El salario es un aspecto fundamental para los trabajadores. Conocer que otros ganan más dinero, desarrollando iguales funciones, puede dar lugar a un mal clima laboral o a que huya el talento.
En la entrevista laboral, el sueldo, es el tema más que complicado, muchas veces nuestro entrevistador no menciono este aspecto o lo deja para la última fase del proceso. Además cuando nos pregunta acerca de nuestras expectativas salariales, no sabemos si nuestra respuesta estará por encima o por debajo de lo que tienen fijado para el cargo, de manera que podemos correr el riesgo sobrevalorándonos como profesionales, o del revés, colocándonos en situación de inferioridad.
El sueldo siempre ha sido un tema difícil de abordar, no sólo en las entrevistas, sino también con nuestros compañeros, ya sea por inseguridad o por miedo a generar cierto malestar. En muy pocos casos este asunto se habla de forma relajada y sin tapujos. Es más, en muchas empresas existen reglamentos internos que prohíben y sancionan la divulgación o publicación de los sueldos de los colaboradores.
Pero, ¿por qué sucede esto? Un estudio realizado por el Departamento de Economía de la Universidad de Berkeley reveló que al hacer público los sueldos en una empresa, los empleados con salarios menores al promedio, se sentían insatisfechos con su trabajo y tendían a buscar un nuevo empleo.
A nadie le gusta saber que su compañero, que cumple las mismas funciones, gana más. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el principal condicionante para que un trabajador gane más que otro, son los requisitos educacionales y de esta forma, el salario anual crece a medida que aumenta el nivel de estudios.
En general, las empresas no quieren que los colaboradores sepan cuánto ganan los demás para evitar rivalidades o mal ambiente, ya que afecta directamente el clima y al trabajo en equipo. Por lo mismo, es importante que cuando las empresas reconocen económicamente a los trabajadores, lo hagan igual para todos, pues esto será determinante para el desempeño laboral.
Cuando la política de remuneración cuenta con un procedimiento claro, transparente y documentado, basado en criterios formales como las descripciones de cargos para cada una de las posiciones de la compañía, las personas confían en la retribución económica justa y acorde a las responsabilidades y logros de cada uno.
“Las diferencias salariales sólo se entienden por aspectos como años de experiencia, cantidad de responsabilidades, logros o resultados, más allá de que se trata de hombre o de mujer, de dónde provenga o cuáles sean sus ideas. Si se consideran estos aspectos estamos hablando de discriminación”, señala Javier Caparrós, director general de Trabajando.com España.