Hoy va esta reflexión para aquellos que estáis desempeñando la función de Community Managers en cualquier organización.
Todo el mundo que entra en los social media busca, cuando menos, su hueco de atención, un punto donde poder compartir y sentirse escuchado, querido o incluso reconocido. Aquellos comentados 15 minutos de gloria, con la llegada de los nuevos medios de comunicación social han podido ser conseguidos por mucha gente.
Sin embargo, al calor de los social media han aparecido profesionales de los mismos como es la figura de los Community Manager.
En este sentido, esta profesión simboliza (entre otras muchas cosas) el ser la imagen, ojos, oidos y voz de una organización, empresa o un colectivo, con lo cual los 15 minutos de gloria personales deben de quedar aparcados para conseguir los 15 minutos de gloria de la cuenta que Community Manager gestionas.
¿Qué piensa un Community Manager que el trabajo que se le ha encomendado es un éxito pero que no obstante el no es reconocido en persona sino que el premio se lo lleva la cuenta que gestiona?
Si reconocemos que como humanos que somos buscamos nuestros 15 minutos inolvidables, ¿qué ocurre cuando los tenemos pero no se nos atribuyen personalmente sino que más bien son reconocidos en la sombra?
Efectivamente por la cabeza de un Community Manager pasa la alegría y el orgullo de saber que su trabajo está bien realizado, pero a la vez pasa sin duda el hecho de que en realidad no mucha gente suele saber quien está detrás de esa cuenta o de esa figura de CM. ¿Qué ocurre con el ego como persona del CM? ¿Basta con el reconocimiento público a su trabajo y no con el reconocimiento a su persona?
Todos esto os preguntaréis a que viene y os lo comento. Y es que hoy el primer día que la cuenta de una organización que yo gestiono en Twitter ha conseguido alcanzar en seguidores a mi cuenta personal, y era algo que me llevaba tiempo dando que pensar, si me afectaría en algo. Y realmente he de decir que me ha afectado para bien.
El ver nacer una cuenta de Twitter como es este caso y verla crecer hasta superar a mi cuenta personal en número de seguidores es algo que alegra y llena de orgullo, con independencia de que sea o no reconocido por otros.
Es algo tuyo que has visto crecer, no diría como un hijo, pero que si sabes a ciencia cierta las horas y trabajo que has dedicado para que llegue a donde ha llegado.
¿Celos? Para nada. Incluso deseando que empiece a sacar ventaja a mi cuenta.
Y es que tras esta reflexión creo que he visto claro que uno de las cualidades que debe detener un Community Manager es la de la ‘generosidad’, pero entendida como falta de egoismo y narcisismo. Y es fastidiado, porque pasa como en los entrenadores de fútbol, si la cosa va bien, el equipo gana, pero si la cosa va mal, el entrenador se va a la calle, algo similar a lo que le puede pasar a un CM.
Yo podría daros ejemplos de CMs de organizaciones y empresas cuyas cuentas personales en Twitter por ejemplo, tienen muchos más seguidores que las corporativas. ¿Significa eso que es un buen o mal CM? A mi modo de ver no.
Lo que indica quien es un mal o un CM es la forma de actuar desde ambas cuentas y ahí doy fe de que hay auténticos CMs con cuentas que no tienen muchos seguidores y viceversa (ojo que el tener muchos o pocos seguidores no es indicativo de nada hoy en día).
Me gustaría que cualquiera de vosotros que sois CM me diérais vuestra opinión.
Hola, José Luis
Estoy actuando como CM de un pequeño negocio local y estoy manejando, a nivel personal, la cuenta de la Parroquia del pueblo donde vivo.
Te estás refiriendo a un desafío que enfrentamos como gestores de comunidades para cualquier empresa. Creo que la única forma de no sentir esa sensación, es si eres empleado de la propia cuenta que estás manejando, porque de otro modo, es difícil.
A mi me pasó, cuando ví la página de Facebook de mi cliente superar la cantidad de «fans» de mi propia página. Por un tiempo, no sabría decirte cuanto, tuve la sensación que tu comentas, pero luego volví al concepto básico de esta nueva actividad: el reconocimiento es para la empresa, y si lo haces bien, le empresa crece. Es precisamente como el entrenador de fútbol.
¿Qué te pueden echar a la calle o quitarte la cuenta que gestionas? Pues me imagino que es una alternativa que estará allí toda la vida, igualmente cuando estás trabajando bajo contrato para un tercero, ¿no? La bota siempre está allí para echarte a la calle.
Sin embargo, si has sabido cultivar la relación con tu cliente, si has demostrado ser un profesional capaz de alcanzar lo que se propone (como ha sido mi caso), de guiar a la empresa hacia el logro de los objetivos planteados desde un principio, de mostrar pasión, dedicación y entrega en lo que haces, nada de esto tiene que pasar y, al contrario, puedes encontrarte o bien con un cliente que te recomienda con otros, o con una empresa que no te cambia por otro empleado, ni por todo el oro del mundo.
Gracias por compartir con sinceridad esa sensación, que imagino que ha tocado a muchos, pero pocos han tenido la valentía de compartirla, como lo has hecho tu.
Feliz día 😀
Gracias a ti amigo Joel. Te confirmo que ha pasado muchas veces y cada uno lo toma de una forma distinta 🙂 Lo cierto es que un CM debe de tener cierta perspectiva de lo que hace y donde está, por eso hay mucho CM y pocos realmente meritorios y notorios. Lo que hay que conservar es una ética con lo que se hace tanto como CM profesional como tu cuenta personal ya que eso es lo que da credibilidad en lo que haces (de hecho voy a hablar sobre eso mañana o pasado en RRHH) 🙂
Estupendo tu artículo. En mi opinión un CM es una persona al servicio de los demás, que debe estar convencido de que lo que va a posicionar en el mercado es bueno para el resto. Visto así el ego tiene una recompensa silenciosa pero que proporciona mucho calorcito tanto si los demás saben que quien está detrás eres tú como si no.
Buenas noches Mercedes.
Tienes razón, sabes que está ahi como un cirujano, pero si te opera que salga bien con independencia de como se llame 🙂
Es una profesión con un alto grado de altruismo, aunque por desgracia lo que se ve por la red a veces es justo lo contrario en alguno, un exceso de narcisismo 🙂
Un saludo