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e encanta leer los artículos o ir a conferencias que dan los expertos en management de RRHH intentado transmitir a sus lectores u oyentes cuáles son los pilares fundamentales para mantener a su organización en la línea del éxito y a sus huestes bien motivadas. Pero ¿en qué mundo viven? Lógicamente, ellos deben de vender el humo que tienen para seguir conferenciando y escribiendo más humo. Pero por desgracia se percibe a un par de leguas que estos no han visto una organización en España ni de lejos.
Empiezan con que ‘el equipo’ que forma la organización es fundamental y la base del éxito de la misma. Pero vamos a ver, no te equivoques, en las organizaciones en España no existen valores ni una visión compartida. Rara vez vemos que una organización tenga claro cuál es el objetivo que persigue y, en caso de tenerlo, solo es el que persiguen los directivos, siempre lejísimos del que persiguen el resto de los miembros. ¿Y luego estos expertos conferenciantes quieren que se busque el compromiso? ¿Con qué y a cambio de qué? ¿De bajadas de sueldos, despidos baratos y perdidas de derechos sociales?
Ahora bien, la mayoría de los asistentes a estas charlas son insignes directivos que salen de las mismas con el pecho hinchado y cargados de moral creyendo que ya tienen la llave del éxito de su organización, cuando no se dan cuenta que la culpa de que su organización no funcione es principalmente de ellos. Pero los ‘charlatanes’ siguen haciendo caja a costa de estos directivos. Es como si asistiendo a estas charlas sectarias se creyesen que quedan limpios de pecado y transfieren la culpa al resto de miembros de su organización.
Salen dispuestos a poner en práctica lo oído cuando realmente no tienen ninguna estrategia para la organización que tienen a su cargo. De hecho, si van a estas charlas, es porque lo necesitan. Si fuesen eficientes en lo que hacen no tendrían que asistir.
Cierto es que en algunas ocasiones me he encontrado con alguna organización que si tiene una estrategia y se busca que los miembros compartan valores para sacarla adelante, pero es ahí cuando surge el otro gran problema de nuestros directivos: falta de liderazgo.
No con saber hacia dónde ir y como se quiere llegar es suficiente: se necesita que todo el equipo lo sepa y esté de acuerdo. Pero no, son amigos de la ‘imposición’ y no de la ‘comprensión y compromiso’. Directivos con valores y objetivos diferentes del resto de los miembros de la organización.
Seamos realistas: la mayoría de nuestros directivos carecen de habilidades para liderar sus organizaciones. Por eso estamos como estamos.
La duda que me surge en este tema es que si los ‘gurús’, ‘expertos’, ‘conferenciantes’ o ‘charlatanes’ en general son conscientes de que ese es el problema de nuestras organizaciones.
Si se dan cuenta de que lo que ellos comentan en sus conferencias o ‘master classes’ es lo que debería de ser y ven como repetidamente, hasta la saciedad, siguen hablando de lo mismo y la cosa no cambia, ¿no se preguntarán el por qué? ¿Directivos que realmente no quieren actuar como ellos indican? ¿Deficiencias en las estructuras de las organizaciones que son insalvables si no se toman grandes medidas?
Mi reflexión está en que estos ‘expertos’ no quieren realmente que lo que ellos pregonan se lleve a la práctica porque en ese caso se les acabaría el ‘pillar’ talones y vender humo. Por ese motivo estoy completamente convencido que la mayoría de estas conferencias de expertos son un ‘traga dinero’ que les viene muy bien, que en ningún momento están realmente metidos en una organización, sino que ven todo desde fuera y lo que luego pase les da igual.
Lo mismo ocurre con los directivos. Van a estas charlas como cuando los católicos pagaban a los curas la ‘bula’ para poder comer carne en Semana Santa, piensan que pagando por ir a estas charlas ya están libres de pecado, cuando ellos son realmente los grandes culpables de la crisis de nuestras organizaciones y los grandes pecadores.
Bueno José Luis, me siento bastante de acuerdo con mucho de lo que dices y te agradezco que lo digas; aunque quizá no estoy empero tan de acuerdo con lo de misógenos o misóginos. Pero en efecto, puede que haya exceso de charlatanería en torno a unas realidades no tan reales; exceso de consejos «filosóficos», a menudo muy discutibles. O sea, que falte rigor y haya más delirios que abstracciones.
Buenas amigo José. A mi en particular, los últimos eventos a los cuáles he asistido me ha dado esa sensación. Son como catarsis donde se limpian de pecado, a sabiendas que ellos tienen en su mano mucho de lo que cambiar pero que no tienen intención de ello. Un abrazo