Nos ha tocado vivir una época que se está caracterizando por ser muy dada a la existencia de grandes líderes en cualquier faceta de la sociedad. Ninguna figura emerge sobre los demás y coge las riendas en ninguna actividad específica.
La figura de los líderes heróicos, aquellos que capitanean al grupo para conseguir alcanzar lo que parece inalcanzable no existe en estos momentos.
Mires hacia donde mires, en empresas, en Estados, en organismos supranacionales,…., no se ve ningún ‘brote verde’ que nos haga pensar que existe una figura de un líder que va a tomar las decisiones que harán que las cosas cambien. Lo siento mucho pero no.
¿Ha cambiado la idea del liderazgo?
Yo creo que no.
Lo que ocurre es que hay un problema de confianza, porque nadie se fía de nadie.
Y es que el pilar fundamental en el liderazgo entre personas es la confianza. Cuando un grupo humano, dígase organización confía en su líder, el camino para conseguir sus metas ya habrá avanzado mucho.
En estos tiempos, y me voy a referir a todas las facetas de la sociedad, los líderes que estaban antes de entrar en la situación dificultosa en la que nos encontramos, son los mimos que siguen en esos puestos. Ya alguna vez lo he comentado en alguna entrada: ‘Si se forma parte del problema, no se puede formar parte de la solución’ (proverbio chino).
Los ciudadanos, como miembros de cualquier organización, no comprenden cuado los líderes dicen: ‘Es que no la vimos venir….’, ‘Nadie se lo esperaba….’, ‘Esto es nuevo para nosotros…’, y frases de igual significado. Pero no he visto a un solo líder que haya cesado voluntariamente de su puesto (sí a la fuerza). ¿Qué confianza puede inspirar a los miembros de un grupo que su líder no haya visto venir una situación que en teoría es su cometido el controlar?
Por desgracia, los humanos tenemos mala memoria y la confianza que se tarda en ganar años, se pierde en cinco mimutos. Pero eso es algo que los líderes deben saber, y por lo tanto, deben de saber también recuperar la confianza perdida.
La crisis actual se perpetúa en el tiempo influida mucho por la total falta de liderazgo (como pasa en cualquier organización). No se puede confiar en que el mismo líder que nos a avocado a la situación actual sea el que nos vaya a sacar de ella.
La figura emergente del líder heróico es necesaria en situaciones especiales y sobre todo lo que tiene que dar es confianza y también respeto.
Desgraciadamente esto es algo de lo que adolecen muy mucho los líderes actuales a todos los niveles de la sociedad.
Para salir de toda situación complicada se necesita generar confianza en el grupo y esto es labor del líder. La asunción de lo mal realizado es una forma de ganar el respeto de los miembros del equipo pero muchos líderes creen que signficaría un símbolo de debilidad, con lo cual se prefiere quedar anclado en el inmovilismo mientras el problema se perpetúa.
Los que seáis líderes asumir los errores como lo más natural del mundo, será el primer paso para recuperar la confianza perdida.
Hola, José Luís:
No, no tenemos líderes heróicos. Adolecemos en esta época de esas cosas, porque se va desconociendo lo que es heroicidad. Pero se trate de líderes heróicos o voluntaristas, existe una faceta que creo que es determinante para conocer a los verdaderos líderes (y que he comentado en alguna otra página): cuando el líder habla, los demás escuchan. No callan por respeto o miedo, sino por reconocimiento profundo.
Por eso, cuando el líder toma decisiones que a priori parecen equivocadas, los llamados stakeholders lo respetan. Estoy seguro de que un buen líder hace entender los motivos que han llevado a la decisión, porque sabe transmitir claramente su visión. De ahí parte la confianza. Por eso, como dices, ni hay líderes, ni decisiones, ni transmisión de la visión, ni confianza. Estos son precisamente los momentos en que debería aparecer el líder heróico. El líder de verdad.
Un saludo, José Luís.
Has dado en el clavo amigo German.
Respeto es la palabra clave. Es algo que hay que saber ganárselo y hoy por hoy menos respeto hay de todo.
El líder debe de aspirar a dos cosas fundamentales que son la confianza y el respeto.Que se confíe en el cuando toma una decisión y que respeten la decisión tomada sea la que sea.
Y un ejemplo claro es que en este país hay 40 millones de seleccionadores de futbol, porque nadie confía en el entrenador y todos quieren opinar. No pasaba eso con el anterior seleccionador de baloncesto y si con el actual. Lo que si es verdad es que el respeto tiene que ganárselo el lider y hoy poy hoy los líderes están mirando por lo suyo más que por el de sus organizaciones.
Un saludo