Temor es un sentimiento de inquietud y miedo que provoca la necesidad de huir ante alguna persona o cosa, evitarla o rechazarla por considerarla peligrosa o perjudicial (temor a lo desconocido).
Según la RAE: Pasión del ánimo, que hace huir o rehusar aquello que se considera dañoso, arriesgado o peligroso.
Los temores son el inicio de muchas de nuestras creecias negativas. A veces, el temor es bueno. Compara la ansiedad que se siente cuando tienes que hablar frente a un auditorio con lo que le dice el estómago cuando conoces a la pareja de sus sueños. El significado que asocia a esos sentimientos puede producir un resultado negativo.
El éxito de muchos deportistas actualmente ha sido el aprender a canalizar su temor natural transformándolo en la excitación previa necesaria para tener un rendimiento exitoso.
No temer a nada no es tan bueno como parece. A la mayoría de la gente le encanta la emoción del riesgo y responde a los desafíos. De manera que, a pesar de que la sensación no es agradable, es posible que la mente y el cuerpo prefieran el estremecimiento del miedo a la situación de calma en la que parece que nada interesante fuera a pasar.
El temor es sintoma de tensión, de necesidad de prepararse, en definitiva, de proactividad y no de pasividad, con lo que, en la mayyoria de las ocasiones, sentir temor es bueno, porque hace que pongas todos tus sentidos en funcionamiento.
No es casual que Goleman, en su primer libro, “La inteligencia Emocional. Por qué es mas importante que el cociente intelectual” (1995) incluye un apéndice sobre “El circuito nervioso del temor”, donde plantea “el temor tiene una importancia especial, es fundamental para la supervivencia, tal vez más que ninguna otra emoción”. Pero, más adelante, precisa que “en los tiempos modernos, los temores fuera de lugar son la plaga de la vida cotidiana y nos provocan preocupación, angustia y una variedad de inquietudes
El temor se convierte en obstáculo cuando uno permite que, bajo su influencia, limite la acción. Si consigue administrar sus temores se encuentra en una posición fuerte que le permite encaminarse en dirección al éxito.
Como vencer el temor que lleva a aplazar las decisiones
«La mejor decisión que podemos tomar es la correcta, la segunda mejor es la incorrecta, y la peor de todas es ninguna.» – Theodore Roosevelt
Con frecuencia la tendencia a aplazar las decisiones es una máscara que oculta algún temor. Es probable que postergues una acción porque temes fallar o tener éxito, o tal vez tienes miedo al ridículo o al rechazo. Reconocer este temor puede ayudarte a vencer la tendencia a dilatar la acción. La clave para eliminar de raíz esta actitud está en descubrir que hay detrás de ella y buscar las estrategias que te permitan erradicarla.
Estos son ejemplos de lo que posiblemente tu dices cuando justificas “dejar para mañana lo que debes hacer hoy!.
· “Soy perfeccionista y tardo más que otros en terminar las cosas”.
· “No es justo que me toque hacer esto”.
· “Soy incapaz de hacer esto bien”.
· “Es demasiado difícil”.
· “No tengo tiempo”.
· “No tengo el conocimiento necesario para hacer esto”.
· “No quiero fallar”.
A veces el temor que se esconde tras los aplazamientos es fácil de detectar. Si evitas terminar algo porque te consideras perfeccionista, es probable que el temor se deba a que si el resultado no es óptimo, temas que la gente se ría de ti. “No tengo el conocimiento necesario” tal vez significa que podrías buscar ayuda pero no te atreves a hacerlo porque temes parecer ignorante. Hay otros temores más difíciles de localizar. “No tengo tiempo” puede ser el resultado de tu temor a no ser capaz o a no poder completar la tarea.
¿Qué sucede cuando postergas una acción?
Cada situación en la que postergas la decisión estás reforzando el hábito de la inactividad en vez de actuar, siendo esto lo que acaba alimentando tus temores. De vez en cuando es útil preguntarse lo siguiente:
· ¿Qué estoy aplazando actualmente?
