La mala o nula adaptación a las amenazas de supervivencia en un entorno en constante cambio han hecho que muchas compañías fracasen en su gestión y como consecuencia desaparezcan. Esta situación ha sido descrita en la literatura como “la parábola de la rana hervida”. (Autor Federico Gan)
Si ponemos a una rana en una olla con agua hirviendo, inmediatamente intenta salir. Si ponemos a la rana en
el agua a la temperatura ambiente y no la asustamos, se queda tranquila. Cuando la temperatura se eleva de 21 a 26 grados la rana no hace nada, incluso parece pasarlo bien. A medida que la temperatura aumenta la rana está cada vez mas aturdida y finalmente no está en condiciones de salir de la olla. Aunque nada se lo impide, la rana se queda allí y hierve. ¿Por qué? Porque la rana en su aparato interno está preparada para detectar amenazas en relación con cambios repentinos en el medio ambiente, no para cambios lentos y graduales.
En el libro “Quién se ha llevado mi queso”, de Spencer Johnson, que tiene como contenido principal el
cómo adaptarnos a un mundo en constante cambio, se comenta esta parábola de la rana hervida. De hecho, uno de los aprendizajes del personaje principal es “notar enseguida que los pequeños cambios ayudan a adaptarse a los cambios más grandes que están por llegar”.
El aprendizaje, por lo tanto, debe tener una óptica del pasado (aprender de nuestra experiencia), pero también del presente, notar los cambios y necesidades actuales, para tener una visión del futuro, es decir, lo que nosotros queremos ser y cómo podemos lograrlo.
Es decir, ¿como controlar el futuro?. Muy fácil. De dónde estoy ahora, pienso a donde quiero llegar a estar en un determinado plazo, y en función de esto me marcaré unas actuaciones o «hitos» que me harán posible el llegar. Es una actitud totalmente proactiva y asertiva.
Si por lo contrario, piensas en dónde quieres estar en un futuro y esperas acontecimientos de lo que pasa en tu entorno y acúas en función de estos, lo que mantienes es una actitud pasiva y «a la expectativa», con lo que nunca dirijiras tu futuro.
¿Cuál de las dos actitudes crees que te hará llegar a dónde quieres estar en un futuro?
Fuentes:
Federico Gan
Spencer Johnson (¿Quién se ha llevado mi queso?)
Cada día me encantan más tus entradas (será que estás abarcando mucho más los temas de psicología emocional, asertividad…)
Conocía la historia (no por el libro, sino porque alguien me la contó jeje) y siempre me resultó curiosa.
¿No actuamos nosotros muchas veces también así? Últimamente me estoy obligando a ver más las noticias, porque a veces caigo demasiado en el idealismo y es bueno tener los pies en la Tierra. Y ocurre que cuando ves tantas cosas a diario como que nos acostumbramos (como la rana a la temperatura) y un día te das cuenta y dices «¿Pero en qué mundo estoy viviendo?»
Sin embargo, tenemos los casos de noticias extremas (por ejemplo, de las más recientes el accidente de Barajas) donde toda España se conmociona y se involucra en la medida que puede, se vuelca en ello (medios, sociedad, Gobierno) y me hace pensar si no siguen siendo también víctimas los que diariamente mueren en carreteras por imprudencias de otros y ni salen en las noticias…
En fin… a estas horas y con el día tan completito que tengo no debería ponerme a reflexionar 😛
Un abrazo, José Luis 🙂 Ya sabes que me encanta leerte
Fabulosa parábola en la que todos alguna vez nos hemos sentido identificados e identificadas.
Yo por mi parte tuve la suerte hace 4 años cuando alguien subió demasiado bruscamente la temperatura y entonces decidí salir de lo que la mayoría de las personas consideran «normal» e incluso «deseable» (sueldo fijo, multinacional, puesto seguro…)
Curiosamente ahora veo la olla desde fuera y os puedo asegurar que soy muchísimo más feliz.
