Y es que el arte de la cocina es muy similar al de ser emprendedor: nunca dos personas con los mismos ingredientes hacen el mismo plato, a la vez que rara vez sabe igual el mismo plato haciendolo en momentos distintos. Pues con el tema de ser emprendedor pasa algo similar.
De hecho por eso se puede decir que emprender es todo un arte en el cual no hay recetas mágicas, sino que lo que hay es mucha dedicación, amor, cuidado, conocimientos y como no, una gran dosis de suerte.
No obstante, aunque no haya recetas exitosas, si hay ingredientes necesarios para que la receta (o sea, el ser emprededor) no sea un fracaso clamoroso.
A saber, ingredientes:
- 1 muy buena dosis de autoestima
- 1 muy buena visión abstracta del entorno, unida a un buen autoconocimiento de unos mismo y sus habilidades.
- 1 buen manojo de nervios, porque sin miedo no hay reacción ni alerta ante las adversidades, ser previsor.
- unos cuantos kilos de noches sin dormir, preocupaciones, canas,….
- dos, tres o más, buenos contactos, o sea padrinos, o sea networking.
- 4, 5 o más kilos de esfuerzo.
- si no se dispone de medios económicos, un par de amigos banqueros.
- 1 enorme pero enorme dosis de suerte
En estos ingredientes no cabe el desánimo pero si el realismo, porque autoengañarse no nos conduce a ningún sitio.
Preparación:
Se coge una idea, un negocio y una esperanza. Se mira al entorno para ver si existe o no. Si existe analizar su éxito o su fracaso. Si no existe, mirar si puede haber la necesidad de que exista. Tomar esta fase con todo el tiempo del mundo para que de tiempo a ‘madurar’ la idea. Eso si, que se cueza a fuego lento pero que no llegue a quemarse.
Se compran los ingredientes, ¿cómo?, pues como se pueda, pero sabiendo que todo tiene un coste.
Sería bueno también en estos momentos el que tuvieses de mano un par de contactos al menos que estuvieran dispuestos a probar tu receta, para que en en caso de que salga mal no te arruines y todo quede en casa. No hay mejor cosa para una receta y para un emprendedor que las buenas referencias de comensales (clientes).
Ya con la idea en la cabeza, los ingredientes comprados y el comensal dispuesto a probar, llega el momento principal de la preparación: gestionar bien los tiempos, ejecutar bien los pasos y procedimientos, y siempre tomarse un respiro para mirar las cosas con una visión abstracta que nos permita ver si otro cocinero me está comiendo terreno, que si los comensales están hartos del mismo plato o bien lo que se mueve en mi entorno, estando siempre abierto a la innovación y experimentar con nuevos ingredientes.
Todo esto permitirá que tu plato esté siempre a la última y que se demande por los clientes, al igual que cualquier negocio emprendedor.
Eso si, recordar que la suerte es un factor esencial, no siempre los mismos ingredientes y mismos métodos dan iguales resultados.
Como requisitos indispensables del buen cocinero (emprededor) deberéis tener buena autoestima, capacidad de análisis y crítica, dedicación, no existe el desaliento, saber automotivarse, no escatimar esfuerzos,…., o sea una serie de características que te puedan llevar a ser un buen cocinero y/o emprendedor.
Impagable alegoría culinaria-emprendedora. Ahora que Arguiñado ha fichado por A3, es tu oportunidad.
Muy certera entrada, más valiosa que las repetitivas charlas y formaciones sobre emprendedores.
Buenas Fidel.
Me alegro de lo último, porque últimamente lo de las charlas con intención de abducir seestán poniendo muy de moda. 🙂
Un abrazo
muy agradeble su articulo, sobretodo la forma en la cual compara la cocina con un emprendedor,
interesante.
http://blog.negocius.com/
Muchas gracias Andra.
Ambasa cosas son un arte que se debe de denominar y que debn de tner una fuerte doisi de suerte 🙂
Muy buenas José Luís,
Muy agradable tu artículo. Estoy de acuerdo que el emprendimiento es más un arte que una ciencia a pesar de lo que algunas organizaciones dicen.
Yo añadiría también que como los grandes cocineros la práctica hace al maestro.
Por eso me gustaría escuchar muchas mas historias de cómo los emprendedores han crecido a través de la práctica (fracasos y éxitos).
Un abrazo
Christopher
Buenas Christopher.
Das en el clavo con el tema de que es más que una ciencia exacta, un arte. Por lo tanto no hay dos emprendedores iguales ni negocios emprendidos que tambien lo sean.
Cada negocio y cada emprendedor oseen su característica propia que los diferencia. Además debemos de contar con el factor suerte, que es muy imortante.
Me gustaría en los Iniciadores que hay òr toda la península que hablasen también emprendedores que fracasaron. Aprenderíamos mucho.
Un abrazo
Crees que pasa por la buena suerte? o por la preparación, estar en el lugar indicado, en el momento indicado, tener experiencia, conocimientos no ayudan más que la buena suerte?
La suerte sería entonces un factor determinante? que es la suerte en sí?
perdona tanta preguntas pero me dió curiosidad.
Saludos!!!
Buenas Barbara.
La suerte es fundamental. Fijate que si haces dos platos de cocina igual en dos dias distintos no te saldrán igual aunque uses los mismos ingredientes. Un día puedes tener más hambre que otro y por eso te gusta mas, o cualquier otra circunstancia que hace que la cosa no salga igua.
Lo que si es cierto que mientras más controles el entorno, sepas más o tengas más experiencia, dejas menos cosas al azar y por lo tanto a la suerte.
Pero siempre es mejor contar con la suerte de cara 🙂
Un beso