Es el eterno debate entre lo que es mejor, cantidad o calidad. O sea, la pregunta sería, ¿es más siempre mejor?
En los medios de comunicación social a todo el mundo le gusta recoger lo que ha sembrado, para que nos vamos a engañar, seguidores, amigos, comentarios,…, con ansia a sin tener en cuenta lo que cada seguidor o amigo puede significar para nosotros.
No es hasta que llegamos a cierto nivel de madurez que nos damos cuenta de que ‘más no es siempre mejo’. La popularidad entre todos en el patio del colegio, en el muro de Facebook o en el TL de Twiter, no es tan gratificante o beneficiosa como lo son las relaciones específicas en las que comparten ideas similares, pasiones y/o metas.
Mi propia experiencia me ha llevado a la conclusión de que ‘menos es más’ cuando la calidad es evidente. ¿Qué es calidad? Probablemente en los social media será tener menos amigos pero cercanos (fieles o evangelizadores de mi marca o de la de mi empresa) que tener muchos pero que solo sean conocidos.
Si lo miramos friamente, la calidad sería un vínculo claro al ROI, al «retorno de la inversión» para el social media marketing, ya que está claro que la ‘inversión’ en un evangelizador de tu marca es muy inferior a la ‘defensa’ o ‘beneficio’ que puedes obtener de su defensa en las redes sociales.
Por eso por ejemplo en la ‘Twitteresfera’ la calidad deberá de ser un argumento a llevar con tranquilidad pero de forma sólida ya que a menos que seas Charlie Sheen, nadie te va a pagar en función del número de seguidores en Twitter.
El fin del juego no tiene que ver el número de seguidores que tenemos, sino el de como nos involucramos en los social media para que lo que aportemos sea algo valorable en la vida real y que aporte un valor por el cual la gente esté dispuesta a pagar. Físicamente en los medios de comunicación social se llega a un número de seguidores con los que no puedes interactuar, sin embargo la capacidad de obtener beneficios económicos (ROI) de las relaciones sigue siendo dependiente de la forma en que las construyamos: confianza, credibilidad y el diálogo. Son estas las actividades que traducen a las actuaciones on,line en retornos en el mundo 1.0.
¿Dónde podíamos decir que están los errores?
- Un exceso de tiempo y energía invertido en los medios de comunicación social, sin planes ni objetivos claros y sin medición.
- Exceso de inversión (esfuerzo) en la recopilación de seguidores y no invertir en el compromiso con ellos para verlos como futuros clientes.
Analizar cual es vuestra proporción de seguidores con los que nunca habéis interactuado (es decir, retweeted, mencionados, etc). Va en aumento fijísimo.
Entonces, ¿qué significa esto para nosotros que tenemos una firme creencia en la capacidad de la Internet y su red de interconexión para ofrecer resultados a un precio relativamente bajo (en tiempo y dinero) en comparación con los resultados de los medios de comunicación tradicionales?
La respuesta radica a mi modo de ver en el hecho de que los medios sociales ha crecido más rápidamente que nuestra capacidad para medir sus beneficios.