Detectives privados ¿también usan el mundo 2.0? Una profesión tan centrada en el mundo 1.0 como es la de los detectives privados, es un claro ejemplo de como han evolucionado determinadas profesiones con esto de la expansión de los socialmedia.
Recientemente en una serie de webs vinculadas con esta profesión como detecyl.com, hemos visto que los socialmedia han introducido cambios en los comportamientos de las personas que hacen que la gente se haya hecho muy descuidada. Un comentario en el muro de un perfil de Facebook, una foto indiscreta subida a Instagram o una conversación mantenida en Twitter, son cada día más utilizados para conseguir pistas dentro del cometido de los detectives privados tradicionales.
Estos estaban acostumbrados a recoger información de todo tipo, incluso fotográfica mientras que ahora cada persona con móvil es un fotógrafo en potencia y un facilitador de información cuando comparte una foto en una red social.
Esta agencia de detectives en León indicaba que no es el primer caso ya que se encuentran en el que alguien, compartiendo una foto en un determinado lugar, muestra algo que para el carece de importancia pero que para un detective es de vital valor y le ha ayudado a solucionar el caso que estaba gestionando.
Aquí se nos plantea una interesante pregunta. Si de esa foto por ejemplo que se comparte, se derivasen consecuencias negativas para alguien, ¿este podría pedir responsabilidades a esa persona por compartir esa foto? La verdad es que el que sube una foto, hace un comentario o algo similar, es el responsable del mismo, según indican las directrices de las diferentes redes sociales. Pero el subir una foto que aparentemente es inofensiva no consideramos que de derecho a alguien a emprender acciones contra quien lo haya subido.
Subir una foto de un ‘selfie’ en la playa que se vea detrás a una pareja besándose y que estén alguno de los miembros cometiendo adulterio del que se derive un posterior divorcio, ¿puede dar derecho a esa persona a pedir responsabilidades al autor del selfie?
El detective privado ha encontrado en los socialmedia un aliado para conseguir información, sobre todo gráfica. Pero el límite entre la responsabilidad de esa información es algo realmente complicado por ahora de discernir.
Por ejemplo, simpático caso de la Reina de Inglaterra a unas chicas que se hacían un selfie. Las chicas no tendrían culpa de hacer el selfie pero ¿y de compartirlo? En este caso no hay delito ni información relevante para un detective, ¿pero si la hubiese?
Me gusta saber que detectives de León utilizan servicios de marketing social porque siempre parecía una profesión muy cerrada a compartir su propia información.