temores, voy a enfocar este otro desde el punto de vista del optimismo como método de superar temores y miedos.

Os definiré optimismo con este ejemplo:

La palabra crisis en coreano se escribe con dos caracteres chinos. El primero tiene un significado “riesgo”, y el segundo se interpreta como la oportunidad.

Desde este punto de vista, cualquier crisis o problema pude, ser visto en todo momento desde dos puntos de vista muy diferentes: uno optimista, que vera en el problema, la posibilidad de mejorar y como una oportunidad de experimentar un cambio positivo para el. Otro pesimista, que considerará un problema como algo insalvable y como algo perjucicial.

Lógicamente cualquier novedad conlleva la existencia de correr un riesgo, pero debe de ser visto también como la oportunidad de mejorar algo que hasta ese momento no iba «del todo bien».

El pesimista será dominado por los temores, siempre encontrará pegas a lo que hace, en definitiva, antepone el riesgo, el miedo y los temores, ante las oportunidades de mejora. Cree incluso que el esfuerzo de superar los temores no compensa el hecho de que exista una posibilidad de mejora, llegando incluos a hacer que eesta persona no haga nada frente al problema.

Muchas veces, el positivo y pòr lo tanto el optimista es aquel que busca sus propias oportunidades, siendo o actuando de una forma proactiva, enfrentándose a los temores, superando obstáculos y viendo a estos como metas necesarias que se deben de superar para conseguir el objetivo final. El pesimista, cree que este esfuerzo no vale la pena, por lo que sus temores hacen que el problema sea insuperable.

No hay nada malo en no tener éxito: si no logramos lo que nos proponemos, es porque nos espera algo mejor todavía: ¡¡Eso es ser optimista!!

Y por otra parte, el temor no tiene sentido ¿por que temer a algo porque suponga un cambio? Toda posibilidad de cambio es sinónimo de oportunidad de mejora. Esa s la mejor forma de enfrentarse a los problemas que muchas veces son tales, porque nosotros los queremos ver así.