Los hijos pagan los pecados de sus padres: #spanishrevolution

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Cada tres años cambiamos de coche, vacaciones de verano y de invierno, segunda residencia en la playa,…, todo esto no es tan lejano en el tiempo. Desde el año 2000 para acá, el ‘estado del bienestar’ era el consumismo ‘puro y duro’.

Mientras una generación, en la que me incluyo, se dedico a vivir por encima de sus posibilidades, algo que se está demostrando ahora, renunciamos a uno de los derechos que tiene cualquier persona, que es al de alzar la voz, si no puede ser de forma directa, por medio de sus representanrtes.

Engullidos por el ‘bienvivir’, nos daba igual lo que hiciesen los políticos siempre que no me afectase de forma directa. ¿Qué con 7 años en un cargo tienen dercho a pensión 100% cuando se jubilen? Me da igual. ¿Qué se duplican y triplican las adminstraciones públicas y sus gastos? Pues vale. ¿Qué vemos que la corrupción campa a sus anchas entre los políticos? Mejor, a ver si me todca algo a mi. Y así podría estar un buen rato.

La Universidad en España: otra gran mentira del Estado del Bienestar

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Una de las cosas que lleva aparejado el Estado del Bienestar es que sus miembros cada vez consigan estar mejor formados. Y en eso juega un papel importante el sistema educativo y por ende la Universidad.

El Estado del Bienestar es un término acuñado por muchos políticos para referirse a la mejoras que los ciudadanos hemos experimentado en las últimas décadas en materia de derechos, protecciones sociales, …, todos aquellos beneficios sociales que nuestros padres no disfrutaron.

Fruto de esto último, la Universidad se sobrevaloró en sus inicios, ya que así como en los años 60-70 solo realizaban estudios superiores los hijos de familias adineradas, ya en los 80-90, la Universidad se aburguesó y entre las becas y la necesidad de licenciados, cualquiera, aun el más tonto del pueblo, podía sacar una carrera universitaria.

Y como suele pasar en esta vida, cuando algo se hace accesible, deja de ser valorado como antes. Con lo cual paralelamente a lo anterior han surgido en competencia a la Universidad Pública, las Universidades privadas y las Escuelas de Negocio, a donde puede ir exclusivamente los de poderío económico considerable.