Si la semana pasada realicé un post sobre ¿Qué es lo que hace un mal jefe?, no sería justo el no hacer este hoy, ya que, aunque la mayoría de los jefes de nuestras empresas dan pena verlos y han influido mucho en que llegásemos a la situación actual, no se puede negar que parte de culpa también se debe a lo realizado por muchos trabajadores en su día a día dentro de la organización.
Puede que muchos digan que sus actuaciones dentro de la organización han sido motivadas por una decisión errónea del jefe que le ha perjudicado y es la causa de que se comporte como lo hace. Eso no lo voy a negar, pero entrar en una espiral de desconfianza y de rencillas, solo deriva en una ruptura en la consecución del objetivo global de la organización.
Lo que si es verdad, es que es más fácil ver lo que hace mal un jefe que lo que hacemos nosotros mismos, para que lo vamos a negar. Por eso más que lo que hace mal un empleado, voy a indicar cuáles serían los mejores comportamientos ante situaciones dentro de la organización, ya sean debidas o no a una decisión de un mal jefe.
Ante una decisión que afecta a no desarrollar tu carrera
Ascensos a otros compañeros que consideramos injustos, lo primero que hacemos es recurrir a la crítica y a ponernos en contra del ‘ascendido’ cuando puede que no tenga culpa. ¿Hemos ido directamente a preguntar el por qué asciende ese compañero y no yo? Casi nunca. Callamos, nos enojamos y el rencor deriva en desidia.
Ante el reconocimiento a otro de un trabajo hecho por nosotros
Doble enfado: con el jefe que reconoce el mérito a otro y con el que lo recibe si es que este no dice nada. ¿Has dejado claro a las dos partes que tú eres el ‘culpable’ de ese éxito? Igual que antes, callamos y como mucho criticamos esto dentro de nuestro círculo de amigos dentro de la organización.
Ante la injusta relación remuneración-trabajo
A un compañero se le sube el sueldo a sabiendas de todos que no realiza su trabajo de forma adecuada o que incluso tiene menor jornada laboral en tiempo que tú. ¿Has puesto en conocimiento de los superiores este hecho? No, casi seguro que prefieras reducir tu ritmo de trabajo para pensar que eso compensa el que no te hayan subido el sueldo.
Ante las críticas a lo que haces en público
Si son constructivas, no deberían de molestarte si están fundadas. Pero realmente si nos molestan y solemos ‘negar la mayor’. Primero seamos conscientes si la crítica es correcta. Si lo es, admítela e intenta también públicamente decir que intentarás cambiar. Ahora bien, si la crítica no está fundada, hazlo igualmente público, bien en grupo o de forma individual al que te ha criticado. Quedarse con ese malsabor dentro solo derivará en un ciclo de desmotivación.
Ante recibir órdenes que consideramos no beneficiosas para la organización
En primer lugar debes de entender que las órdenes son órdenes y que el no cumplirlas puede generar tu despido. Te quedan dos cosas: hacerlas sin rechistar o hacerlas rechistando. La primera situación sabes que derivará en algo malo para la organización. La segunda, puede que no valga de nada, pero haz oir tu opinión, puede que hagas entrar en razón al jefe o que vea cosas que no había visto cuando tomó la decisión. El silencio y la aceptación sin más, son malas compañeras de viaje y no hacen que una organización crezca.
Ante recibir órdenes que consideramos no beneficiosas para nosotros
Si la decisión creemos que nos perjudica personalmente debemos de entender que al fin y al cabo somos una pieza de un puzzle. Si nuestro perjuicio favorece al grupo, deberemos de sopesar la orden tomada. Si consideramos que es injusta y que está dirigida a producirnos malestar, nos debemos de preguntar si hay un por qué. Si lo hay, mirar si hay solución, si no lo hay, mostrar tu opinión sin entrar en la discusión.
Ante amenazas, malas maneras o acosos
Típicas de un mal jefe. Pocas soluciones hay ante esto. Si podemos hacerlo saber a otros superiores a nuestro jefe directo,sería recomendable que se hiciesen saber (cosa que no siempre es posible). Lo que no debemos de hacer es que nos afecte personalmente y psicológicamente porque significará nuestra autodestrucción. Tampoco es bueno entrar en una guerra sin cuartel ya que el jefe siempre es el jefe.
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Lo que está claro es que todos los posibles problemas que se derivan de la actuación de los empleados vienen por dos motivos: mala comunicación y miedo.
Mala comunicación porque muchas veces prefiere guardarlo para sus adentros o comentarlo en pequeño círculo de confianza a hablarlo abiertamente y sin problemas con la otra parte.
Y miedo a varias cosas: a que el jefe tome represalias directas sobre él, a quedar más avergonzado a los ojos de sus compañeros, miedo a llevar la contraria a un superior y no tener razón,….
Y la verdad es que todos estos conflictos tendrían mejor solución si desde sus inicios la organización tuviese montado un sistema de comunicación abierto y participativo, cosa que no abunda en nuestro país, donde somos más dados al ‘ordeno, mando y hago saber’ y los subordinados a acatar lo que diga el ‘jefe de la plantación’. ¡¡Así nos ha ido, nos va y nos irá!!
Interesante como siempre amigo José Luis. Yo añadiría una que de alguna forma engloba varias de las que apuntas y que cualquier empleado debería hacerse.
Ante si mismo , o lo que es lo mismo la autovaloración.
Un abrazo
Buenas amigo Fernando.
