He repetido hasta la saciedad que crear la marca personal, tanto para personas físicas como para empresas, debe de ser algo pensado de antemano, coherente y que se debe de ir consiguiendo paso a paso.
Muchos piensan que las redes sociales son la puerta que les faltaba o que les puede ayudar a conseguir su ‘personal branding’ y que pueden llegar a ser conocidas internacionalmente, cuando realmente si se fijan, a lo largo de toda su vida no han hecho nada por crear o cuidar su marca personal en el mundo real.
Es como si considerasen que todo debe ahora será un estilo ‘borrón y cuenta nueva’, que las redes sociales lo cambian todo. No se dan cuenta de que lo que realmente son estos nuevos medios sociales es que son grandes altavoces que lo que permiten es conseguir una mayor audiencia pero que, a fin de cuentas, no son más que una ‘pata’ de todos los componentes que debe de tener nuestra marca personal. Se creen muchos que ahora solo importa Internet y lo que digan de nosotros.
Por esa regla de tres no comprendo cómo antes del ‘boom social’ ya existían marcas personales.
Mi sensación, tras unos años dedicado a estar por la Red, es que la mediocridad va en aumento.
Se sigue creyendo que con abrir un perfil social en esta o aquella red ya ‘somos sociales’ y, por lo tanto, conocidos. Muchos toman a las redes sociales como una especie de ‘divertimento’, como una en la cual, si mi competencia está, yo también tengo que estar. Pero no perciben la sutil diferencia de que si en el mundo 1.0 perteneces a un grupo determinado y, en consecuencia, estás visible a todos sus miembros, en el mundo 2.0 el decidir lanzarse a las redes significa estar visible a todo el mundo, con las ventajas y sobre todo los riesgos que ello conlleva.
Y hoy mando un dardo más a las empresas que a los profesionales, ya que estos últimos son más conscientes de que la marca personal se consigue día a día. Y ‘cargo’ en especial contra dos tipos de empresas como me gusta definirlos a mi: ‘los sobraos’ o ‘los que se quedan cortos’.
Los primeros son aquellos que poseen ya una marca de cierto renombre y que se aprovechan de eso para ampliarla en las redes sociales. Van de ‘sobraos’, como que tenemos que seguirlos por ser quien son, que todo lo que publican debe de ser seguido ‘pies juntillas’ y debemos de compartirlo. Son los que utilizan sus redes como canales de propaganda. Se les ve venir de lejos y no voy a dar nombres, pero la verdad sea dicha, desde que las redes sociales han admitido el tema de las empresas promocionadas han perdido gran parte de s encanta inicial que se basaba en la interactuación entre iguales. Francamente, estoy ‘hasta las narices’ que me salga por ejemplo en mi muro de Facebook que este o aquel seguidor sigue a tal o cual marca y el dichoso botoncito para que también ‘me guste’ a mi. ¿No se dan cuenta de que molestan y son invasivas?
Cierto es que las redes buscan conseguir ingresos como sea pero llega un momento que ‘da verdadero asco’ abrir el muro porque parece un clon de las páginas amarillas.
Los segundos, ‘los que se quedan cortos’, son los que entran por inercia en las redes sociales, los que entran por qué ‘hay que estar’. No saben ni quieren saber del potencial de las redes sociales porque realmente les da lo mismo. Lo que ocurre es que algún cliente les preguntó si ‘tenían Facebook’ y por vergüenza torera lo han aperturado. Es mejor decir que no se tiene a decir que si y al entrar se vea un perfil más triste que las páginas de esquelas de un periódico.
A lo largo de mi vida personal y profesional he visto muchas ‘causalidades’ pero muy pocas ‘casualidades’, con lo cual el que consigas una marca personal o personal branding de buen reconocimiento exige un trabajo continuado y una dedicación y estrategia que hay que estar dispuestos a seguir y no plantearse el empezar y luego ya vendrá ‘todo solo’.
Mucho de esto se debe a la consideración de que las redes sociales son para todos y todos saben de ellas con lo cual cualquier empresas tiene seguro en plantilla 3 o 4 empleados que son ‘especialistas’ en esto de los medios de comunicación online o, en muchos casos, siempre hay un primo, cuñado o sobrino que tiene un perfil en Facebook con muchos amigos, es un fenómeno y él ya va a abrir el perfil de la empresa y lo ‘va a mover’. El considerar que es un juego, es el primer y gran error de entrar en las redes sociales. Es sinónimo de pérdida de tiempo, puede que no de dinero porque casi seguro que lo hacen gratis, pero sí de tiempo y, sobre todo, de crear una marca inadecuada para lo que persigue nuestra empresa.
Y ojo, que con todo esto lo único que estoy es simplificando el horizonte ya que, si entramos al detalle, podríamos clasificar los perfiles de las empresas en las redes sociales en varios tipos de los cuales estoy seguro que conocéis a muchas marcas. Os dejo algunos para terminar y no daros más la ‘chapa’ en estas épocas estivales.
Hay más perfiles pero estos suelen englobar a la gran mayoría de las empresas en las redes sociales:
Los que se lo ‘curran’: consideran a las redes sociales como otra ‘pata’ más del marketing y de la organización. Planifican todo y suelen conseguir buenos resultados y que su marca se perciba de forma adecuada.
Los ‘sobraos’: como les llamo también los ‘porque yo lo valgo’. Empresas con marca en el mundo 1.0 y por ese motivo debemos de seguirlas en redes sociales para ‘hacerles la ola’. Consiguen audiencia porque son quien son no porque hagan algo para ello.
Los que les da igual el nº de seguidores y solo quieren aportar cosas: conocidos también como ‘los altruistas’. Son de agradecer ya que quieren siempre ayudar a los demás. Por desgracia se cansan de ver como el resto se llevan la fama mientras ellos cardan la lana.
Los que si no tengo amigos: los compro. Son los obsesionados por las cifras ya que creen que más amigos, fans o seguidores es lo que ‘más mola’. Doy regalos porque me sigan, hago concursos o, llegado el extremo, compro fans o seguidores, algo lícito pero reprochable éticamente.
Los que estoy ‘por si acaso’. La gran mayoría. Abren perfiles sociales porque ‘fulano’ o ‘mengano los tiene’. Si algún día los necesito están ahí. La disculpa es que suelen ser pequeñas empresas sin capacidad para tener un especialista en redes en plantilla. Casi mejor en esos casos que no entren en las redes.
4 comentarios