· Soy lo bastante bueno e idóneo, incluso cuando algo no me sale bien.
· Siempre tengo éxito cuando intento hacer las cosas bien y con buenas intenciones.
· Evitar el fracaso significa aislarme de las nuevas posibilidades que de otra forma nunca podría conocer. Le temes al fracaso porque te preocupa fallarles a los demás, recuerda que el amor propio es el mejor punto de partida para ser mejor consigo mismo y con los demás.
“EL HOMBRE SE HACE VIEJO MUY PRONTO Y SABIO MUY TARDE” JUSTAMENTE CUANDO YA NO HAY TIEMPO…..
Me hiciste recordar a Aristóteles, (Etica Nicomaquea) cuando hablaba del punto medio de los hábitos. Así, decía que existía el punto medio entre el cobarde y el temerario, que era el valiente. Pero el valiente está mas cerca del temerario que del cobarde; no es exactamente el medio.
Entiendo que el temeroso y el cobarde no están en el mismo rango, sino que quizá, esté afectado por la Prudencia,
Alberto
Buenas amigo Alberto.
Efectivamente la gente dice valiente y temerario como sinonimos cuando hay un matiz que los diferencia. El valiente suele ser consciente de lo que hace y de sus consecuencias mientras que el temerario actua mas a «haber lo que pasa», sin tener en cuenta las futuras consecuencias.
Igual pasa con temeroso y cobarde pero n sentido contrario. Temerso es actuar con cuidado consciente de que algo malo suele pasar. Cobarde es que no sue actuar por miedo.
Por lo tanto es mejor ser valiente que temerario y temroso que cobarde.
Jajaja!! son cosas del ididoma.
Un saludo amigo
Hola Joé Luis:
Interesante odo esto y lode ser positivos que cuentas más adelante. Te diré que el año pasado estuvimos a punto de perder la escuela y sus alumnos. Por razones que jamás he llegado a entender el ayuntamiento cambió de po´´iticos con las elecciones y ejamos de gustarles así que la solución fue echarnos del local cedido para las clases. Hubo follón , recogida de firmas de los padres de alumnos, reuniones… enfín hicimos todo y más, al final quedo todo postegado para evitar más follones y empezamos el siguiente curso. Sufrimos y pasamos tensión y miedo y un dia… tiramos la toalla y me fuí al ayuntamiento vecino, les explique todo, el proyecto de escuela, lo que se necesitaba, lo que aportábamos como centro … y se interesaron asi que este curso lo hemos empezado en una escuela nueva.. tenemos más alumnos, más apoyo municipal y trabajmos todos más a gusto.No tiramos la toalla de mantener la escuela pero si abandonamos la idea de seguir.ahí…y entonces la solución vino por si misma. Yo paso miedo, pero jamás me rindo.
Un abrazo
Los temores y los miedos amiga Rita, siempre limitan. Depende de cada uno hasta donde quieres que te limiten o hasta donde quieres que sean motivantes. Si se ven siempre como una oportunidad, algo tienes ganado, pero tambien es verdad que siempre hay que tener los pies pegados al suelo. No ser optimista es sinónimo de ser utópico.
El optimista sabe que un problema es una posibilidad de mejora, pero que va a llevar aparejado un esfuerzo.
Un saludo
Hola José!
hacía días que no tenía ni un ratito para opinar sobre tus reflexiones… desde luego, este post sobre «Los temores y lo que implican», me ha dado donde más duele!
«Quien esté libre de culpa, que tire la primera piedra». Digo ésto porque ¿quién no ha postergado nunca un asunto que le suponia tomar decisiones o implicaba algún tipo de esfuerzo?.
