Hoy creo que voy a enfocar este tema en tres partes tocando diferentes puntos de temas que ya he comentado en alguna ocasión en este blog en cuanto a la formación: Inutilidad de la formación como hasta ahora, necesidad de calidad en la formación y expectativas en los RRHH ante la formación especializada.
Y como me gusta ejemplarizar al máximo todo, como ya sabéis, voy a poner el ejemplo de un amigo mio con el cual hablé hace unos días y que está realizando un curso del INEM de especialista en fontanería e instalaciones de gas.
Exposición del ejemplo: Se trata de un curso en el cual se consigue una formación que permite realizar un examen para conseguir el título oficial de ‘Instalador’, se sobrentiende que de gas e instalaciones similares. Mi amigo se presentó con otros cuantos candidatos a realizar un examen de conocimientos previos ya que había muchos más candidatos para entrar en el curso que plazas.
- Primera sorpresa: contenido de geografía, lengua, que ciudad era la más poblada del mundo,…, o sea, un Trivial Pursuit. Mal empezamos si pedimos conocimientos previos de este tipo para empezar un curso de estas características.
- Segunda sorpresa: curso de 5 horas en horario de mañana donde las dos primeras semanas todos los contenidos son matemáticas en diferentes niveles y de los que se hace luego un examen. Hasta aquí podría parecer normal, ya que volúmenes y cosas similares son necesarios en una profesión como esta. La sorpresa es cuando aprueban dos personas solamente el examen (de 25) y tras este gran éxito deciden que mejor, a partir de ahora, los exámenes se resuelvan en voz alta y con ‘colaboración’ del formador. Conclusión, ochos, nueves y dieces en el siguiente examen (que digo yo que hay que ser cenutrio para sacar un ocho o un nueve).
- Tercera sorpresa: el curso contiene una parte práctica que necesita de una maquinaria especial. Pasados dos meses del curso, esta maquinaria y equipo aun no ha aparecido.
- Cuarta y última sorpresa (por ahora): Tras el curso se ofrece un mes de prácticas remuneradas en una empresa para coger experiencia. Como ninguna empresa se ha ofrecido a ofrecido a ‘emplear’ a los alumnos, el promotor del curso, que se dedica a esta profesión, parece ser que los va a tener ese mes en su nave ‘arreglándole’ sus cosillas que tenga por allí, claro está, sin remuneración de ningún tipo, para algo les da experiencia.
Todo esto, que parece mentira, ocurre en España en el año 2014, con más de 6 millones de parados y financiado con dinero público. Después os preguntáis porque siempre soy tan crítico con la formación en este país.
Comienzo con la primera parte de las conclusiones.
Inutilidad de la formación como hasta ahora
Este ejemplo es sencillamente una muestra de la formación que se venía dando hasta la fecha: mala calidad, carísima para el erario público, sin colocación posterior y completamente falta de contenido práctico.
Si llevamos más de dos décadas usando dinero europeo para formar a nuestros desempleados y somos el país con más paro, algo debió de fallar en el sistema de formación anterior ¿no? Pues visto este ejemplo, está claro que no hemos aprendido nada de nada.
Este curso que os he comentado es como juega el Estado con el dinero público cambiándolo de manos como un prestidigitador: con dinero público enriquece a una empresa privada (desconozco los lazos que les unen), con la finalidad de que los alumnos al acabar el curso, paguen las tasas al Estado para examinarse y obtener el título de ‘Instalador’. Conclusión: lo que doy por un lado lo recupero por otro y ¿quién pierde? El alumno, a la sazón parado, que ha perdido un tiempo precioso y un dinero al examinarse porque, el primer día que salga a la calle a hacer clientes, la formación recibida hará que se vuelva para casa y se olvide de dedicarse a esto aunque tenga el título oficial.
