Y aunque os parezca mentira en este artículo le voy a dar más importancia, o por lo menos la misma, al gerundio que al liderazgo.
Me he reiterado en bastantes ocasiones en el tema de que es liderar, de sus características, de sus aptitudes y de sus actitudes. Pero hoy me voy a parar en el gerundio de ‘liderar‘: liderando.
El gerundio es una conjugación (forma no personal) del verbo que demuestra una acción y en esencia es la clave del liderazgo. La vida contemplativa es propia de algunas órdenes religiosas, pero no puede ser una de las características que defina a un líder.
La expresión de que ‘el movimiento se demuestra andando’ es el más fiel reflejo de como se debe liderar.
Cuando asisto a seminarios o congresos de RRHH y oigo a los especialistas en la materia, en la fase inicial me quedo muy satisfecho del mensaje recibido y lo intento aplicar dando el feedback en mi día a día. Y es en ese preciso momento, en lo que yo denomino la fase segunda, cuando me doy cuenta del gran fracaso de los RRHH actualmente y de que es lo que hay que cambiar.
Frases del estilo: ‘Hay que mimar al talento’, ‘Fometar el trabajo en equipo’, ‘Conseguir el compromiso de tus colaboradores’,…, poseen una carga de mensaje que no se puede negar que es importante. Pero a fin de cuentas estamos hablando de infinitivos, o como diríamos en el término semántico de la palabra, son intenciones.
Para liderar de un modo adecuado, hay que pasar de las intenciones a las acciones, del infinitivo al gerundio, con la idea de poder llegar al participio, en este caso liderado, como forma verbal que transmita acción hecha, o sea que en el caso de liderar, liderado significa que he ejercido el liderazgo con éxito.
Los departamentos de los RRHH se han quedado muchas veces en el infinitivo o sea en las intenciones y lo que vulgarmente se define como la teoría. Saben lo que hay que hacer, como y cuando, pero no se ha hecho. Y es que el liderazgo implica algo más que saber lo que es aconsejable en cada momento, hay que ponerlo en práctica. Se necesita de un LIDER.
Y véis que lo pongo con mayúscula por un motivo. El LIDER no tiene porque ser una experto en RRHH, pero si debe de ser aquella persona que posee mejores habilidades personales para la gestión de personas. Esto es algo que no dan los conocimientos solamente, sino que lo da la práctica y el ponerlo en marcha.
Este ha sido a mi modo de ver el defecto de los RRHH, mucho lider en papel, en infinitivo ‘liderar’ y poco líder en la práctica, en gerundio ‘liderando’.
Y es que la cultura popular es muy sabia, y cuando dice que el ‘zorro es más listo por viejo que por zorro’ da con la clave de la cuestión.
El LIDER es el que llega al participio ‘liderado’, es decir, el que puede hablar en pasado de que ha realizado la acción de liderar, o sea liderando, con éxito probado.
Cuando se habla del participio (liderado) desde el infinitivo (liderar) sin haber pasado por el gerundio (liderando) es cuando realmente el problema ya es más grave. El tener la ‘intención de…’, no hacerlo en la práctica y esperar que los resultados sean los que la teoría dice, son un claro fracaso de las políticas de los RRHH en tiempos pasados.
El ‘movimiento se demuestra andando’ como dije anteriormente y el liderar, se demuestra liderando, no solamente en quedarse en buenas acciones, intenciones e ideas.
‘Liderar’ un grupo es saber lo que se debe de hacer, pero ‘liderando’ a un grupo es ponerlo en práctica, pudiendo ser que no todo el que sepa lo que hay que hacer esté capacitado para hacerlo. Cualquiera con cierto grado de preparación o formación puede saber que es liderar a un grupo, pero no todo el mundo está preparado para liderarlo.
El liderazgo implica verbos en movimiento y es el gerundio el que mejor lo expresa.