William Ury, autor del best seller «Sí… ¡de acuerdo!» recomienda antes de participar en cualquier negociación, hacerse una serie de preguntas: ¿Cómo me ayudará esta negociación? ¿Cuánto me interesa mi propio beneficio solamente? o, por el contrario, ¿tengo únicamente interés por el cliente y dejo de lado los intereses de mi empresa?
El principal reto es llegar a un acuerdo beneficioso en el que las dos partes hayan salido bien paradas, es decir, que exista una ganancia mutua y se contemplen tanto los intereses ajenos, como los propios. Es llegar a la postura de «Ganar y Ganar«.
En este sentido es vital recordar que el otro no es ni una computadora ni otro tipo de máquina, cuando negociamos lo hacemos con seres humanos que tienen emociones. La empatia, el control de las emociones, asertividad, proactividad, escucha activa, son actitudes que debes de desarrollar en todo momento.
Por esta razón, para acometer con éxito el camino de una negociación se deben de tener en cuenta una serie de circunstancias:
1) Sal al balcón.
Tomate un resiro en la negociacion que te ermita ver las cosas en su conjunto y donde esta y a donde quieres llegar. Esto te brindará una mayor perspectiva y te ayudará a mantener la serenidad necesaria para tomar cualquier tipo de decisión. Ir a la terraza mental quiere decir observar la negociación desde arriba. No se eliminan las reacciones, sólo se toma una pausa.
2) Ponte del lado del contrario.
Es decir, ematiza. Se trata de hacer exactamente lo contrario a lo esperado por la otra parte. Es la habilidad para entender al otro y ponerse en su lugar. Es necesario tener la capacidad de ver los dos puntos de vista, no sólo el propio. Los negociadores escuchan más de lo que hablan y van más lejos de la negociación en sí por que construyen confianza y, al mismo tiempo, defienden su posición. «Los negociadores exitosos son blandos con la gente y duros con el problema».
3) Enfócate en los intereses detrás de las posiciones
La posición se refleja en las demandas o posturas concretas, mientras que los intereses son motivaciones subyacentes –necesidades, deseos, miedos y preocupaciones. En la negociación deben existir las preguntas: ¿por qué?, ¿para qué?, ¿por qué no?, y frases como: «ayúdeme a entender sus necesidades… ¿qué lograría usted con esto?», tanto unas como otras permiten ver otras opciones: «no rechace, redireccione».
4) Inventa opciones para ganancias mutuas
La creatividad es un recurso que debe desarrollarse a diario y es de gran importancia para la negociación. «El mayor obstáculo a la invención y creatividad es la voz interior que dice: ‘eso no se puede’«. Es sumamente ventajoso dar rienda suelta a las «brainstorm» mientras se lleva adelante el proceso.
5) Usa criterios objetivos para decidir lo justo
La equidad debe ser parte de la negociación. Los criterios que se pueden analizar son muy diversos, desde el valor del mercado y los costos, las leyes y la eficiencia, hasta aspectos como: la reciprocidad, el trato igualitario y el juicio científico.
Articulo inspirado en el libro: «Sí… ¡de acuerdo!» de William Ury.
Como bien has dicho, la negociación es un arte, y no todos saben negociar. Yo por ejemplo soy un mal negociador, porque soy demasiado diplomático y termino cediendo antes, casi sin resistencia. Por eso pienso que se debe tener un carácter adecuado y cierta formación para poder hacerlo bien.
SM
Es un arte amigo. Creo que algo va en los genes tambien, incluso hay quien dice que hay que saber mentir.
Yo soy mal negociador, lo reconozco, y mira que doy cursos sobre eso, a mi me gusta simplificar, pongo los argumentos boca arriba enseguida porque me gusta la negociacion rapida, y por norma general toda negociacion tiene su «timing».
Un saludo