Hoy me he parado en leer y analizar el informe recientemente presentado por Google con el nombre de ‘How social technologies drive business success‘ (del cuál os dejo copia entera) Google Emea Social Report a mayo del 2012.
Sobre todo porque me ha dado mucho que pensar la imagen inicial y de ver su reflejo en nuestras organizaciones.
Somos junto a Iatlia, el país de Europa en el cual nos hemos lanzado con más entusiasmo al uso de los socialmedia, con lo cual sería conmveniente el analizar si eso ocurre de igual manera en las organizaciones o sencillamente esta cifra recoge de forma exclusiva los comportamientos de los usuarios individuales.
Lo cierto es que el paso de ser una empresa tradicional a ser una empresa social (o de las nuevas empresas 2.0), implica en un cambio en hábitos y formas de trabajo que deberán de ser inculcadas por los líderes de las organizaciones, ya sean alto staff o mandos intermedios, ya que, a fin de cuentas, on los que deben de mostrar el cambio a los empleados de escala inferior en la organización y servir de ejemplos.
Por eso me ha parecido muy interesante analizar este punto de vista en el informe presentado por Google, en el cual surgen muchas más cuestiones pero yo me he enfocado principalmente en esta.
En este primer gráfico podemos observar que la utilización de los social media en las organizaciones va de la mano de los ‘seniors managers’, o sea, de ya mandos directivos que es lo que hace que aumente la media mientras que los ‘juniors role’, entendamos los subordinados o de mero responsabilidad en la empresa, van bastante por detrás de aquellos que toman las decisiones.
Mucho es debido a lo que antes indicaba: los subordinados quieren tener el ejemplo del cambio hacia la empresa social o empresa 2.0 en la fiugura de sus líderes con lo cual, lógicamente, siempre irán un paso por detrás en su implementación en el día a día que los primeros.
Vemos que para cualquier tipo de usos, los seniors posen un porcentaje de uso mucho mayor que los juniors.
Pero es mas, continúan siendo los seniors, eso si, con menor diferencia con respectio a los juniors, los que creen que la capacidad de mejora en la organización se verá beneficiada con el uso de las nuevas herramientas sociales y con independencia de la faceta para las que sean empleadas estas.
Observamos que cada día se ve con mayor potencial de beneficios y mejora para la organización el uso de los social media y que buscan cualquier uso en los mismos como forma de conseguir un valor añadido para su organización. Curioso resulta el porvcentaje del 53% que consideran que sus empresas morirán si no son capaces de adaptarse al concepto de empresa social.
Por último podéis ver como los empleados de las organizaciones que usan los social media consideran que serán premiados, que tendrán mayores posibilidades de ascenso, que tendrán mayor reconocimiento en su trabajo,…, que aquellos miembros que no usan estas nuevas herramientas.
Todo esto me hace pensar algo de lo cual ya he hablado con anterioridad en este blog, como es la necesidad de que la empresa, si quiere ser empresa social, deberá de ser un cambio que venga de arriba hacia abajo, es decir, que los líderes deben de estar involucrados, favorecer y servir de ejemplo al cambio que esta nueva organización empresarial va a poseer.
Todo este estudio realizado por Google está impregnado de la idea de que la empresa social solo reporta beneficios frente a la empresa tradicional y su estructura, entonces ¿por qué existen empresas reacias al cambio si estos datos son tan positivos?
Miedo a lo desconocido, temor a perder el control de la organización, muestra de debilidad (como poder de influencia) de los directivos que se deciden a implantar la nueva estructura al convertirse ellos mismo en más sociales (accesibles), ruptura de muchos ellos con la idea tradicional de ‘jefe’ en la que se encuentran muy a gusto,… Muchos son los factores que hace que algo que aparentemente es beneficioso no sea acometido por todas las empresas.
Ser empresa 2.0 es sinónimo a nivel de jefe, el abandonar esa postura y adercarse más a la figura de líder. Aquellos que sigan queriendo ejercer como jefes, como tradicionalmente se les conoce, no fomentarán en ningún momento la empresa social, mientras que en aquellas organizaciones donde predominan los líderes frente a los jefes (no muchas por desgracia) el paso a ser una empresa social está resultando benficioso y sin trauma de ningún tipo.
Con lo cual, el adaptarse o no a los nuevos cambios implicará necesariamente el apoyo de los superiores que sirvan de guía y ejemplo a los subordinados.
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