Comunicación política, cuando el continente es más importante que el contenido
Tras asistir a un nuevo debate político este pasado lunes, en este caso entre los candidatos a la Junta de Andalucía, hemos podido comprobar como en la comunicación política, el continente es más importante que el contenido.
Si sumamos las propuestas que entre todos los participantes aportaron, sobran dedos de una mano para contarlas. Eso sí, momentos apelando a las ‘vísceras’ de los potenciales votantes andaluces, no han faltado.
El fanático, fiel, acólito, incondicional,…., llamémosle como queramos, no tiene ‘oídos’ en este tipo de debates. Solo se queda con ‘momentos’, el resto da lo mismo. Y eso los equipos de los candidatos lo saben, con lo cual, como si fuera un partido de tenis, pero con menos clase que Rafa Nadal, la pelota va de un lado al otro buscando más el impacto mediático que el que realmente sirva para ganar ‘el punto’.
Pero a ello ayudan los medios de comunicación. Emplean en sus análisis de los debates ‘frases concretas’ que cada candidato suelta con las que quieren resumir todo un programa político (en teoría) y que sirvan de espejo de lo que simboliza un determinado candidato. Por eso no resulta extraña que los debates políticos busquen más el destacar el continente que el contenido.
‘Y tú más’
Unos critican a los otros en base a lo que no han hecho, a lo que se les responde que digan por qué no hicieron eso cuando ellos pudieron. Si alguno le indica al oponente que ha hecho lago mal, el otro enseguida le recuerda que ‘y tú más’ en otro momento. ¡¡Pobre de aquel que en un debate político deje a la vista un atisbo de autocrítica!! Ese error político es imperdonable en estos días, aunque eso signifique el saber que está mal y se puede mejorar.
‘Datos, datos …. y más datos’
Todos los candidatos trabajan sus ‘frases conectoras’ o ‘captadoras de atención’ en base a aportar datos. Lo que uno no llega a entender es como en ocasiones, sobre el mismo tema, los datos son tan diferentes. ¿Es que no emplean las mismas fuentes? Me encanta cuando un candidato expone un tema en ‘base a datos’ de tal entidad o informe, porque da la sensación que quiere dar una clase magistral y que lo que dice en ‘ciencia exacta’. Luego uno se preocupa en buscar esos datos y quien ha realizado un informe y puede comprender mucho de por qué y cómo se emplean esos datos en un debate.
‘Como los mosqueteros: todos contra uno y uno contra todos’
Todos los políticos siempre tienen una parte humana, aunque parezca increíble. Por ese motivo, en la comunicación política, cuando en un debate ‘huelen la sangre’ contra un determinado candidato, no tienen escrúpulos en unirse a otros contrincantes (en teoría diametralmente opuestos) para lanzar un ataque furibundo todos en grupo contra un candidato. La manada da seguridad en el ataque. Eliminado ese candidato, ya tendrán tiempo luego de pelear cuerpo a cuerpo entre un número menor de debatientes. Pero esta estrategia puede dar la vuelta si el ‘atacado en grupo’ es un buen comunicador judoca (como os comentaba en una artículo recientemente) ya que, de un solo golpe, puede dejar sobre la cuerda floja a todos sus contrincantes.
‘Perfil bajo, nunca falla…’
Minimizar riesgos en comunicación política siempre es mejor resultado que perder un debate. Un error político es el salir ‘a empatar’, como esos partidos de futbol ‘amañados’. Los que están viendo el debate perciben sin duda que salen a ‘nadar y guardar la ropa’. Pocos candidatos salen a debatir sin miedo a la derrota. Todo ello solo hace que acrecentar la idea en los oyentes que todos los políticos son iguales.
Os invito a que el próximo debate político lo escuchéis por la radio o por la tele pero sin ver la imagen de los candidatos. Os garantizo que hay momentos que no sabéis que candidato habla y cual es su ideología, ya no digamos, cual es su programa en caso de llegar a ‘mandar’.
‘Falsa empatía y nula asertividad’
Me encanta como los políticos se identifican siempre en los debates en primera persona del plural. ‘Nosotros’ es una de las palabras claves de la comunicación política de algunos candidatos. Entienden que el emplear el ‘nosotros’ en su discurso, contribuye a poner de su lado al oyente. Una falsa imagen de empatía que es explotada en su propio beneficio.
Y si nos situamos en materia de asertividad, podemos definir que es nula, ya que asertividad se refiere a la capacidad de comunicar a las personas que nos rodean nuestros sentimientos y necesidades pero evitando herir y ofender a los demás, y eso es obvio que ‘no triunfa en un debate’.
‘La victoria a los puntos, es una victoria’
Unido al ‘perfil bajo’, el ganar un debate, aunque sea a los puntos, es una victoria. Eso sí, como es algo ‘en parte subjetivo’, a los puntos puede ganar un candidato u otro, mucho dependiendo del color del crítico político que tras el debate lo analice. Esto hace que un debate político el resultado dependa mucho de lo que los medios de comunicación quieren que sea.
El ganar por KO, muchas veces implica tomar riesgos que pueden poner en peligro el resultado final, lo que ha hecho que mayormente los debates siempre muestren políticos que salen a buscar una victoria a los puntos.
Resumiendo
Todo lo anterior hace que tras un debate, los oyentes opinen que son insulsos, anodinos, ‘más de lo mismo’ y, con mucho peligro, solo recuerden una frase, un gesto o una imagen que son lo único que recuerden de un debate. Esto es ideal para el comunicador que se preocupa más del continente que del contenido. Y esto, con las redes sociales, se ha incrementado .¿Para qué querer transmitir un mensaje que no se pueda compartir en un ‘tweet’ o en una imagen?
Comunicación política actual: Políticos anodinos y oyentes vagos, es la combinación perfecta para mantener el hastío de la sociedad en los políticos que tenemos.