Lo primero y esencial es definir el concepto de ‘Bad Boys’.
Traducido significaría ‘los chicos malos’. Podríamos entenderlo como ‘los chicos duros’ dependiendo del contexto. Me acuerdo cuando se les llamaba de esa manera en la década de los noventa al equipo de baloncesto de la NBA los ‘Detroit Pistons’, por la excesiva dureza que en algunas ocasiones empleaban en el juego.
Entonces, dentro de una organización, ¿que deberíamos de considerar como ‘Bad boys’?
Deberíamos de entenderlos como ‘tipos duros’, los que toman las decisiones que suelen ser las peor recibidas por los miembros de la organización, los que hacen acatar las normas de modo extricto. Llevan muchas veces a sus espalda el trabajo decisorio y por ello también la asunción de las responsabilidades de ello, pudiendo incluso ser también los encargados de transmitir los mensajes (aunque en grandes organizaciones eso no suele pasar).
Los ‘Bad Boys’ son, los que para muchos de los miembros de sus grupos, hacen el trabajo sucio, los que toman las decisiones adeducadas o no, pero que las toman, y que probablemente si son fallidas cargarán con las consecuencias y si son acertadas, otros se llevarán los méritos.
¿Cuál es el perfil de un ‘Bad Boy’?
Deberá de estar enfocado fuertemente al corto plazo dentro de las organizaciones y por lo tanto a la consecución inmediata de los objetivos.
Sería aconsejable que fuera asertivo, ya que las decisiones tomadas si se consigue que sean vistas por los demás miembros como algo necesario y adecuado, serán mejor recibidas y acatadas.
Deberá de emprender varios frentes a la vez, no será el típico elemento de la organización metódico que haga una cosa y hasta que la termine no empiece con otra.
Deberá de tener un fuerte control emocional de él mismo y de lo que le rodea, mostrando empatía pero sin que sea un signo de debilidad.
La relación personal con los miembros del grupo, no deberá de ser muy profunda porque podría perjudicar su visión de las cosas y la toma de decisiones.
Buscará crear su círculo de confianza dentro de la organización, no siendo muy extenso, en el que poder confiar y delegar en caso de que sea necesario.
Intentará que se estandaricen las tareas en aras de conseguir que todos los procesos de la organización sean rápidos, fácilmente comprensibles y analizables. Buscará la eficiencia.
Tomará las decisiones con un alto grado de rapidez, sobre todo ayudado por su experiencia previa. Además, poseerá bastante independencia de criterio a la hora de decidir y será poco influenciable.
Tendrá una visión más abstracta y a medio y largo plazo que el resto de los miembros de la organización. Debe mirar más allá del presente sin descuidar lo que lleva entre manos.
Muchos son los ‘Bad Boys’ que se van a necesitar en estos tiempos de crisis que nos ha tocado vivir, que tomen decisiones impopulares pero a la vez necesarias, que se carguen a la espalda el trabajo sucio que muchas veces no llevará ningún tipo de recompensa.
¿Eres un Bad Boy? ¿Estás capacitado para ello? ¿Te gustaría serlo?
No, no lo soy ni estoy capacitado para ello. Pero sí he conocido uno. Bueno, en realidad era un worse boy, porque de asertivo no tenía nada, pero sí era el encargado de tomar las decisiones difíciles.
No tengo claro si realmente esa figura es necesaria, porque si un directivo no está capacitado para ser su propio bad boy (toma de decisión difícil y gestión de la consecuencia) no es directivo completo.
Un saludo, José Luís.
Cierto en lo que dices, pero aucerdate de que somos de los paises con mejores directivos pero con peores líderes.
El dirigir (directivo) es en definitiva seguir una norma, una directriz, unos cometidos laborales. Si en estos está el tomar las decisiones y notificarlas, realmente no hablamos de ‘bad boy’, si no de su trabajo.
La idea de bad boy subyace más en algo intrinseco a la persona ajeno a los nombres y a los puestos o cargos.
Un bad boy lleva apareada una forma de ser y de pensar propias de los líderes, aunque sean líderes en la sombra, pero que asumen eses riesgo.
Los directivos de este país no asumen ningún tipo de iesgo ni siquiera cambian de marca de café no vaya a ser que esté malo.