Se puede decir que un líder tiene un estilo único, pero que combina diferentes formas de actuar (diferentes liderazgos) en diferentes ocasiones, teniendo en cuenta que siempre pesa más un estilo que otro, lo que definiríamos como estilo dominante.
El líder, como si de un golfista se tratase, dentro de su genuino estilo, va eligiendo el palo adecuado en cada momento del recorrido. De este modo, los líderes más eficaces combinan y alternan a la perfección dos o más de los seis estilos básicos de liderazgo en función de las situaciones a las que se van enfrentando.
Y es que en eso radica el éxito del líder, el saber adaptarse a las situaciones y necesidades de su equipo y emplear diversas formas de liderazgo.
Cuatro de estos estilos (visionario,coaching, afiliativo y democrático), buscan el buen ‘feeling’ para intentar conseguir el máximo rendimiento de su equipo. Otros dos (prescriptivo e imperativo), aunque son útiles en ciertas ocasiones, deben
aplicarse con precaución, ya que justo consiguen lo contrario, ‘mal rollito’ e improductividad a largo plazo.
√El líder visionario
Este estilo de liderazgo encauza al grupo hacia una visión de futuro común, elevando el clima emocional de la organización y maximizando el compromiso con los objetivos y la estrategia a largo plazo de la empresa.
En la práctica suele ser el estilo más eficaz, ya que consigue dar sentido al trabajo de cada uno de los miembros en torno a objetivos comunes sintonizados
con sus verdaderos valores.
El líder visionario debe reunir capacidades de inteligencia emocional, intuición, transparencia, autenticidad y, sobre todo, la empatía, para vincular al equipo al proyecto. Es el estilo natural de los líderes “transformadores” que cambian de forma duradera el rumbo de la organización.
Pero funciona mal con un equipo de expertos o colaboradores de alto nivel más experimentados que el propio líder. Claramente ningún político es un líder visionario hoy en día.
√El estilo ‘coaching’
Curiosamente la gente cree que un líder debe ser siempre un buen coach. Pero en la práctica éste es el estilo menos empleado.
Se renuncia a este estilo de liderazgo por “falta de tiempo” o “intromisión en lo personal”, y con ello el superior pierde una valiosa herramienta capaz de generar una extraordinaria respuesta emocional y una enorme productividad.
Por definición, el coach ayuda a la persona a conocer sus puntos fuertes y débiles, y a vincularlos con sus objetivos laborales, estableciendo metas a largo plazo y planes personales para su consecución.
El coaching es una gran fuente de desarrollo y conservación de los mejores colaboradores.
Líderes ligados con equipos de deportistas suelen ser los más próximos a este estilo de liderazgo.
√El modelo afiliativo
Compartir los sentimientos poniendo menos énfasis en las tareas y más en las necesidades emocionales de las personas para mantener su alegría y armonía.
El líder afiliativo consigue de sus colaboradores una enorme lealtad y vinculación. Su problema se encuentra en que no debe utilizarse solo, ya que puede dar la apariencia de tolerancia del bajo rendimiento o producir indefinición de las tareas, sino en conjuntamente con otros estilos, especialmente el visionario.
√El liderazgo democrático
El estilo democrático busca el compromiso de los colaboradores mediante la confianza y el respeto, escuchando sus preocupaciones y dando cancha a sus perspectivas e intereses. Cuando el líder duda hacia donde tirar es el mejor estilo.
Aunque el líder tenga una visión poderosa, el estilo democrático permite generar el máximo de ideas brillantes sobre la forma de ejecutarla.
Los estilos disonantes deben de usarse con mucha precaución, habilidad y moderación para evitar la disonancia improductiva.
√El líder prescriptivo
Exige excelencia total y la ejemplifica.
Aplicado fuera de sitio, este estilo genera un ambiente negativo de desorientación y estrés excesivo.
√El modelo imperativo
Va unido al cumplimiento inmediato de las órdenes, sin explicar sus razones ni buscar su vinculación emocional con quienes han de aplicarlas, recurriendo a la amenaza, el control minucioso y la evaluación rigurosa. Es el estilo menos efectivo en la mayoría de las situaciones, excepto en momentos muy puntuales de crisis.
Y os dejo aquí este link que puse en este blog en marzo del 2008 (sobre los estilos de liderazgo): Lewin y la Dirección de Equipos donde podréis ver un video que os lo explica.