Los prejuicios: algo a eliminar

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Prejuicio (del Lat. praejudicium = juzgado de antemano) es, como lo dice su nombre, el proceso de «pre-juzgar» algo. En general implica llegar a un juicio sobre el objeto antes de determinar la preponderancia de la evidencia, o la formación de un juicio sin experiencia directa o real.

El prejuicio surge por conveniencia, para discriminar, descartar o dominar a otras personas o aceptarlas preferentemente, sin tener remordimientos y sin pararse a pensar si eso es bueno o malo, o si es una opinión objetiva o subjetiva.

Es una de los peores males que puede encontrarse una sociedad que se dice moderna. La discriminacion por prejuicios de cualquier tipo, atenta contra la tolerancia y sobre todo contra las libertades de cada individuo.

Si una sociedad quiere progresar, debe de expulsar los prejuicios de su funcionamiento. Son meramente un estorbo que entorpece el desarrollo de los indivduos que la componen.

Os dejo esta historia que siemre me ha gustado:

En los días en que un helado costaba mucho menos, un niño de 10 años entró en un establecimiento y se sentó a una mesa. La mesera puso un vaso de agua en frente de él. “¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con almendras?” pregunto el niño. “Cincuenta centavos”, respondió la mesera. El niño sacó su mano de su bolsillo y examinó un número de monedas. “¿Cuánto cuesta un helado solo?”, volvió a preguntar.

Algunas personas estaban esperando por una mesa y la mesera ya estaba un poco impaciente. “Treinta y cinco centavos”, dijo ella bruscamente. El niño volvió a contar las monedas. “Quiero el helado solo”, dijo el niño. La mesera le trajo el helado, y puso la cuenta en la mesa y se fue.

El niño terminó el helado, pagó en la caja y se fue. Cuando la mesera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces le costó tragar saliva con lo que vio. Allí, puesto ordenadamente junto al plato vacío, había veinticinco centavos… su propina.

Jamás juzgues a alguien antes de tiempo

LA TOLERANCIA ¿TIENE LÍMITES?

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La intolerancia sitúa al ser humano en su perfil más bajo, hace a las personas desconfiadas y limita su mente no dejándolas ver más allá de sus propios ojos, se le niega al semejante su condición, perdiéndose la dimensión humana y abriendo la puerta a la agresividad.

Y todo ello para demostrar que hay hombres que son superiores a otros, que hay grupos que tienen más derecho que otros o que hay hombres que son más hombres que otros. Queda así abolida la justicia, se pisotea la libertad y se rompe la razón y el orden, volviendo a la época de las cavernas.

Cuando sometemos al otro estamos creando las condiciones necesarias para ser también sometidos; la libertad es una consecuencia de la pluralidad. Freud esgrimía que en la intolerancia quedaba reflejada de forma patente la agresividad instintiva del ser humano.

Es necesario aceptar la diferencia en todas sus dimensiones, respetar abiertamente la diversidad, confiar en que la pluralidad enaltece al ser humano y admitir la necesidad de la existencia de otros que piensen y sienten distinto a nosotros, porque precisamente ese contraste es lo que de verdad enriquece culturalmente.

Una sociedad en la que sus miembros se sitúen en la perspectiva del otro permitirá percibir la problemática en su origen, facilitando soluciones en los primeros estadios, caminando en consecuencia hacia un mundo mejor y elevando la cultura a niveles hasta ahora no alcanzados.

No hay que olvidar que la tolerancia tiene también sus límites, que deben ser correcta y necesariamente establecidos, ya que en caso contrario la tolerancia puede degenerar en la intolerancia que se trata de evitar.

Es un deber social velar por ello, no podemos admitir, de acuerdo al respeto a la diferencia, comportamientos que atentan directamente contra la propia naturaleza del ser humano: maltrato, terror, muerte, abusos, etc. Muchas veces el excesivo respeto por los derechos del otro puede originar conflicto y hay que encontrar la inexcusable manera de evitarlo.

Tenemos obligación de reconocer al otro como un igual. Tolerancia es transigencia. Como habitantes de este mundo tenemos el compromiso de adoptar la tolerancia como principio fundamental y llevada hasta todos los niveles y estamentos si pretendemos, como seres humanos, alcanzar las cotas más altas de desarrollo.