Por algo se llama autoestima…
El punto de inicio de la superación de cualquier problema hoy en día es la autoestima. Y es que la ésta es el sentimiento de valía hacia la propia persona que se manifiesta por la aceptación y valoración del yo, la motivación, el trato con dignidad y el amor hacia uno mismo. ¡¡Ojo no confundirlo en cierta medada con el narcisismo mal mirado!!.
Y no iba a ser menos válida esta definición dentro del mundo de las organizaciones y de los RRHH.
Se trata de un aspecto fundamental y podría ser definido como el pilar clave sobre el que se sustenta nuestra felicidad como personas, tanto como entes individuales como miembros de una organización, dando en este caso igual el tipo de la misma.
Por lo tanto, la autoestima es algo necesario para que los individuos nos podamos desarrollar como tales, amos y señores de nuestro cuerpo, de nuestra mente, de nuestras emociones y de nuestras decisiones. Y es que nuestra felicidad nos va en ello.
Y es que dentro de cada organización, aún siendo miembros de un equipo, es necesario que cada uno de nosotros de forma individual intentemos desarrollar nuestras habilidades emocionales que nos permitan el crecimiento personal, así como el desarollar un grado de autoestima que nos permita conseguir nuestro éxito profesional y personal. De poco vale en las organizaciones la obtención del fin último si para ello se ha utilizado el cortar de raíz la autoestima de sus miembros.
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