También, una vez analizadas las diferencias entre mentoring y coaching, es conveniente el analizar qué no es mentoring en sentido más amplio (alejándolo incluso del concepto de docencia o formación más tradicional).
- No es enseñar, sino ayudar a aprender. No se trata de instruir.
- No es adquirir conocimiento, sino aprender haciendo.
- No es sustituir al mentorizado por el mentor.
- No es solucionar los problemas del mentorizado.
- No es traspasar la responsabilidad de los problemas del mentorizado. Los problemas son los asuntos sobre los que mentor y mentorizado dialogan y se retroalimentan. El mentorizado mantiene la propiedad del problema.
- No es un invento, sino una práctica muy antigua adaptada a las circunstancias de hoy.
- No es dotar de unos conocimientos al mentorizado por si acaso los vaya a necesitar alguna vez. Es aprender lo que realmente necesita en la vida diaria.
El profesional dispone de nuevas perspectivas, enriquece su forma de pensar y desarrolla todo su potencial como persona y como profesional. Para ello el mentor:
- escucha atentamente para tratar de entender las preocupaciones y los problemas actuales o inquietudes de futuro del mentorizado, y;
- con su experiencia acumulada, estimula el aprendizaje del profesional mediante una mezcla de preguntas y diálogo, sin presión, para que el profesional descubra por sí mismo todo lo que afecta a su camino, decisiones y consecuencia de las mismas.