Aunque parezca mentira vamos a hablar de organizaciones. Y dentro de ellas, del comportamiento de sus miembros con respecto a la política organizacional y como interactuan con ella.
Todo esto se debe a una discusión que mantuve el otro día con un empleado de una caja de ahorros, de las que están ‘malitas’, bueno, más mala que las otras.
El defendía honrosamente que la culpa de la situación actual la tenían los ‘altos ejecutivos y directivos’ que, sin estar ‘a pie de calle’, durante años dictaron las directrices de las organizaciones alejados de la realidad que han llevado las cosas a como se encuentran ahora.
La reflexión que yo le hice fue la siguiente.
En una organización empresarial, cualquiera que sea su estructura y jerarquías, cualquiera es libre de hacer lo que quiera, de actuar como considere y en definitiva de ser responsable de sus actos. Me diréis que es mentira, como me dijo él, ya que lo’jefes’ mandan y los subordinados obedecen y sino ‘ya se sabe donde está la puerta’.
Ahí es cuando comenzó la discusión.
Mis preguntas fueron las siguientes:
¿En algún momento pensabas que lo que estabas haciendo estaba mal, concedías más riesgos de lo necesario para hacer lo que te pedían y cosas similares? A lo que me respondió que sí, que había cosas que claramente pensaba que habían sido auténticas barbaridades financieras. Respuesta: Pecas de pensamiento.
¿Sabiendo que algo que comercializabas estaba mal lo intentaste camuflar diciendo lo menos malo y ocultando riesgos vendiendo sólo las bondades? Su respuesta es que si, pero que todos lo hacían. Respuesta: Pecas de palabra.
¿Has aceptado que un cliente firmase un contarto de algún producto sabiendo que no era lo mejor para él? Me respondió que pocas veces, pero que alguna si. Respuesta: Pecas de obra.
¿Sabiendo que estabas haciendo mal tu y tus compañeros le has dicho algo a tú superior al respecto? Alguna vez si, me contestó, pero que ya sabía como eran los jefes. Respuesta: Pecas de omisión.
Efectivamente, en el mundo empresarial hay una línea muy fina que separa ‘el bien del mal’, lo correcto de lo incorrecto’ o de ‘lo moralmente adecuado de lo éticamente reprobable’. Pero es ir por un lado o por otro es decisión individual de cada uno.
Hay en las organizaciones pecando de cualquiera de las formas anteriores quiere seguir en la rueda subido y aceptando a regañadientes la política organizacional de su empresa. Es una postura más cómoda a la del enfrentamiento a su organización o inclusola de renunciar al puesto de trabajo.
Por eso, si aceptas estar en la rueda y no te opones a la política de tu organización, sabiendo que no es la adecuada, eres culpable y responsable de lo que luego se deriven de tus actos como empleado de esa organización. ¿Habrá grados de responsabilidad o culpa? Seguro, pero eres culpable en cualquiera de las actuaiones antes descritas.
Me dijo que todos tenemos obligaciones personales que impiden hacer muchas veces lo que uno desearía, lo cual me parece una cosa completamente razonable, pero que eso no implica el actuar éticamente de forma correcta. Es más fácil no contradecir la política de la organización, que el oponerse a ella o el renunciar a estar en esa organización.
Con lo cual, si optas por la postura más cómoda pero no la mejor éticamente, ¿por qué te rasgas ahora las vestiduras ante las criticas?
Extrapolar este ejemplo a cualquier organización en la que estéis. Sabéis que algo que es inadecuado es lo que os han encargado, ¿lo haríais? Tanto si lo hiciésies como si no, seríasi conscientes de ello con lo cual las consecuencias que se deriven de vuestras actuaciones tampoco os deberían sorprender.
Lo que pasa es que la postura más cómoda de muchos empleados de nestras organizaciones es decir ‘la culpa es del jefe, del que da las órdenes’, pero…… ¿quién las ejecuta en la práctica sabiendo que son inadecuadas?
El problema radica en la asunción de responsabilidades y sobre todo que en las organizaciones siempre se rompe la cuerda por el lado más débil. Si un subordinado se enfrenta a n superior contra una acción no adecuada que estele encarga, ya se sabe quien pierde, pero eso no implica que el suboridnado no sea responsable de los actos que al final realice.
El coger el lado fácil o el difícil es cuestión personal, pero luego que cada uno apechugue con las consecuencias de sus actos.
Pues tenias razón José Luis, iba a ser un post muy interesante. ideal para aquellos que nunca hacen autocrítica y los que suelen responsabilizar a otros. Creo que a lot of people hemos pecado de palabra , pensamiento y omisión. Todos somos culpables , y a la vez todos inocentes, aunque a lo mejor es que , en realidad, todos somos cómplices y no lo queremos reconocer.
Un abrazo
Buenas amigo Fernando.
Yo añadiria que de obra tambien somos pecadores. Peor lo que es innegable es que, como decía Homer Simpson: ‘Yo no he sido’ o ‘Cuando llegue ya estaba así’, son las frases prefereidas de aquellos que no son muy amigos de asumir las responsabilidades de sus actos.
Por desgracia hay mucho de eso.
Un abrazo 🙂
me parece que habla mas sobre la vida real u otro tema y no de el concepto