La gestión de tu tiempo tiene una relación directa en la gestión de tus finanzas personales. ¿Por qué? Porque en el fondo es lo mismo, el tiempo es dinero.
Párate a pensar y reflexiona sobre ello.
Cada persona de las que estamos en este mundo tiene la misma cantidad de tiempo. 168 horas a la semana. Bill Gates tiene 168 horas a la semana. Amancio Ortega tiene 168 horas a la semana. Tu tienes 168 horas a la semana. Cada uno de nosotros tiene que dormir algunas de esas horas, lo que nos deja con unas 120 horas despiertos durante una semana determinada.
De esas 120 horas en que estás despierto, vendes la mayor parte de esas horas para trabajar para otra persona a cambio de dinero. Vas a trabajar, trabajas por un tiempo, vuelves a casa, y muchas veces, un poco de trabajo llega a casa contigo. Añade las horas que quemamos pensando en el trabajo y el tiempo para ti mismo se hace cada vez más pequeño.
Las tareas domésticas se comen más de ese tiempo, al igual que la higiene personal. Muy pronto, te encuentras con que te queda solo un pequeño montón de horas en una semana para hacer lo que te apetezca. Esas horas son preciosas. Esas horas son los únicos momentos durante la semana en que te puedes relajar. Son las horas en las que te relacionas con amigos y familiares. Son las horas que dedicas a tus aficiones.
Pero pagas un alto precio por esas pocas horas. Inviertes mucho tiempo en el trabajo, higiene y tareas domésticas para que las horas restantes te traigan algo parecido a la alegría. La mayoría de tus decisiones financieras están destinadas a hacer esas horas libres más agradables o para hacerlas más seguras y estables.
Cada vez que estás perdiendo el tiempo, estás en la dirección opuesta a mejorar la calidad de esas horas preciosas. Vas atrasado en el trabajo, lo que reduce tu capacidad de ganar más dinero y así disfrutar mejor de ese tiempo o aumentar la seguridad de esas horas. Pierdes el tiempo sin hacer nada en casa y luego cuando algo verdaderamente vale la pena, no podemos participar, porque tienes cosas que hacer que no has hecho antes.
Para decirlo simplemente, perder el tiempo elimina esas horas libres valiosas por las que trabajas tan duro. Les quita su calidad y les quita su seguridad. La gestión del tiempo simplemente pretende darnos más de esas horas, o para hacer que las horas en que trabajas produzcan más dinero.
Vamos a ver un ejemplo. Los fines de semana es el tiempo que puedo dedicarle a mi blog personal y a tareas relacionadas con el mismo, al tener un trabajo a tiempo completo. Normalmente suelo dedicarle viernes por la tarde y sábado y domingo por las mañanas.
Algunos días, tengo una idea para un artículo y comienzo a investigar y buscar información sobre ella. Comienzo a escribir el artículo con ideas sueltas e inconexas que poco a poco van tomando la forma de una texto completo, pero a veces, llego a un callejón sin salida. Me doy cuenta de que el tema no está todo lo relacionado que yo esperaba con las finanzas personales o que al final no es tan interesante. Durante unos minutos, releo lo escrito e intento buscar otros enfoques. Al final, casi siempre acabo borrando el artículo. He perdido entre 45 minutos y una hora. Y como el tiempo que le puedo dedicar a mi blog es muy limitado, perder una hora es un desastre.
Otro día, empiezo haciendo una lista de las tareas que tengo para hacer en el blog. Decido que artículos voy a escribir y las ideas principales de cada uno. Luego cojo cada una de esas ideas y estoy un tiempo escribiendo sobre ellas. ¿Esto vale la pena para un artículo?¿Tal vez para más de uno?¿Qué tengo que investigar para completarlo bien?
Este proceso suele durar unos 20 minutos pero he descartado por lo general entre tres y cuatro ideas y otras tantas que han pasado la criba y sé sobre lo que voy a escribir. A partir de ahí ya no pierdo tiempo. Sé las tareas que tengo que hacer, cómo ejecutarlas y puedo seguir trabajando hasta la próxima.
