Cuando estamos enfrascados en algo, me da igual el área, la actividad o sencillamente en un entretenimiento, siempre llega el momento de finalizar lo que estábamos haciendo.
Es lo que podíamos definir como ‘el cambio‘.
Cambio porque es el momento en el que se debe de elegir si se quiere hacer un descanso en el camino y seguir de nuevo en lo que se estaba haciendo o si por lo contrario se empieza a realizar cualquier otra cosa distinta de lo que se tenía entre manos hasta el momento.
Esto que parece una tontería a simple vista es sencillamente el secreto de ‘la gestión del cambio‘.
Cuando alguien se plantea cambiar en algún aspecto, personal o profesional, o le surge o busca la oportunidad de romper con lo que hacía hasta el momento, léase por ejemplo aplicado a la búsqueda de empleo, a cambiar de trabajo o simplemente a afrontar un cambioen la estructura de la organización en la que se encuentra, tiene dos opciones, el ‘punto y seguido‘ y el ‘punto y aparte‘.
Ambas son dos formas de enfrentarse y por lo tanto de gestionar el cambio. Cada uno debe de saber el significado de ambas posibles actuaciones porque condicionará mucho el resultado del cambio a realizar.
Punto y seguido
Podría significar el romper con lo anterior ‘pero…..’ . Es decir, buscar gestionar mejor lo que has hecho hasta ahora, pero muy probablemente continuando en la misma dirección, insuflando a la forma de actuar un nuevo enfoque o un nuevo aire, pero no rompiendo amarras con lo que se venía haciendo.
Cuando se presenta la oportunidad del cambio, a muchos nos cuesta despegarnos de lo que estábamos habituados a hacer, con lo cual enfocamos más la gestión del cambio, o bien como un obstáculo o problema a la situación actual o bien como una oportunidad pero ‘de baja intensidad’, es decir, que primero sigo como estoy y mientras observo lo que conlleva el cambio sigo haciendo las cosas de igual manera.
Está claro que mientras algo se pueda realizar como hasta ahora, el cambio que viene signifique romper con lo anterior no va a estar muy bien visto. Es lo que podríamos definir como punto y seguido.
Punto y aparte
Cuando el cambio se ve como una forma total de ruptura con lo que se venía haciendo y se identifica con una oportunidad de mejora y de transformación total de lo anterior, es un enfoque distinto al anterior y más cercano al ‘punto y aparte’.
Y es que si os fijáis cuando alguien utiliza en una un texto esta figura, existen muchas probabilidades de que sea porque quiere introducir un nuevo concepto del que hasta ese momento no había hecho mención.
Aquí gestionar el cambio si que significa soltar amarras con lo pasado. La ruptura con lo anterior es total, por lo tanto el cambio debe conllevar una actitud que en la situación anterior no había.
En la primera situación somos reacios al cambio, probablemente de un inicio no nos guste y nos cueste aceptarlo. En la segunda situación, queremos afrontar el cambio y casi seguro viéndolo como una oportunidad y no como un problema. Las actitudes en ambas situaciones son muy diferentes.
Cuando afrontamos el cambio con ambigüedad, sin dar todo de nuestra parte, sin considerarlo realmente una oportunidad de mejora, estamos hablando de un punto y seguido. Muy probablemente signifique además un fracaso en el cambio, ya que siempre veremos antes los contras que los pros. Será una carrera de obstáculos.
Sin embargo, cuando afrontamos el cambio abiertos a todo, con actitud positiva, como una oportunidad siempre de mejora, estamos hablando de un punto y aparte. Puede que no signifique el éxito en el cambio, pero si garantiza minimizar las posibilidades de no conseguirlo.
Como última nota, cabría señalar aquellas situaciones en las que las circunstancias son las que no nos dejan hacer un punto y aparte aunque esté en nuestra actitud el que así sea. Es una situación compleja, porque sería una especie de ‘querer y no poder’. En esas situaciones, que abundan más de lo que uno se cree, lo importante siempre es la actitud que tengamos. Si nuestra actitud es proclive al cambio, es decir al punto y aparte, tarde o temprano lo haremos.
La gestión del cambio, no os quepa duda, es cuestión de nuestra actitud frente a él.
Lo bueno es que en ambos casos, ya sea punto y seguido o punto y aparte, algo se avanza. Lo peor es que no pongamos puntos, sino comas o puntos y comas, es decir cambiar nada para que nada cambie. De todas maneras, creo que también hay ocasiones en que el «no cambio» también es positivo. Si queremos innovar o cambiar, hagamoslo con criterio y con planificación previa.
Ciertamente si que hay veces que el ‘no cambio’ es posititvo.
Como digo yo al final, lo importante es la actitud, es decir, estar siempre dispuesto al cambio y que ello suponga una oportunidad siempre no un potencial problema.
Antes se estilaba mucho el cambiar por cambiar y pasaba luego lo que pasaba.
La gestión del cambio junto al trabajo en equipo van a ser claves para poder salir de la crisis actual, y eso va a significar una actitud adecuada por nuestra parte.
Un saludo
Hola, José Luís:
imagino que los profesionales de la consultoría os habréis encontrado con la condición previa de la verdadera disposición al cambio. Cuando la jerarquía manifiesta la necesidad de cambio pero no es consciente de que el cambio empieza por arriba, no valen remiendos que valgan. Primero debe quedar clara la verdadera intención, así como hasta qué nivel se está dispuesto a modificar-se (empezando por uno mismo).
Saludos, José Luís.
Cierto como la vida misma lo que comentas amigo Germán. Y por desgracia abunda mucho en las organizaciones en este país. El directivo (que es lo que tenemos aquí), le dicen que hay que cambiar y eso es lo que transmite a su equipo pero el no tiene interiorizado la necesidad de cambio. Se limita a seguir instrucciones. Eso es sinónimo de fracaso y de falta de saber motivar a su grupo para que todo cambie.
El líder (de lo que andamos mas bien escasitos) es el que él se da cuenta del cambio y propone soluciones y hace que su equipo se de cuenta de la necesidad de ese cambio y le motive para conseguirlo.
Pero como digo yo, por desgracia hay mucho directivo en las organizaciones y poco líder. Y así no va.
Un saludo
Pues es bueno eso que ases