Necesidad de calidad en la formación
Pese a que sabéis que soy muy crítico con la formación en este país, también debo admitir que la formación de calidad es la única forma de conseguir recolocar en otros puestos y sectores a la, por desgracia, cantidad enorme de parados que poseemos.
Por ese motivo siempre tengo la esperanza de que, buscando y buscando, se pueda conseguir el recibir una formación realmente de calidad. Cierto que muchas veces esta existe y es cara, pero visto el ejemplo anterior, puede que sea más cara la ‘que en teoría se recibe gratis’, que la que pagas con garantía de calidad (nunca de contratación).
Consultoras, empresas de RRHH, freelance,…, no dudo que haya muchos de ellos que den formación de calidad y, además ajustada a lo que realmente desean encontrar los departamentos de RRHH cuando hagan un proceso de reclutamiento. Pero hay que buscarla y saber lo que realmente ofrecen y los beneficios que nos pueden traer en el futuro.
En ese sentido ya os hablé hace unos meses de un proyecto que me parecía interesante en materia de formación que se llamaba Wannalea, donde por un lado empresas, consultoras y/o freelance ofrecen sus servicios de formación en diferentes áreas y por otro los interesados en recibir formación pueden solicitarla al detalle y recibir ofertas de quién les pueda impartir ‘exactamente lo que piden’.
Incluso podíamos ver que una determinada consultora de RRHH, que da docencia y recluta, decide ofertar una formación con la idea de contratar posteriormente a los mejores que hayan realizado dicha formación.
Expectativas en los RRHH ante la formación especializada
Si yo fuese reclutador, tanto de una consultora como de una empresa, y estuviese buscando un candidato para un puesto está claro que ponderaría mucho la experiencia y la formación que haya tenido el candidato en el puesto que busco.
¿Qué es lo que esperaría por el lado de la formación? Pues fundamentalmente que fuese de calidad, impartida por alguien con éxito formativo probado, eminentemente práctica (ya que si no hay experiencia laboral previa, la práctica es necesaria) y que se ajustase al máximo a los requerimientos del puesto que ofrezco.
Todo esto creo que no es mucho pedir, pero a tenor del ejemplo que os puse al inicio, parece que si es mucho pedir. Se continúa aprovechando de la desgracia del desempleado y de su desesperación para hacer negocio en la formación y la gente no se da cuenta que de esta crisis no salimos sin ser productivos, y eso no pasa por cobrar menos, ya os estáis dando cuenta, sino que pasa por aprender a hacer las cosas de forma diferente, mejor y de modo más eficiente y, para eso, es necesario la formación de calidad.
Cuando se vea a la formación como una necesidad de futuro para poder salir de la crisis y no como un negocio para unos pocos, empezaremos a tomar conciencia de lo que hay que hacer.
Amigo Jose Luis,
Leyendo tu post me ha venido a la mente un caso de «formación» …. Prefiero omitir el calificativo.
Un día me llama un responsable de formación de una asociación de empresarios con el que tengo gran confianza y me dice: » Hola Felipe, quiero pedirte un favor: se van a celebrar unos cursos en nuestras sedes sobre una temática que tu controlas y, como no conocemos de nada al ponente, me gustaría que acudieses para darnos tu valoración».
El curso venía propuesto desde una entidad central en Madrid para su impartición por toda España.
La temática: una de mis pasiones … Ventas.
Ok, me reservo los tres días de duración en agenda y me voy carpeta en mano como si de un colegial fuese.
Tardé dos horas en salir !!! … Y porque esperé al descanso ( por respeto a los compañeros ).
La formación la daba un señor que hizo ( reconocido por él mismo ) un curso de 100 horas en una cámara de comercio sobre ventas y después lo contrataron en una consultora ( por cierto, de renombre nacional) para impartir la formación.
Sin comentarios!!!!
Algunos asistentes se preguntaban si de verdad «aquello» era vender … Pues no, «aquello», en ningún país del mundo, se puede considerar vender. Sólo en el caso de que consideremos un atajo de técnicas obsoletas, irreales y, hasta me atrevo a decir, no del todo éticas y profesionales.
