Indicadores para saber si tu hijo padece de nanofobia o nomobofia
No quería pasar más tiempo sin hablar de algunos aspectos no tan positivos que ha traído el boom de la socialmedia, de las nuevas tecnologías y de la ‘revolución tecnológica’. Y me quería referir hoy a una nueva ‘adicción’ que afecta mucho a los menores (aunque a los mayores también), pero que sin duda debe ser un punto a tener en cuenta por los padres para que sus hijos tengan hábitos saludables de vida. Hablamos hoy de la nanofobia o nomofobia
Según la RAE, al hablar de adicción nos referimos a la ‘dependencia de sustancias o actividades nocivas para la salud o el equilibrio psíquico’ . Según esta definición, el concepto de nanofobia o nomofobia lo podemos identificar como una adicción.
Nanofobia o nomofobia se define como aquel miedo irracional a no tener el móvil. Ni que decir tiene que para los menores es algo, por desgracia, cada día más habitual, aunque también pasa en adultos. Pero es el segmento de los más pequeños de la casa en el que hay que tener una preocupación especial ya que aun son personas que se están formando tanto físicamente como mentalmente y pueden generar una adicción a esta conducta que derive en un desequilibro psíquico.
Por eso vamos a ver que indicadores pueden tener los padres para saber si su hijo padece de nanofobia.
Medicina Preventiva: mejor prevenir que curar
El uso excesivo de los smartphones o teléfonos móviles de última generación puede generar problemas de dependencia, adicción y miedo entre las personas. Y si estamos ante aquellas que aun están en una fase de crecimiento psicológico como son los menores, será necesario que los padres realicen una estrategia de medicina preventiva, ya que sin duda es más fácil trabajar sobre un problema de los hijos cuando ‘salten’ las primeras alarmas o indicadores.
Hablamos de un término no tan reciente como podríamos pensar, ya que se empleó por primera vez en el año 2009 en el Reino Unido y proviene del anglicismo “nomophobia” (“no-mobile-phone-phobia”).
La dependencia de un smartphone hace que la persona sufra una ansiedad por tener el dispositivo siempre a su disposición, teniendo miedo a haberlo dejado en casa, haberlo perdido, que se haya quedado sin batería o, sencillamente que se haya quedado sin cobertura. Es una adicción que genera una falsa ansiedad en la persona ante el miedo a estar ‘incomunicado’.
La OMS no ha incluido la nanofobia o nomofobia aun como una patología mental, aunque los expertos alertan de que cada día es una adicción más frecuente, considerando que el colectivo más se puede ver afectado son los adolescentes de edades entre los 14 y los 16 años.
Dos son los motivos por los que afectan más a este grupo de personas. Por un lado, los adolescentes tienen una gran necesidad de ser aceptados por los demás. Por otro, son los que están más familiarizados con las nuevas tecnologías. A esto se le deben unir aspectos que son más dados a estas edades como pueden ser el presentar una falta de autoestima, así como el de establecer y mantener relaciones sociales en la vida real.
El estar ‘enganchado al movil’ genera la sensación en el adolescente de pertenencia a un grupo, lo que le da una falsa sensación de seguridad.
El nivel de adicción es tan elevado que no nos puede extrañar el resultado del estudio realizado por Adam Alter, psicólogo de la Universidad de Nueva York (Irresistible: The Rise of Addictive Technology and the Business of Keeping Us Hooked): Ante la pregunta si prefería ver caer su movil y destrozarse o romperse un hueso de su mano, entre un 40% y un 50% de los adolescentes preferían sufrir lesiones físicas a quedarse sin movil. Es más, hubo encuestados que preguntaron si con la otra mano (la no lesionada) podrían seguir usando el movil.
Ansiedad, depresión, aislamiento y más…
Si creemos que los móviles nos mantienen en contacto con los demás, el no disponer de los dispositivos se acaba generando una falsa ansiedad, síntomas de depresión y sensación de aislamiento de nuestro círculo. Y es que son estas relaciones unas ‘suplantadoras’ de las relaciones en la vida real.
Pero ojo, no solo son psicológicos los efectos de la nanofobia o nomofobia, ya que también existen síntomas físicos, como la aparición de dolores de cabeza o de estómago, problemas visuales por una elevada exposición a la pantalla o dolores de muñeca y cuello por una posición inadecuada.
Indicadores para la prevención y posterior tratamiento
No tenemos que deciros que, como en cualquier otra adicción, la prevención es la clave. Prevenir es mejor que curar. Tratar una ansiedad (aunque sea falsa o autogenerada) el tratamiento necesitará de especialista facultativo de salud mental y no dejará de ser un ‘tratamiento de choque’.
¿Qué indicadores pueden hacer saber a los padres que sus hijos son adictos?
- El empleo el uso de los smartphones durante la comida. Si a la hora de satisfacer una de las necesidades básicas físicas para las personas como es la de alimentarse, vuestro hijo está más pendiente del móvil que de comer, sin duda es un indicador de dependencia considerable.
- El escuchar constantemente sonidos de alerta que salen del dispositivo de vuestro hijo de diferentes aplicaciones y que acto seguido véis que desbloquea la pantalla para responder, dejando todo lo que está haciendo en ese momento, también es un indicador de adicción.
- Si al salir de casa que va a llevar un tiempo el volver, véis que lo primero que hace vuestro hijo es poner a recargar su dispositivo o bien pregunta si a dónde váis a ir hay cobertura, puede ser un indicador de una ansiedad por quedarse aislado de su círculo de contactos (virtuales).
- Si le preguntáis quién le está mandando algún mensaje y no responde o se enfada porque cree que atentáis contra su intimidad, puede ser síntoma de ‘obsesión’ por estar en un grupo cerrado de contactos donde no quiere que nadie entre.
- Si llegáis a algún lugar y lo primero que hace vuestro hijo es preguntaros si hay Wifi, es indicativo de un miedo irracional a no estar comunicado, ‘fuera de cobertura’.
- Si véis que el teléfono está constantemente encendido y que nunca lo apaga, indica también un elevado grado de dependencia.
¿Qué medidas pueden poner en práctica los padres para evitar la adicción de sus hijos?
Los padres pueden plantearse algunas acciones muy sencillas para mitigar las consecuencias de esta adicción de nanofobia o nomofobia:
- Establecer unos horarios de uso. Solo poder usar el dispositivo en unos horarios predeterminados acordamos entre padres e hijos.
- Prohibir el uso de los smartphones durante las comidas.
- Revisar las aplicaciones que tiene el hijo en el móvil y eliminarle aquellas que supongan una pérdida de tiempo, como por ejemplo los juegos.
- Obligarle a silenciar las notificaciones, ya que el no escucharlas evitará que esté constantemente preocupado por ‘quién’ se quiere poner en contacto con él.
- Nunca dejar que el móvil se cargue en su habitación. Mientras más lejos esté la tentación, mucho mejor.
- Prohibir que mire el móvil si está hablando con alguien o interactuando en el mundo real.
- Vigilar o negociar que solo puede estar presente en una red social, no estar en todas.
Lo que si consideramos necesaria es la involucración activa de los padres en hacer comprender a sus hijos de que todas estas acciones deben ser medidas preventivas, una medicina preventiva que evite una medicina correctora que, sin lugar a dudas, será mucho más perjudicial tanto para la salud física como mental.