Cierto es que estamos en la época navideña y por lo tanto propensos al ‘buen rollito’, a las esperanzas de que el año que entra sea propicio, a los buenos deseos o a aquello de salud, dinero (trabajo) y amor, y ya no sé muy bien el orden de estas peticiones visto lo visto. Entras en Twitter, en Facebook o en cualquier red social y solo ves felicitaciones, postales, videos navideños,…, parece el ‘día mundial de la diabetes’ de la dulzura que se ve en los muros o en los TLs.
Y es que en esta época no queda otra que sumarte al carro o hacer de ‘el grinch’, o una tercera vía que es por la que he optado yo este año, que es la de apearme de este ‘deja vu’.
Os preguntaréis por qué lo de ‘deja vu’. Y es que uno que escribe, que ya va teniendo unas cuantas primaveras también ha vivido muchas Navidades y siempre son iguales.
Y para nada es que me muestre negativo, más bien diría yo que me muestro cansado de lo mismo, de que año a año se repitan las esperanzas y los buenos deseos para que, llegado el siguiente diciembre vuelva otra vez el ‘deja vu’ de que el siguiente año será mejor, siempre mejores cosas que el que dejamos atrás y así pasan los años entre ’deja vu’ y ‘deja vu’, siempre esperando que el siguiente sea nuestro año.
Yo creo que esto se debe a nuestra mentalidad religiosa que nos inculcaron desde pequeños basada en la resignación y en aquello de que ‘siempre las cosas pueden ir a peor’, que derivan en un alto nivel de conformismo por nuestra parte.
Y estoy cansado de esta situación, la verdad. Esperar a que el año que entra venga cargado de buenas cosas es una ‘gilipollez’. La única forma de que el año nuevo sea el que merecemos es que nosotros hagamos que así sea. Nada de desear o esperar, ¡¡hay que hacerlo!! , mejor dicho, ¡¡nosotros tenemos que hacer que así sea!!
‘El que espera, desespera’ y deja que el tiempo pase por delante de sus narices con la vaga esperanza de que las cosas puedan cambiar por si solas. Otra gran ‘gilipollez’.
Las cosas ya no pasan por qué sí. Las cosas hay que cambiarlas y buscarlas uno mismo, y si para ello hay que dar un puñetazo encima de la mesa, habrá que darlo. Dejemos a un lado los buenos deseos y los buenos propósitos y pasémoslos a grandes acciones. ¿Para qué desear nada o proponerse nada si luego no se hace nada para que eso ocurra?
Y decirme una cosa, ¿cuántos de vosotros que habéis mandado felicitaciones y buenos deseos poniendo esperanzas en el año próximo habéis tenido también conversaciones privadas reconociendo que este año la cosa va a ser peor que el pasado? ¿Ya sabéis que vais a hacer para que eso no ocurra o por lo contrario estáis a la expectativa de acontecimientos que os confirmen lo ‘oscuro’ que parece que será el 2012 para autoflagelaros?
Lo siento, pero yo ya no estoy para expectativas ni buenos deseos ni nada por el estilo. Necesito acciones y creo que la mayoría de vosotros también. No os planteis cambios ni propuestas, sencillamente acometerlas y que suceda lo que tenga que suceder, pero por favor, no quedéis a la expectativa de lo que el entorno depare. No sigáis en un ‘deja vu’ continuo que cuando os deis cuenta ya no podréis salir nunca de él.