Si alguno de vosotros es jugador de ‘Mus’, sabrá que cuando se habla de ‘la muerte dulce’ es cuando se pierde porque la pareja contraria consigue los ‘amarracos’ (puntos o tantos) que le permiten ganar el juego sin que se pueda hacer nada por evitarlo, no poner oposición.
Como a lo mejor no sois jugadores de ‘Mus’, pongo el ejemplo de la parábola de la rana hervida que ya hace unos años comenté en este blog.
Si coges una olla llena de agua y la calientas hasta que hierva y echas una rana a su interior, la rana de forma automática saltará y se escapará.
Por lo contrario, si coge una olla llena de agua y la pones a fuego lento e introduces una rana, esta no notará como cambia la temperatura, ya que irá amoldándose al incremento gradual de la misma y cuando el agua llegue a hervir, la rana se verá imposibilitada a escapar y morirá hervida.
¿Alguno ve similitudes con la situación actual que estamos aguantando los ciudadanos?
Ambas situaciones acaban con una olla a determinada temperatura, pero las consecuencias son muy diferentes.
La situación de la rana que nota el cambio brusco es la natural en cualquier ser vivo: sobrevivir e intentar escapar.
Con esto no digo que la reacción en el segundo caso no sea natural, sino que también es natural el ir amoldándose a pequeños cambios que unidos se acabarán convirtiendo en un gran cambio y de consecuencias funestas.
El arte está en este caso en el que pone al fuego la olla y decide el momento en el que debe de introducir a la rana en ella. Esta aturdida acaba sucumbiendo a los deseos del ‘cocinero’ y está a merced de lo que decida en todo momento, porque se aturde y acomoda a los pequeños cambios hasta que su situación ya no tiene vuelta atrás.
Solo os pido hoy una pequeña reflexión y pensar seriamente que queréis ser.
Lo malo José Luis, es que nos convirtieron en ranas, y ya no hay principes ni princesas que nos besen. Este cuento acabará mal porque estamos atrapados en la olla.
Un abrazo
Eso es lo triste amigo Fernando, que la olla ya está alcanzando temperaturas de no poder volver atrás con lo cual solo queda un solución buena y es la de que se apague el fuego, y eso está claro que las ranas no lo podemos hacer.
Allá ellos, pero lo de que aquellos polvos vinieron estos lodos, estoy convencido de que va a ocurrir 🙁
Un abrazo