Creo que cada uno se conoce bastante bien, por lo cual sabría decir cual es su escala de valores, necesidades o de deseos. Pero debemos de saber que no todos consideramos las mismas cosas por igual . Por este motivo creo que es conveniente siempre, y dentro de las relaciones humanas y de las organizaciones más aún, que todos sepan en cada momento que es lo que quieren, desean y si fuese posible, puedan alcanzar.
Exige esto de un proceso de autoreflexión y de priorización de las cosas. Espero que con la siguiente historia os quede claro:
Una persona cualquiera recibe cierto día una llamada anónima, y le comenta que a diario, cuando se va a trabajar, su esposa lo engaña con otro de nombre Alberto.Al día siguiente, sale para el trabajo, pero al doblar la esquina se esconde y observa. Poco tiempo después, ve llegar a un hombre en un Mercedes deportivo último modelo. Alto, fuerte, atlético, aristocrático, con ropa de diseñador italiano de renombre. Baja con un ramo de flores y pulsa el timbre de su casa.Ve que su mujer abre la puerta y le deja pasar. El marido apresura su vuelta y entra e su casa sin hacer ruido, y llega a la puerta del dormitorio que está entreabierta.
Alberto Carlos se quita la chaqueta y deja al descubierto un cuerpo deportista trabajado con esfuerzo en el gimnasio. Su esposa lo besa apasionadamente. El marido no sabe qué hacer, ni cómo intervenir y sólo atina a sigue mirando.Alberto se quita la camisa de seda natural y muestra un torso perfecto, un vientre duro y sin un gramo de grasa. Su esposa arroja la falda al suelo dejando al descubierto unas piernas y nalgas llenas de celulitis.Éste se quita los pantalones: sus piernas son virilmente perfectas. Su esposa se quita la blusa: su vientre lleno de estrías, se suelta el sostén y los pechos, flácidos y caídos, ¡le cuelgan hasta el ombligo!El marido esconde la cara entre las manos y murmura:
¡…. qué vergüenza estoy pasando con este Alberto!
Y es que cada una da importancia a lo que considera que debe de dar. No todos somos iguales y por lo tanto no valoramos todo por un igual. La importancia de las cosas es fundamental en el trato dentro de las organizaciones. Se debe de intentar saber siempre que es lo que tiene importancia para los que forman tu entorno en aras de conseguir un idílico clima organizacional.
Cada uno tenemos nuestra escala de valores y es algo que ante todo debemos de respetar. De no ocurrir así una organización, cualquiera ques sea, está abocada al conflicto y por ende a la desaparición.
Muy buena la historia de ese pedazo de hombre serxual llamado Alberto.
Cada cual tiene su escala de valores y lo que es peor, hay veces que el tiempo y las circunstancias lo cambian todo.
Imagina que el marido entra en escena tras ver a Alberto. O nuestro avergonzado marido es un poco miope.
PD. Dice una compañera que si tienes el móvil de Alberto 🙂
Jajaja!! Será por el Mercedes ultimo modelo o por lo del cuerpo musculado, jejeje!!!
Lo que está claro es que cada uno tiene su propia escala de valores y no tiene que ser compartida por todos por igual. Por lo tanto lo iportante es que cada uno sepa los suyos y como adaptarse a ellos respetando los de los demás eso está claro.
Un saludo