En un entono de economía globalizada y con la competencia tan grande como la que existe, las empresas se enfrentan a nuevos retos a los que se tienen que enfrentar para seguir siendo competitivas.
Existe la creencia de que la innovación es algo relacionado con las investigaciones científicas y con los laboratorios. Y nada más alejado de la realidad. Hoy la innovación es fundamental para incorporar no solo nuevos productos, sino también nuevos procesos, nuevas formas organizativas, para incorporar ideas innovadoras que se transformarán en proyectos de éxito.
La mayor parte de las empresas que se pueden considerar de éxito, tienen asumida la innovación como un factor clave de la competitividad. Lo que hoy es válido, puede que mañana no. Así por ejemplo, los productos actuales o los modelos de negocio de éxito pueden convertirse en redundantes y se reemplazados por nuevas proposiciones de valor que eran inconcevibles anteriormente.
La única forma de enfrentarse a los nuevos retos de la competencia y el mercado global es mediante la innovación. Ocupar segmentos inexplorados del mercado, añadir valor a productos y servicios existentes, acceso a nuevos canales de distribución, cear nuevos productos, nuevos servicios, nuevos modelos de negocios, son resultado de la capacidad de innovación de una empresa.
La innovación hay que analizarla desde una cuádruple perspectiva:
-Estrategia de innovación.
-Sistema de gestión de la innovación.
-Proyectos de innovación.
–Innovación de ruptura.
Abordar la innovación desde esta cuádruple perspectiva garantizará la aparición de ideas innovadoras que revolucionarán la foma en que la empresa opera y que le permitirán situarse con una ventaja competitiva respecto de sus rivales.