El tiempo invertido en gestionar el tiempo es siempre rentable. Dejo de preocuparme de los detalles según el día avanza y solo tengo que enfocarme en hacer cosas. He reducido drásticamente el tiempo perdido.
¿El resultado final? Si acabo un par de horas antes, ahora tengo una hora para añadirla a mi vida personal. O, tal vez, pueda usarla para adelantar trabajo, dando a esas horas libres un colchón de seguridad en caso de que algo suceda. Puedo dedicar ese tiempo haciendo un poco de networking por la red, trabajando en otro proyecto o añadiendo alguna funcionalidad a mi blog que pueda dar lugar a más lectores.
El tiempo es dinero. Cuando gestionas tu tiempo bien también administras tu dinero de forma correcta.
¿Cómo se hace eso? Vamos a ver una serie de técnicas que utilizo para mejorar la gestión del tiempo.
4 Técnicas Valiosas para Gestionar tu Tiempo
- Comienza el día con un poco de planificación. Haz una lista de lo que tienes que hacer hoy. Normalmente las cuatro o cinco cosas más importantes. No te límites a empezar automáticamente con lo primero de la lista y así sucesivamente. Dedica unos minutos a investigar si tienes todo lo necesario para realizar esas tareas. Esto te puede llevar entre 5 y 10 minutos por tarea pero haciendo esto evitarás, posteriormente, parones buscando esa información para acabar la tarea. Además podrás ordenar las tareas por orden de prioridad e importancia, evitando tener que preguntarte que hacer a continuación.
- Alterna entre tareas simples y tareas complejas. Las primeras son tareas sencillas y simples, para nada agotadoras, que puedes hacer dos a o más a la vez. Llamadas telefónicas o gestionar el correo electrónico entran en este tipo de tareas. Sin embargo otras tareas, las que llamamos tareas complejas, son aquellas que necesitan dedicación plena durante un tiempo largo sin distracciones. Ya que si se producen aumentan el tiempo dedicado y reducen la calidad del resultado final. Para estas tareas más difíciles intenta desconectarte del mundo lo más posible. Apaga el móvil, cierra el correo electrónico, etc. Cuando haya acabado, realiza alguna de las tareas sencillas.
- Descansa. Esto puede sonar contradictorio pero es fundamental y funciona. Cada cierto tiempo, dos horas aproximadamente, es importante tomarse un descanso de unos 5-10 minutos. Desconectar un poco, evadirse y luego volver con fuerza. Es importante que estas desconexiones no duren demasiado para no perder la concentración.
- Anota las cosas inmediatamente. Ten un cuaderno y un lápiz cerca tuyo en todo momento. O utiliza tu smartphone. Lo que te sea más cómodo. Cada vez que algo te viene a la cabeza para hacer más tarde, apúntalo. No confíes en tu memoria. Luego un par de veces al día, repasa estas tareas que has apuntado y si no te van a llevar mucho tiempo, hazlas. Apuntarlas y no utilizar tu memoria para intentar recordarlas te hace ahorrar energía y centrarte en la tarea actual.
Otra táctica importante es encontrar maneras de pasar el tiempo libre que también te ayuden a crecer como persona y que te diviertan. Leer y aprender sobre aspectos de tu trabajo. Salir a correr. Casi cualquier actividad social entra en este grupo, ya que aprender a interactuar con más personas tiene un valor incalculable.
Esas actividades tienen influencia durante el resto del día. Aumentan tu energía en el trabajo y mejoran tu agudeza mental. Así que hacer un poco de esfuerzo para encontrar una manera agradable de pasar el tiempo libro a la vez que creces como persona, vale la pena.
Recuerda que el tiempo es dinero, así que no lo desperdicies.
Autor: Jose Luís Del Campo Villares