La tuya recoge un poquillo de todas, pero ya sabes que los españoles somos muy dados a prejuzgar pero no autojuzgarnos 🙂
Esa es de obligado cumplimiento, hagan algo o no los jefes que nos pueda perjudicar, pero raramente la hacemos, la verdad sea dicha 🙂
Un abrazo
Hola José Luis
Yo creo que te ha faltado hablar del miedo al despido como motivo para callarse las cosas. La verdad es que en según que empresas de este país lo mejor es pasar desapercibido o de lo contrario te ponen en lista negra.
Aprovecho para invitarte a visitar mi blog sobre Derecho del Trabajo y RRHH:
http://aflabor.wordpress.com/
Has sido debidamente enlazado porque te considero un referente en tu materia y por tus opiniones sinceras y divergentes.
Saludos cordiales.
Buenas amigo Antonio.
Llevas toda la razón, el miedo al despido, y más en los tiempos que corren, es la principal causa de esconder lo que no se piensa, por eso no lo quise incluir ya que condiciona todo lo anterior. Estos casos serían para organizaciones en tiempos más estables y presumiendo que no haya crisis. Esta trastoca todo, incluso que los jefes también tiemblen en sus puestos y acaben siendo más injustos con sus subordinados 🙁
Me paso encantado por tu blog ahora mismo y un gusto enlazarlo en mi blogroll 🙂
Un abrazo
Muy buen post. Lamentablemente me tengo que autocriticar y estoy, al menos, en dos conductas «inadecuadas»; intentaré mejorarlas, pero no en todas las empresas es posible que la comunicación sea todo lo fluida que debería
Buenas MAD y muchas gracias por tus palabras.
Doy fe de que todos ‘pecamos’, seguro. El caso es que seamos conscientes de ello y que sepamos reaccionar en caso de que sea necesario. Está claro que la relación empleado y jefe nunca puede llegar a ser perfecta, pero no debería ser tampoco siempre justamente lo contrario 🙂
Un abrazo
Buenas!
Yo trabajo en Holanda y mañana tengo que hablar con mi jefe de dos de los puntos a los que aludes: el del ascenso (en este caso propuesta de un programa de high potential) de un compañero ( y no yo), y de que mi trabajo es una castaña y no me aporta nada (aunque sí a la organización, supongo).
En mi caso, yo no me «enfado» con el compañero, pero sí estoy resentida con el jefe debido a su falta de transparencia en el proceso. En nuestro equipo trabajamos mucho en silos, casi nunca cooperamos, hasta el punto de que no tenemos ni idea de qué hace el otro. Por eso no puedo juzgar si mi compañero se lo merece o no, y no lo discuto. Lo que discuto es por qué no he sido «alertada» durante el año de que me falta algo para conseguir llegar al programa, y sólo me entero «ex-post» de que no lo he conseguido, sin poder haber tomado medidas correctivas durante el año. Eso sin duda es culpa de mi jefe.
El otro tema es más peliagudo. Mi empresa me contrató para una posición que me interesaba mucho, sin embargo dada mi experiencia anterior han decidido cambiar mi rol sobre la marcha, dándose el caso de que mi trabajo actual es EXACTAMENTE todo de lo que venía «huyendo» pues ya lo he hecho y me aburre soberanamente. Si me hubieran entrevistado para mi actual posición, habría rechazado el trabajo.
Esto ya lo sabe mi jefe. Ahora llevo un año en la empresa, y bueno, pensé, «el primer año pues vale, le doy un empujón a esto, aunque me mate». Pero lo que veo es que mis objetivos para 2013 van a seguir por la misma línea y no sé cómo encararlo.
No me importaría tanto seguir haciendo algo que no me gusta, siempre y cuando haya una contrapartida comenzando a hacer cosas que me «gusten» más o que estén más en la línea de hacia dónde quiero llevar mi carrera
Para colmo de males, yo me tomo mi trabajo muy en serio, y el descontento me afecta mucho, incluso físicamente (me bajan las defensas, tengo infecciones etc.). En fin.
Deseadme suerte, que la voy a necesitar.
José Luis, muy buen blog, me voy a abonar!!! (y muchas veces necesito consejo!!)
Saludos a todos!
Muy buenas amiga y gracias por pasarte y contarnos tu experiencia. Te hago una reflexión que si te la realizas puede que vayas a la entrevista incluso más relajada 🙂 , ¿te imaginas que sería a un jefe español exponerle lo que tu pones aquí? Ya ni se te pasaría por la cabeza el intentarlo. Esto me hace pensar que si realmente puedes hablar con tu jefe en estos términos, tienes ya una ventaja añadida que no hay en España, con lo cual me da la sensación de que más receptivos son que aquí, con lo cual no debería de ofenderles nada de lo que tu expusieses en la reunión.
Lo de las carreras profesionales está claro que es algo muy impreciso y aleatorio, porque dependiendo del momento en el que se encuentren las organizaciones puede que se deba de promocionar a este o aquel sin un criterio justo, pero el ecosistema de la organización así lo necesita para su funcionamiento global. No es justo, pero puede que sea necesario. Lo que si es verdad es que debe de ser explicado del modo correcto a todos los miembros.
Lo de las características de tu puesto ya es un tema más complicado. El jefe sabe para que se te contrató y lo que haces realmente.Debe de estar contento con tu desempeño ya que sino te habría vuelto al puesto original. No le puede sentar mal que le muestres tus inquietudes y preocupaciones en la entrevista, eso si, yo no llegaría a los extremos de ‘o me cambias o me voy’, ya que las cosas no están para muchas alegrías. No obstante creo que a ti te vendría perfectamente el expresárselas como una forma de autoreflexionar tú y que se entere el jefe de tus necesidades. La pelota quedaría en su tejado y a ver que responde.
Mucha suerte!!!!