Tras la noticia de hoy que me ha dejado claro que esto se hunde mientras los músicos del Titanic siguen tocando de que España perdió población en 2012 por primera vez desde el año 1971, me ha hecho reflexionar sobre un emprendedor del que oí hoy su historia. Este emprendedor tenía un proyecto empresarial vinculado a…
Lo digo como lo siento, aunque me de pena. Por mucho que siendo coach quiero ver el lado positivo de las cosas, la verdad es que no se lo logro encontrar, y si eso es lo que yo pienso, no quiero ni imaginarme lo que pensarán otras personas. En este blog en el 2008 me…
Toda la información que ha salido a la prensa esta semana pasada y como los políticos se lo han tomado me ha llevado a tomar la decisión de hacer este artículo. Ademas he hablado esta semana con varios profesionales freelance que se dedican a lo mismo que yo y hemos llegado a las mismas conclusiones…
La actual crisis económica mundial ha sacado a la luz con crudeza la absoluta falta de liderazgo en materia de política de empleo, tanto en España como en el resto del mundo. En este terreno hay tres claros protagonistas: Gobierno, sindicatos y empresarios.
Antes de hablar del papel de los agentes sociales hay que subrayar o incluso poner sobre la mesa que el Ejecutivo tiene como principal papel el de gobernar. Esto implica que, a pesar de que es muy saludable que ejerza su acción de mando con el mayor consenso posible, sin embargo, en momentos críticos como el actual debe tomar el timón, animando, proponiendo y, cuando sea necesario, disponiendo lo más apropiado para el interés general. Todo esto es tarea inherente al Estado.
Ahora mismo, nos encontramos en momentos muy críticos y, por supuesto, será necesario implementar medidas quirúrgicas e impopulares, pero precisamente es en estas circunstancias cuando se mide la verdadera talla de los líderes sociales y políticos. Es muy humano que nadie quiera hacerse a sí mismo una operación quirúrgica, pero un médico sensato deberá aconsejar e incluso obligar a hacerla para mejorar al enfermo.
España ha atravesado unos años de bonanza económica, en los que ha sido muy fácil ejercer tareas de gobierno y consensuar voluntades, pero ahora que el mar está revuelto, el capitán de la nave y el resto de la tripulación que dirige deben dar el do de pecho. Qué duda cabe que todos desearíamos el máximo bienestar social, pero la responsabilidad debe exigirnos valorar las contrapartidas no sea que lleguemos a practicar el viejo dicho castellano de «pan para hoy y hambre para mañana». Por desgracia, esto es lo que puede ocurrir si solamente se toman medidas de complacencia popular.