Emprender a los 40 …. o más!!!

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Una de las circunstancias que el mercado laboral ha hecho es que profesionales con 15 años o más de experiencia en su trabajo y desempeñándolo bien, se hayan visto abocados a engordar las listas del paro. Y no porque no fueran efectivos en su puesto, sino por el mero hecho de que su empresa, ha cerrado y ‘les ha pillado el toro’.

Es ahí cuando un colectivo de gente de 40 años …. o más se ven de nuevo en la rueda de la búsqueda de empleo compitiendo con los jóvenes que se incorporan al mercado laboral.

Y poco a poco se dan cuenta que en este país aquello de que ‘la experiencia es algo muy valorado’ es una vulgar mentira.

Las empresas meditan muy mucho el contratar a personas de 40 años o más que, aunque con una trayectoria profesional exitosa, poseen muchas veces ya una situación personal que les condiciona y no permite tenerlos a su entera disposición.

¿Eres emprendedor o un fracasado?

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En España, muchas personas con mentalidad emprendedora o que tienen una idea, se lanzan a ponerla en marcha de forma real, es decir, deciden tirarse a la piscina sin tener garantizada el agua. Sin embargo, pocas personas que montan un negocio consiguen triunfar a la primera y eso no qu iere decir que su idea fuese mala sino que en alguna fase del proceso de puesta en marcha fueron por el lado inadecuado. De los traspiés es de donde más se aprende o eso es lo que de forma teórica muchos expertos recomiendan

Receta para ser un emprendedor exitoso

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Y es que el arte de la cocina es muy similar al de ser emprendedor: nunca dos personas con los mismos ingredientes hacen el mismo plato, a la vez que rara vez sabe igual el mismo plato haciendolo en momentos distintos. Pues con el tema de ser emprendedor pasa algo similar.

De hecho por eso se puede decir que emprender es todo un arte en el cual no hay recetas mágicas, sino que lo que hay es mucha dedicación, amor, cuidado, conocimientos y como no, una gran dosis de suerte.

No obstante, aunque no haya recetas exitosas, si hay ingredientes necesarios para que la receta (o sea, el ser emprededor) no sea un fracaso clamoroso.

A saber, ingredientes:

1 muy buena dosis de autoestima
1 muy buena visión abstracta del entorno, unida a un buen autoconocimiento de unos mismo y sus habilidades.
1 buen manojo de nervios, porque sin miedo no hay reacción ni alerta ante las adversidades, ser previsor.
unos cuantos kilos de noches sin dormir, preocupaciones, canas,….
dos, tres o más, buenos contactos, o sea padrinos, o sea networking.
4, 5 o más kilos de esfuerzo.
si no se dispone de medios económicos, un par de amigos banqueros.
1 enorme pero enorme dosis de suerte

¿Sabes cual es tu marca personal?

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Y lo que es aún más importante, ¿sabes si tu marca personal está demandada por el mercado?

Cada día hay más movimiento en pro de los emprendedores dado que el mercado laboral se está poniendo muy complicado. Y es en este entorno de la emprendeduría donde cobra mucho valor el tema de la marca personal. Pero últimamente también ha ido cogiendo esta idea importancia en el trabajo por cuenta ajena.

Y es que según un dato reciente, más de 450.000 personas ya no buscan trabajo porque dicen que no lo van a encontrar. Como deciamos mi amigo Oliver (blog Formación y Talento) y yo el otro día en una conversación en Twitter, ‘vamos a dejar de buscar trabajo, que el trabajo nos busque a nosotros’.

Esa es una opción, pero ¿que busca el trabajo? ