Hoy vamos a ir de la generalidad que en los últimos días me acompañaba a los casos concretos.
Hoy he vuelto a ver la foto de la izquierda y me he hecho esta reflexión: ‘todos en nuestra organización, en nuestro entorno y en nuestra vida podemos ser líderes’. Cuando menos líderes de nuestros propios cambios si nos ajustamos a lo más individual.
Siempre me ha impactado esta foto, porque decirme la verdad, ¿alguien conoce el nombre de esta persona y que ha sido de ella? Sin embargo su actuación plasmada en esta fotografía fue todo un símbolo de la revolución cultural que sufrió China desde los años 80 y 90.
Líderes anónimos que con unos pequeños detalles en su día a día, pueden encabezar una verdadera revolución en su organización y en su entorno.
Si ya asumimos que no nos rodean hoy en día los líderes heróicos, el objetivo es que nosotros podamos ser líderes anónimos. Un esfuerzo conjunto de muchos líderes anónimos puede cambiar mucho en las organizaciones. Solamente debemos de proponernos nosotros mismo lo que queremos hacer, como afrontar los cambios y que queremos conseguir con ellos, sabiendo en todo momento como automotivarnos.
Si formas parte de una organización, y la figura del líder no destaca como tal, eso no quiere decir que nos debamos anclar en la actitud expectante. Nosotros mismos dentro de la organización podemos fijarnos nuestras metas y objetivos y liderar nuestros propios cambios.
Desde el tiempo inmemoriable de la ‘Cultura Griega’ y nos podemos remontar mucho más allá, siempre el hombre se ha considerado como alguien a merced del destino, de los dioses, de las circunstancias. Sólo aquellos que han decidido forjar su propio destino son los que ahora pueden ser recordados. Y muchos no fueron grandes líderes. Simplemente no estaban de acuerdo con lo que les rodeaba y no lo aceptaron y estuvieron dispuestos a dirigir sus propios cambios.
No todos hemos nacido para ser líderes heróicos, pero por lo contrario todos podemos ser líderes anónimos. Todo es cuestión de saber darle el valor que se necesita a las pequeñas cosas, los pequeños detalles que creemos a veces que no tienen importancia y damos de lado, es lo que marca nuestra actuación como líderes.
Dentro de las organizaciones, dejar que las cosas pasen a ver que resulta, es la situación más cómoda. la mejor sin embargo sería promover cada uno de nosotros el cambio en aras a mejorar cualquier aspecto. Esta es la actitud de los líderes anónimos que se me antoja muy necesaria su presencia en los duros tiempos que nos han tocado vivir.
Los cambios en las pequeñas cosas, son muchas veces unos grandes cambios.
Hola José Luis,
Somos líderes de nosotros mismos, eso es cierto y dependiendo de ese liderazgo así nos marchara la vida.
Realmente, lo único que con seguridad podemos cambiar es a nosotros mismos. Y este es un gran cambio. Pero para cambiar debemos ser nuestro propio líder.
Me remito a esa cita que dicen se encontró escrita en una lápida:
“Cuando era joven y mi imaginación no tenía límites, soñaba con cambiar el mundo. Según fui haciéndome mayor, pensé que no había modo de cambiar el mundo, así que me propuse un objetivo más modesto e intenté cambiar solo mi país. Pero con el tiempo me pareció también imposible. Cuando llegué a la vejez, me conformé con intentar cambiar a mi familia, a los más cercanos a mí. Pero tampoco conseguí casi nada. Ahora, en mi lecho de muerte, de repente he comprendido una cosa: Si hubiera empezado por intentar cambiarme a mí mismo, tal vez mi familia habría seguido mi ejemplo y habría cambiado, y con su inspiración y aliento quizá habría sido capaz de cambiar mi país y -quien sabe- tal vez incluso hubiera podido cambiar el mundo”.
Un saludo.
Grandísima verdad amigo. La pena es que sea un epitafio cuando tendría que ser lo primero que debíamos de aprender en la escuela y de bien pequeños.
Los pequeños cambios son los que mueven el mundo y lo hacen cambiar.
Los grandes cambios son como digo yo ‘los que menean el arbol’ y siempre cae una manzana, pero cuando nos subimos a la escalera para cogerlas seguro que siempre cogemos una.
Tenemos que liderar nuestras acciones, en todos los ámbitos.
Un abrazo amigo Enrique.