Las grandes organizaciones necesitan de grandes directivos, pero los grandes directivos no están siempre en grandes organizaciones».
Vamos a ver que quiero decir con esta frase.
La figura del directivo es aquella que dentro de una organización intenta conseguir mediante el cumplimiento de las normas, las directrices, las pautas de conducta,…, que los objetivos marcados para la organización se consigan. Hace mirar a su equipo en el ‘presente’ y como conseguir afrontar lo que día a día se le acerca a el y a su grupo. El directivo sigue un patrón de comportamiento prefijado, por decirlo coloquialmente, ‘sin salirse de la línea’. Un código de actuación prefijado es lo que hace que se consigan los resultados.
De este modo, claro está que las grandes organizaciones necesitan la presencia de grandes directivos ya que de modo contrario se haría imposible su gobernabilidad.
Pero cuando hablamos de líderes como directivos de organizaciones la definición anterior debe de variar.
Líderes son aquellos directivos (o no directivos) que hacen que los miembros de su equipo consigan alcanzar sus objetivos personales en conjunción con los objetivos del grupo. Son aquellos que saben motivar a su equipo y conocen perfectamente sus necesidades. Son los que no se centran en el presente sino que hacen al grupo y a sus miembros mirar hacia el futuro.
En ese sentido no siguen las normas establecidas (no quiero decir con ello que transgredan las directrices), no van ‘por el libro’, sino que en su forma de actuar, comportarse y dirigir, destaca un toque de originalidad, de espontáneidad, de forma de ser, que los convierten en ejemplos a seguir y pilares fundamentales de la organización en al que se encuentren.
Por lo tanto la frase inicial viene a significar que en toda gran organización existen excelentes directivos, cuyo objetivo es que se cumplen las normas para que exista un orden establecido y se consigan las metas (algo necesario). Pero no tiene que pasar necesariamente que los directivos sean líderes; de hecho muchas veces las reglas de las grandes organizaciones encorsetan a los líderes y los convierten solamente en directivos. El líder motiva, improvisa, hace pensar a su equipo y busca su independencia y autonomía. El directivo hace cumplir las normas, no sale de lo establecido e intenta que el equipo no tenga pensamientos distintos de los de al organización.
De ahí que yo me oponga a la denominación de ‘Habilidades Directivas’ y prefiera llamarles ‘Habilidades de Liderazgo’.
Por desgracia, las organizaciones están llenas de estupendos directivos pero no de estupendos líderes. Cuando consigamos cambiar esto podremos hablar de la verdadera revolución dentro de los RRHH.
Hola, José Luís:
Tu exposición es muy acertada y el paralelismo con el mundo comercial también existe de alguna forma: no todo gran vendedor está capacitado para ser director de ventas (es precisamente esa cualidad de liderazgo la que hace falta) ni todo director de ventas es un gran vendedor -esas no son las cualidades excepcionales que debe tener-. Por eso existe mucha confusión en el establecimiento de jerarquías en muchas empresas: siguen echando mano del «manual», de «lo establecido» o del «porque siempre se ha hecho así».
Muy buen post, José Luís.
Un saludo.
Gracias por tus palabras amigo Germán.
Tienes mucha razón. En las organizaciones se da mucho ‘por supuesto’ y no es muchas veces a sí. Por ser un gran comercial no quiere decir que sepas dirigir a un grupo de comerciales y viceversa.
El trabajo con equipos de personas primero exige las habilidades efectivas del trato entre los miembros de un equipo. Luego vendrán las habilidades propias de la actividad del grupo. Pero lo que está claro es que liderar es algo más que ser bueno en una actividad.
Un saludo amigo
Excelente entrada. Hay toda una tarea potenciando a la gente para que sea un líder efectivo en su área de infuencia, lo mismo si es un maestro de escuela, un padre de familia o un directivo en la empresa. Muchos directivos no cuentan ni con las habilidades ni con las actitudes necesarias para potenciar a sus colaboradores y a sus organizaciones. Me parece muy atinada la distinción entre habilidades directivas y habilidades de liderazgo. En mi opinión es más completa la frase «Habilidades y actitudes de liderazgo»; ya que las primeras requeren de las segundas. Aunque para fines prácticos quedaría muy largo el nombre.
Felicidades por tu interesante blog; que ahora re-descubro. Ya puse una liga en mi blog para recordar seguirte.
Gracias por tus palabras amigo Enrique.
Tienes mucha razón en lo de que el liderazgo debe de ser cosa de ‘aptitudes y actitudes’, como me gusta decir a mi.
Nuestras organizaciones se caracterizan por poseer directivos, pero por desgracia no que éstos sean líderes. Una cosa no de influir en la otrra, he conocido a verdaderos líderes en la sombra que no eran directivos y viceversa, directivos veteranos que menos lidera, motivar y potenciar el talento en su grupo hacían de todo.
Vendría a ser hablando coloquialmente: directivo es un cargo un puesto y lider es un estamo de ánimo o una forma de hacer las cosas, no teniendo porque darse las dos a la vez (aunque si sería recomendable).
Un saludo