Hace 10 años en España un arquitecto, ingeniero o aparejador ganaba poco más de 1.000 euros. El encofrador, el yesista, albañil o pintor (sin formación en muchos casos) no baja de 3.000 euros al mes.
Hoy, 10 años después, un arquitecto, ingeniero o aparejador no puede ganar ni 1.000 euros y con suerte ‘rasca’ los 600, pero lo normal es que esté condenado a emigrar. El encofrador, el yesista, albañil o pintor, con suerte cobra paro o cualquier otro tipo de prestación y trabaja en negro (muy respetable por otro lado).
Ahora bien, hay cosas que no cambian. Si antes había 375.000 políticos viviendo del cuento, ahora hay 450.000. Si antes se optaba al Madrid 2012 ahora se opta al Madrid 2020. Si antes había 37.500 coches oficiales, ahora también pero de menor cilindrada.
Y algo que ni cambia ni va a cambiar y ahí radica el problema de este país, es la monserga famosa en nuestras organizaciones de que el talento se premia y que las organizaciones quieren sacar el máximo talento de sus miembros. ¡¡MENTIRA!!
Somos un país de mediocre donde llevamos décadas dirigiendo las organizaciones (el país en general) mediocres, que ni quieren ni han querido que el talento salga entre sus miembros. Estoy convencido que básicamente porque ni saben lo que es y, si lo intuyen, le tienen miedo. Hemos tenido organizaciones donde lo más interesante era resolver los problemas con la táctica de ‘patada a seguir’, lo que se esconde ni da problemas ni preocupa. Y nada de sembrar nada para el día de mañana.
En este país nunca el talento ha estado premiado ni promocionado, es más, creo que incluso ha estado penalizado en la mayoría de nuestras organizaciones. La ‘meritocracia’ siempre ha respondido a otro tipo de valores como la familia, los amigos, el color político, …, esos valores tan poco vinculados con el talento. Lo peor es que esta casta tan poco talentosa es la que dirige nuestras organizaciones y no quiere ni acepta el cambio. Han conseguido un ‘status quo’ que les permite vivir ‘en su mundo’ en el que el talento no importa y si a su alrededor existe, pues que se vaya, ¿qué más da mientras ellos sigan viviendo como reyes?
Y no es tan triste ver como se mueren en nuestras organizaciones la gente talentosa, sino el hecho de que esto se disculpe como si fuese lo más cotidiano.
Aquel joven con dos carreras, idiomas y master, lo más normal es que acabe consiguiendo un buen puesto en otro país y dudo mucho que decida volver a la mediocre España y sus organizaciones a malvivir por menos de mil euros viendo como los negligentes, necios y pertenecientes a la casta dirigente se embolsan cantidades ingentes de dinero al mes por ser quien son y no lo que hacen.
El talento queda exclusivamente para la autosatisfacción personal del que lo posee, pero nunca para el reconocimiento de terceros.
Eso sí, los que han abandonado los estudios, los miembros del famoso fracaso escolar, afines al botellón, al pastillaje y al ‘living la vida loca’ se quedan aquí. Si señores, esos no son los que son demandados en otros países por su talento. Esos quedan aquí para formar la futura sociedad española y el futuro de nuestras organizaciones, con lo cual si el presente es malo, el futuro ni digamos.
Pero no nos llevemos a engaño, esto todo no es consecuencia de la crisis. Esta solo lo ha agudizado. Nunca hemos sido un país destacado en científicos, en investigadores,…, total ¿pa qué? ¿para poner ladrillos y pinchitos en los chiringuitos?, para eso valía cualquiera.
Esto siempre ha existido en nuestras organizaciones, pero la época de abundancia que vivimos permitía maquillar la situación. Si alguien talentoso no era reconocido en su organización siempre había otra que si lo reconocía. Pero ahora no es el caso, la escasez de sitio para el talento es ahora mucho mayor que antes. Lo que podría suponer un cambio drástico y apostar porque realmente nos dirijan personas talentosas, justamente se agudiza en lo contrario: los mediocres que están ‘enganchados a la teta’ se aferran a ella con más fuerza e intentan llevarse con ellos a amigos y familiares.
