Cuando te encuentras ante una situación cambiante, algo en tu entorno parece que va a cambiar y desconoces sus consecuencias, cualquiera comienza a desarrollar una sensación de desasosiego. No es otra cosa que nuestra inseparable compañera de viaje «la ansiedad«.
Es un sensación que el ser humano la lleva experimentando desde el inicio de todo, pero ¿realmente es el cambio lo que nos genera la ansiedad?
Para nada, lo que nos genera ansiedad no es el cambio en sí, sino el miedo a lo desconocido, a lo que conlleva ese cambio y que todavía no alcanzamos a percibir, porque se encuentra oculto en un futuro que aunque cercano se nos antoja difícil de ver.
La información minimiza enormemente la aparición de la ansiedad. Pero la información entendida como «conocimiento» como disminución de la incertidumbre del futuro.
Ante un cambio lo que hay que saber es dominar nuestros miedos, nuestros temores, no hay que temer al cambio en si. Todo cambio lleva aparejada una oportunidad, no un problema u obstáculo.
La ansiedad es mala amiga. Nubla la mayor parte de tus facultades de razonar y hace que te muevas por instintos, cosa que no es nada recomendable, porque cuando uno abandona las facultades de pensar con claridad, la probabilidad de cometer un error aumenta de forma considerable.
Un ejemplo os clarificará la idea.
«Ante el rumor de el cierre de la empresa en la que trabajas, comienzas a sentir una ansiedad acerca de lo que puede ocurrirte a continuación. La ansiedad no es porque cierre tu empresa, que a lo mejor es lo que tú quieres, sino por el «qué voy a hacer luego». El desconocimiento del futuro es lo que te genera la ansiedad, no que te quedes sin trabajo. Imaginaros que sabes a ciencia cierta que el día que cierre tu empresa, otra te ofrece un puesto de trabajo. ¿Sufrirías de ansiedad? Claro que no. ¿Qué ha ocurrido? El cambio, es decir, que tu empresa cierre sigue ahí. Por lo contrario se ha reducido o mejor dicho desaparecido el grado de incertidumbre sobre tu futuro».
¿Qué quería deciros con este ejemplo? Pues una cosa muy clara. Los cambios en esta vida se van a producir de un modo contínuo, van a ser una constante en vuestra vida, quieras o no ocurrirán, entonces ¿deberías de preocupare por que al final se produzcan y que te generen ansiedad?. Para nada.
Lo que tienes que acostumbrarte desde un inicio es a saber que tienes que hacer para minimizar la incertidumbre que te pueden generar los cambios. ¿Cómo? Esa sería la pregunta y por lo tanto la respuesta del millón.
Cada uno es como es y actúa de distinta forma. Lo que está calro es que debes de estar preparado para aprovechar las oportunidades de cualquier cambio lleva aparejadas y para ello es necesario que tengas la mayor información posible sobre lo que te puede pasar si acontece el citado cambio y de como te puede afectar el mismo.
Controlar la ansiedad ante los cambios implica reducir la incertidumbre ante el futuro desconocido. Los cambios no producen ansiedad, no es una cualidad de éstos, es una circunatancias que se da en lasersonas. Por lo tanto son éstas las que deben de aprender a controlarlas.
Muy bueno el ejemplo del cambio de empresa, la ansiedad que genera lo desconocido se ve bastante mitigada…
De hecho, creo que uno de los mayores generadores de ansiedad en los tiempos que corren es el secretismo de la alta dirección, que muchas veces fomenta rumores de todo tipo, unido a los cambios constantes de criterio, que desorientan a los trabajadores «de base», que no saben a qué carta atenerse.
Un saludo
Pablo Rodríguez
La verdad amigo Pablo es que es el mejor ejemplo en estos momentos.
No me cabe duda de que la inceeertidumbre es lo que nos genera ansiedad en estos momentos, no el cambio que se pueda producir, sino el miedo a lo desconocido. A medida que mitigamos lo desconocido, la ansiedad desaparece.
En definitiva, la ansiedad es una cualidad de las personas no de las cosas, ni de los cambios. Si controlamos nuestras ansiedades, tendremos mucho ganado.
Un saludo amigo
Incertidumbre, he ahí la clave,
Muy bueno José Luis.
Un saludo
Efectivamanete Patricia. Esa es la clave de estos tiempos complejos. La incertidumbre, el miedo al ¿qué pasará?, pero no al cambio en si, sino a la perdida de control que eso supone. Si el cambio estuviese perfectamente controlado, no se nos generaría ninguna ansiedad.
Un beso