9 formas con éxito seguro de destruir la moral del empleado

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Hay mucho más en ser un jefe que simplemente decirle a la gente qué hacer. Se trata de ganarse la confianza y el fomento de una verdadera relación con sus empleados, de forma que haya una confianza mutua para que las cosas puedan ser hechas.

Desafortunadamente, muchos gerentes no se preocupan por la moral de sus empleados, y los acucian por cualquier medio necesario. No se dan cuenta que todo tiene un impacto en cómo funciona tu empresa y, puede tener un gran impacto en tu productividad , capacidad para retener el talento y tu resultado final.

No hay un método para todos ya que cada empresa tiene una cultura corporativa diferente y cada director tiene su propio estilo, pero hay cosas que deben evitarse en la mayoría de las situaciones si quieres que los empleados no odien ir a trabajar todos los días.

Aquí hay nueve formas garantizadas de arruinar completamente la moral del empleado. Muchas de ellas se reducen a dos ideales básicos: trata a tus empleados con respeto y dignidad y así te trataran ellos a ti.

El «ser» altruista

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El filósofo francés Auguste Comte acuñó la palabra «altruisme» en 1851 y ésta fue adoptada luego por el castellano. Muchos consideran su sistema ético (en el que los únicos actos moralmente correctos son aquellos que intentan promover la felicidad de otros) algo extremo, lo que llevó al desarrollo de la acepción de que es aquella conducta que beneficia a otros, que es voluntaria y que su autor no anticipa beneficios externos.

Esta pequeña historia espero que os sirva de reflexion:

Una noche, a las 11:30 p.m., una mujer afroamericana, de edad avanzada estaba parada en el acotamiento de una autopista de Alabama, tratando de soportar una fuerte tormenta.

Su coche se había descompuesto y ella necesitaba desesperadamente que la llevaran. Toda mojada, ella decidió detener el próximo coche.

Un joven blanco se detuvo a ayudarla, a pesar de todos los conflictos que habían ocurrido durante los 60. El joven la llevó a un lugar seguro, la ayudó a obtener asistencia y la puso en un taxi. Ella parecía estar bastante apurada. Ella anotó la dirección del joven, le agradeció y se fue.

Siete días pasaron, cuando tocaron la puerta de su casa. Para su sorpresa, un televisor pantalla gigante a color le fue entregado por correo a su casa. Tenia una nota especial adjunta al paquete. Esta decía: “Muchísimas gracias por ayudarme en la autopista la otra noche. La lluvia anegó no sólo mi ropa sino mi espíritu.

Entonces apareció usted. Gracias a usted, pude llegar al lado de la cama de mi marido agonizante, justo antes de que muriera. Dios lo bendiga por ayudarme y por servir a otros desinteresadamente. Sinceramente: La Señora de Nat King Cole.”

No esperes nada a cambio y lo recibirás!!!!