Estamos apostando a perdedor y así nunca se gana. ¿Dónde quedó aquella gran mentira de los departamentos de recursos humanos de las empresas que decían que si das lo máximo por tu empresa esta te lo devolverá o que con esfuerzo y talento tendrá premio en esta organización?
No nos engañemos, estamos en tiempos muy negros, pero estamos a años luz de lo que se nos avecina, y quedáis todos avisados. Lo que tenemos ahora no es nada con lo que nos viene encima.
José Luis es una lástima que tengas tanta razón. Y es que lo que expresas con tu enfado se puede decir más alto pero no más claro. Decirte que no eres el único, hay muchos como tú que estamos crispados con lo que viene y lo único que podemos hacer es levantar la voz y despertar esas mentes dormidas que viven en el país del «chocolate y la piruleta» a ver si entre todos podemos movilizar a la gente para que cambie de actitud.
Trabajar y dar ejemplo es lo que nos queda, y si no son valorados en las empresas, con esfuerzo y motivación podrán optar a trabajar por su cuenta como nos ha tocado a ti y a mi.
Yo empecé trabajando desde casa para ahorrar y aquí sigo, aunque me he visto obligado a contratar una oficina virtual para evitar constantes interrupciones telefónicas. Si me lo permites te dejo la web por si alguien tiene interés en recibir más información http://www.regus.es/products/virtual-offices/telephone-answering.aspx
Un granito de arena de cada uno puede formar una montaña, no dejemos de arrimar el hombro, aunque sea difícil. Vamos a sembrar una semilla en las conciencias para que la juventud se dé cuenta a tiempo de que no les conviene seguir por el camino de la «buena vida en la juventud» que les llevará irremediablemente a «mala vida en la vejez».
Gracias por compartir tus pensamientos.
Alejandro
Buenas amigo Alejandro. Lo triste es que cada día vemos que solo está en nuestras manos el poder mantenernos ‘con vida’ en este país. A quién manda le da igual lo que pase el resto de la gente. Lo triste es que mantenernos con vida por nuestros medios es sinónimo de ‘salvar su culo’, con lo cual el sobrevivir se convierte en parte en darles la razón, y eso si que es lo que me enoja.
Hola José Luis,
Como siempre directo y sin andarte por las ramas, que no está lo que queda del país para perder el tiempo.
Aquí ha funcionado y funciona lo de la zanahoria y el palo. Te dicen aquello de esfuérzate y verás la recompensa. La recompensa siempre es el palo. Innovación, calidad, desarrollo… palabras vacías, sin sentido en España. Dice un buen amigo que va en nuestros genes. Será verdad.
Lo único positivo es que sigas escribiendo y que te sigamos leyendo.
Un abrazo y buen verano.
Buenas amigo Enrique. Ciertamente cada vez tengo menos ganas de escribir porque solo se me pasan por la cabeza cosas negativas por lo cual he decidido racionar lo que escribo para no ‘encenderme’ cada poco.
Y tu amigo tiene toda la razón, lo llevamos en los genes, somos unos ‘trileros’ que nos encantan las grandees frases vacias y presumir siempre de lo que carecemos. Y sto no va a cambiar por desgracia 🙁
Un abrazo amigo y feliz domingo
Y para poner la puntilla de la mediocridad terminemos con la frase «esto es lo que ahi» , y por desgracia es asi, lo llevamos en los genes en nuestra cultura, desde el colegio quien es el pringao?, el que estudia el «empollon», quienes es el listillo? el chico «guais»?, el q se rie hasta d su madre, el vago, el sinverguenza.. «esto es lo que ahi»
Llevamos en los genes el ser trileros y, sobre todo, aprovecharnos del ‘pardillo’ que trabaja para simular que somos nosotros los que destacamos, ¡¡para que luego no digan que España no es un país de medallistas!!