Hoy me planteo una de las mayores dudas que encuentro con el tema del liderazgo actualmente, tanto de personas en las organizaciones, como se políticos en poderes públicos.
La duda que me embarga es que las actuaciones de nustros líderes hoy en día son amorales o inmorales.
Si entendemos como amoral una actuación de una persona que en sentido estricto pese a ser negativa para su entorno no es contraria a su moral ya que carece de ella, e inmoral como la actuación de un persona que repercute de forma negativa en su entorno a sabiendas que lo que hace es contrario a sus pricipios morales y la moralidad que predica, que son nuestros líderes, o mejor dicho, ¿a qué se debe la crisis de liderazgo actual a la amoralidad o a la inmoralidad de los líderes?
La elección del término tiene repercusiones importantes, ya que en el caso del líder amoral, actúa por instinto sin tener unos principios morales determinados con lo cual no actuará nunca contra ellos. Si elegimos el líder inmoral, estamos indicando que el líder realmente esta dirigiendo al grupo con unos principios morales negativos que son contrarios a los que predica como moralmente adecuados, con lo que se denota una más fe por su parte.
Vuelvo a repetir ahora, ¿que tenemos líderes amorales o líderes inmorales?
La amoralidad no implica comportamiento negativos que repercutan en sus equipos, sencillamente no posee condutas morales por als que regirse. La inmoralidad es justamente cuando se actúa de forma contraria a los principios que se defiende conscientemente de que se está obrando mal.
Como me gusta a mi, ejemplericemos.
Que las cajas de ahorros en este país hayan estado haciéndolo mal durante años, a sus jefes se les mantenga en el cargo, manteniendo y subiendo sueldos a sabiendas de su negligencia, y que ahora se refloten a base de dinero público procedente de los ciudadanos, cuando a estos se les exprime día a día a impuestos, subidas de precios y similares castigos para seguir manteniendo en sus puestos a los que obraron mal, ¿qué es? ¿amoral o inmoral?
Pues si me lo permitís, en mi opinión, la actuación del gobierno es inmoral y la de la oposición amoral en esta situación.
Un líder (aunque sea político), que sabiendo que debe de castigar a unos miembros de su equipo por causar mal al colectivo, y que además presume de ser justo, que permita que en su grupo paguen los que no tienen culpa para favorecer a los culpables, es a todas luces algo inmoral contrario a todos los principios morales que debe de defender y que de hecho presume que defiende.
Si otro de los líderes no actúa al respecto de lo anteriormente indicado, porque sencillamente no sabe ni lo que hacer, ni que principios morales que defender, ni nada de nada, sencillamente tiene una actuación amoral, porque en realidad no tiene ningún princpio que guie su forma de actuar.
Las dos actuaciones producen crisis de liderazgo una porque son contrarios al bien común del grupo que lideran y otras porque generan confución y desazón en los miembros del equipo.
Por desgracia en la actualidad no hay una figura líder se la que se pueda decir que posee unos principios morales de actuación y que actúe conforme a ellos. Tenemos en la vida cotidiana y en nuestras organizaciones una multitud de líderes inmorales y amorales.
Buenas, José Luis:
Si a este cóctel de «virtudes políticas» que has descrito le añades unas importantes gotas de poder coercitivo en manos de la banca, tenemos la receta perfecta para explicar muchos de los males que nos pasan.
Nuestros líderes sociales ya hace tiempo que parecen haber aprendido lo rentable que puede ser la situación.
Un saludo.
Gran razón Picaedro.
Eso sería otro dilema moral: ¿inmoral o amoral la clara bajada de pantalones al poder económico de nuestro líderes sociales?
Completamente inmoral ya que aquello de que son ‘elegidos por el pueblo y para el pueblo’, casi que la primera parte se cumple, pero la segunda me da la risa solo de pensar lo que significa y lo que está pasando 🙁
Un abrazo
Buenas tardes,
Si a todo esto le sumamos la costumbre arraigada de culpar a los demás (que ya comentamos en otra ocasión), la hipocresía, el menosprecio, la imposición moralista; o más bien en este caso la imposición inmoralista, la falta de integridad, la indulgencia, con las cajas como ejemplarizas muy bien, aunque hay algunos ejemplos más, la falta de principios y valores (Ya lo dijo Groucho Marx «Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros»), resumiendo un sin fín de virtudes que caracterizan a nuestros líderes, bien sean políticos, o del ámbito empresarial.
Da un poco de miedo la verdad.
Un abrazo
Buenas Francisco.
Y ya no es que de miedo, lo peor es que de pena que por ningún lado se vea liderazgo diferente al descrito, eso si que da pena y miedo. 🙁
Un abrazo
a las dos cosas
También es verdad amiga Nieves, puede que tengamos de todo como ‘en la viña del señor’ 🙂
Hola José Luis,
Actualmente en el panorama político de nuestro país, yo no veo ningún «líder» amoral ni inmoral. Lo que veo son personas con cargos públicos que no quieren soltar, porque les da derechos, prebendas y privilegios (que ellos mismos se otorgan en las Cortes) que les permite vivir como rajás y que les trae sin cuidado la ciudadanía.
Un líder es el que inspira confianza con su propio ejemplo, es un «mejorador» de personas porque antes se ha mejorado asímismo, propone (no impone) acciones con argumentos que se puedan pensar, valorar y rebatir, con libertad para adoptarlas o no, por parte del grupo. Nuestros políticos actuales nos imponen sus decisiones sin hacernos ni una sola consulta y sin escucharnos. No son líderes ni los que gobiernan ni los que están en la oposición. Sobre estos últimos, ejemplo: listas presentadas y aceptadas por el PP, para las próximas elecciones en la comunidad valenciana. ¿Confianza…?
En el mundo empresarial, he trabajado en más de 10 empresas de diferentes sectores y he encontrado más líderes entre los empleados que entre los directivos. Líderes empresarios, sólo he conocido a uno, los demás, han sido jefes, directores, gerentes, que han impuesto una línea de trabajo y punto y de éstos, he conocido amorales, inmorales y decentes.
Un abrazo.
Buenas Lluisa.
Te doy la razon en todo, pero sobre todo en el hecho de que la mayor parte de nuestras empresas han sobrevivido años bien y sin problemas gracias a los líderes informales, los que están en la sombra en las organizaciones, aquellos que no se ponen medallas pero que saben cohesionar a los miembros del grupo.
El resto, jefedillos, directivos y demas especímenes a extinguir 🙁
Un abrazo