Lógicamente no perdí ni un minuto más y regresé a mi casa.
Al día siguiente me tomé un café con mi amigo el cual me pidió mi opinión más franca y sincera: » si lo que quieres es que tus asociados te vean como algo que no eres … Vas por buen camino».
Como bien dices, estos señores son los que aporrean la palabra formación y después, si aún queda algo de presupuesto ( que en muchas ocasiones no es así ) las entidades te llaman para que, con una inversión súper reducida y en un tiempo récord, subsanes el desastre anterior.
Señores responsables de formación: algunas veces, como decía mi abuela, «lo barato sale MUY CARO».
Un abrazo,
Felipe García
Buenas amigo Felipe. Lo último que has dicho es realmente el problema que arrastramos desde hace años: el concepto de barato, caroy le añado el de ‘gratis’.
La formación subvencionada se entiende como ‘gratis’ y por eso a los responsables de las empresas les da prácticamente igual la calidad que tenga con tal de conseguir que se las subvencione, cosa que además de vergonzosa, es igual que tirar el dinero público, o sea, una especie de malversación, lo cual no dejaría de ser un delito.
La segunda dualidad de caro o barato, sin duda hace que se decanten por lo barato, pero lo triste ya no solo es que quieran barato, es que aceptan a mediocres ponentes en cursos más mediocres todavía, porque son baratos, a sabiendas de la nula calidad de esa formación. Pero les da igual. El caso es ponerse la medalla de que sus empleados están formados y tienen títulos.
Lo caro, raras veces les anima, aunque tengan claro que es lo mejor. En formación siempre predomina aquello de, no lo caro, ni lo más barato, mejor una solución intermedia.
Das en otro punto importante en el comentario: las ‘grandes’ consultoras. Yo conozco más de una de las denominadas ‘grandes’ que era poco denunciarlas por la mala gestión de la formación y ya no digamos por la elección de docentes baratos y mediocres con tal de aumentar sus márgenes. Pero da igual que dijese sus nombres, porque me consta que hay accionariados comunes en algunos casos con quien las concede (entendidendo a poderes públicos). Tienen un tinglado de narices.
Me hace gracia lo de ahora que sale en Málaga, porque in ir más lejos, en mis años que me dedique a dar formación, solo tuve que amenazar a una empresa para que pagase el que les impartiese un curso, y justamente fue una empresa de Málaga que impartía un curso en A Coruña, algo que nunca entenderé claro está, como contratan a una empresa que está a más de 1.000 kilómetros de donde imparte la formación si no es que hay un interés creado al respecto.
La formación es una verguenza como ha sido y como es en este país. Yo conservo un mail que me mandó el jefe de una consultora insistiendo que votase al PP de Galicia porque el Sr. Fraga le daba a dedo los cursos que le diera la gana y claro está, si no salía reelegido el PP, se le acababa la teta e instaba a los formadores freelance a que votásemos al PP bajao ‘amenaza’ de no volver a contratarnos. ¡¡Una verguenza!!
Yo ya he desistido del tema de la formación en este país. Ni cambia ni quieren que cambie, basta con este ejemplo que he puesto hoy para darse cuenta que los parados son una fuente de ingresos que cualquiera quiere aprovechar en su propio lucro y eso nunca va a cambiar.
Hoy van a hablar en la radio de este artículo, me lo han dicho hoy, cosa que no me sorprende ya que hace ya tres años estuve debatiendo al respecto de los fraudes en formación en Onda Cero, en RNE y en la Cope. Lo triste es que desde hace 3 años a hoy, han aumentado los parados y, por lo tanto, incrementado la fuente de ingresos para las consultoras de formación con lo cual la cosa ha ido a peor incluso desde la llegada de la crisis.
Estamos en un país de verguenza 🙁
Un abrazo