No siempre tendremos un cocinero torpe que nos suba la temperatura demasiado deprisa, por eso es importante contar con un buen «acompañante» que nos anime a ver las cosas desde fuera. En una de las frases que más me gusta citar:
Lo que más cerca tienes de tus ojos es tu nariz y sin embargo yo te la veo mejor.
Buenas noches 😉
Buenos días Suki.
Se nota que te gusta el tema, jejeje!!!
Estoy de acuerdo que hoy por hoy la involucración en lo que te rodea es importante y necesaria, sobre todo el hecho de que nos debemos de concienciar más con lo que nos rodea en el entorno. Muchas veces llegamos al punto «de calentamiento» en que estallamos y nos damos cuenta de lo que realmente pasa a tu alrededor. Eso no es bueno. debemos de autoexigirnos un período de autoreflexión cada cierto tiempo, para evitar llegar a la situación fatal y final de la rana.
Saludos Wapetona
Buenos días Rubén.
A mi me pasó hace poco más de 4 años una cosa parecida a la tuya. Lo que pasa es que yo en su momento salí «muy escaldado». De la intención posterior a lo ocurrido ha habido una diferencia abismal.
Yo contrariamente a tu experiencia, creo que todos los dias me acuerdo de la situación laboral anterior. Pero eso es porque mi éxito laboral no ha sido el esperado. Si lo hubiese sido, estaría hablando como tú. Pero por desgracia mi experiencia no me permite hablar así.
Lo que si es importante es la existencia como dices tú de que es bueno tener un «cocinero» que te pueda ayudar en un momento dado. Yo carecí de él cuando lo necesitaba y por eso es que ahora me dedico a intentar ser ese cocinero, aunque sea desde un blog.
Saludos amigo
José Luis,
Do ut des, seguro que en esa actitud de ofrecimiento positivo y ayuda, encuentras tu experiencia deseada. Es un gran objetivo intentar ser ese cocinero y espabilar a las ranas aturdidas.
Te deseo lo mejor en ese camino 🙂
Bueno, yo incluiría el factor tiempo y el factor paradigma como determinantes y condicionantes para poder controlar el futuro frente a los cambios y las actitudes que tomamos frente a ellos y no me refiero al tiempo que tarda el agua en hervir…Más bien al tiempo con que cada persona digiere el cambio, pues existen etapas del proceso de cambio (las iniciales) en donde muchas personas ni siquiera se dan cuenta de que están en un proceso de cambio y es difícil actuar si no sabemos que algo pasa, así como le sucede a la rana.
SM
Buenas Rubén.
En eso si que tienes razón, la postura que he adoptado debo de reconocer que me llena de enormes satisfacciones personales. Ser el que ayuda a los demás a ver los cambios y como afrontarlos, aunque sea desde un blog es muy gratificante.
Saludos amigo
Buenas SM.
Son dos factores que tu indicas lo que si pueden ser achacables a esta metáfora: «El factor tiempo» y «el factor concienciación».
El primero es necesario de ser contemplado, porque no todo el mundo tarda lo mismo en captar el entorno y sus cambios, como tampoco el tiempo de reacción es el mismo.
El segundo, es el factor importantísimo, porque alguien puede ver que su entorno cambia y puede adoptar tres posturas:
1-Negar el cambioo, es decir, no concienciarse de que las cosas nunca van a ser como antes.
2-Reconocerlo y reisgnarse. Actuación pasiva, según vayan las cosas así actuaré.
3-Reconocimiento, concienciacion y adaptación. Actuación proactiva en la que una vez que se que las cosas cambian, tomo conciencia de ello e intento adaptarme lo más rápidamente posible.
Cada persona es un mundo.
No obstante, la parabola como ejemplo que busca reflejar la no percepción del entorno cambiante es muy original.
Saludos
Me gusta la sencillez del blog, y lo facil que es de leer. saludos