Seguro que muchos de vosotros habéis oido hablar del libro «¿QUIEN SE HA LLEVADO MI QUESO?»
Tuve una vez yo un jefe que nos lo mandaba leer cada vez que ibamos a una reunión, y digo bien, mandaba, no recomendaba. Parecía que tenía obsesión por este libro. Tanta presión ejerció para que lo leyésemos que al final caí en la tentación. Más o menos era como sigue:
«Fisgón y Escurridizo, son dos pequeños ratoncillos que habitan un laberíntico conjunto de infinitas galerías. Con ellos conviven dos hombrecillos liliputienses, que responden a los nombres de Hem y Haw. Los caracteres de estos cuatro personajes son dispares y, tal vez, prototipos de otros tantos caracteres humanos. La vida cotidiana de los cuatro se centra en la lucha diaria por conseguir el tan preciado queso con el que mantenerse. A tal fin, cada mañana los cuatro inician una desenfrenada carrera en pos de su alimento diario. Un buen día se encuentran con un verdadero arsenal de queso y Hem y Haw deciden quedarse a vivir justamente en la sala en la que se encuentra el hallazgo. De este modo viven y disfrutan de su botín, mientras los ratoncillos, cada uno a su estilo, continúan buscando y repostando en la misma sala entre tanto no encuentran otra mejor.
Sin embargo una mañana el queso se ha terminado, los ratones no han vuelto y los enanitos quedan absolutamente desolados y temerosos. A partir de este instante el miedo empieza a sobrecoger el ánimo de los pequeños Hem y Haw.
Con este argumento de apariencia absolutamente infantil, Spencer Johnson, da forma a un breve relato con el que pretende enseñarnos como adaptarnos a los cambios de los que depende nuestra existencia. Un cuento plagado de máximas y situaciones con las que el autor nos abre los ojos para luchar contra la fatalidad de un mundo en constante cambio en el que el sedentarismo vital ha de quedar desterrado, en el que la estabilidad y seguridad no están garantizadas y en el que cada mañana ha de ser vista como el inicio de una jornada en búsqueda del éxito razonable. Un cursillo intensivo para aprender a superar el miedo. Cuando dejas atrás tus temores te sientes libre, nos dice Spencer Johnson en boca del pequeño y valiente Haw».
Conocernos a nosotros mismo, llegar a identificar nuestras metas en la vida, reconocer nuestros fracasos y temores, y saber admitir y responder correctamente cuando nuestros objetivos no se cumplen, para poder alcanzarlos más tarde es lo que nos propone «¿Quién se ha llevado mi queso?»Un relato ejemplificador que más que enseñar nos recuerda todo un conjunto de enseñanzas que hemos ido olvidando pero que aún permanecen escondidas en algún recóndito lugar de nuestras mentes.
Cuando terminé de leer el libro, entendí porque mi jefe me lo recomendaba, no obstante él era de los de «haz lo que digo y no lo que hago», con lo cual lo que asimilabas realmente no lo veías en práctica en ningún momento.