A un mal líder le encantan los baños de multitudes
A un mal líder le encantan los baños de multitudes y, en su defecto, aquellos actos de reconocimiento del éxito de su equipo aunque no haya tenido nada que ver en su consecución. Un mal líder se apunta los tantos de su equipo como propios, lo cual solo le lleva a generar mayor animadversión entre…