La gravedad de la situación depende del nivel de importancia de lo que pospongamos. Me refiero a que si dejamos para mañana lo de planchar, es dejadez, pero a veces hay que ser flexibles (o eso creo yo… je,je). El problema es si proyectamos esta forma de actuar a otros aspectos de nuestra vida, como la laboral o la sentimental. En estos casos, aumenta el grado de afectación psicológica al individuo, y puede llegar a paralizarse. Y es que la reflexión de Theodore Roosevelt es perfecta!. Mientras no tomemos alguna decisión, no iremos por buen camino.
En fin, creo que un síntoma de madurez es saber tomar decisiones a tiempo. No en vano se dice que: «sabe más el diablo por viejo que por diablo!
Un saludo, Patricia
En eso tienes toda la razón amiga patricia, ¿quién no se deja vencer por los temores por lo menos alguan vez al día?. Somos humanos, y por lo tnato dudamos, tememos, …, somos dubitativos e indecisos por naturaleza. Razón tienes con la cita que nos comentas: «sin acción no se puede esperar reacción». No esperemos que los temores, las dudas o las indecisiones se vayan sino hacemos algo para ello. Es básicamente la proactividad como medio de evitar los temores.
Un beso y buen fin de semana amiga
Hola Jose Luis :
Te explico lo que me ocurrio la otra noche …
Estaba a punto de dormir, a eso de las 00’30, y me llamaron los vecinos del despacho para decirme que se estaba inundando la oficina a causa de la lluvia, asi que me quite el pijama, me vestí y me dirigí al parking a buscar el coche.
Ya en el parking, y metros antes de llegar, me encuentro a un chaval que al verme, sale por la ventana de mi vehículo, estaba robando en el.
¿ Que hce ?
En fracción de segundos me lance cuesta arrba del parking, llegue a la puerta de salida y me parapete tras ella.
Desde alli en dos minutos, vi salir al » raterilloo «, entonces, al tener la seguridad de que no había nadie más en el parking me dirigí de nuevo al coche, y observe los daños ( tremendos ).
Cogi el coche ( bastante tranquilo ) me di dos vueltas para ver si veia al ladronzuelo y pedirle ( de buen rollo ) que me devolviera la pantalla de dvd que me había robado, pero ya no lo vi.
Asi que me fui a la oficina a mirar el desaguisado de la inundación.
Quitando agua, no llegue a casa hasta las cinco de la mañana y por supuesto, no le dije nada a mi mujer de lo ocurrido en el coche hasta el día siguiente, dado que pense que tampoco resolvía nada dandole el disgusto en ese momento y cortándole el poco sueño que le debía quedar.
Esta historieta te la explico, porque despues de ocurrir esto, hay quien me dice que si el hibiera visto a x salir de su coche, le hubiera …. y además ….
A mi, ni se me paso por la cabeza lanzarme a por el raterillo, solo, en un parking de noche, sin saber si va acompañado o si lleva un arma blanca en el bolsillo, así que opte por la decisión que me parecio más coherente, que fue ( y así lo pense en ese momento ) que tenía el coche asegurado y lo mejor era que se llevará solamente algo material y nada más.
¿ Crees que actue correctamente ?
¿ O como parecen querer decirme algunos, fui un » cagoncete » ?
Un abrazo
Buenas Jaime.
Pues mi respuesta es sencilla: has actuado de modo correcto. Sencillamente por una razón simple. Todas las actuaciones se pueden valorar a ‘toro pasado’, y queda muy bonito enjuiciar en la distancia, pero las reacciones en el momento dependen de la forma de ser de cada uno de nosotros. Estoy seguro que tu reacción fue la adecuada a tu forma de ser. Otros de caracter más impulsivo habrian reaccionado de otra forma. Lo que esta claro es que cada uno somos como somos y si actuamos en consecuencia con ello, no podemos decir que hayamos obrado mal. A terceros ojos puede ser, pero ‘me gustaria ver a todo el mundo en una situación similar’.
Tu si crees que has obrado como debias, es suficiente. Lo que no debes es preocuparte por lo que digan los demas. Cada uno es libre de opinar y de decir lo que quiera, pero no estaban en ese momento alli.
Un saludo amigo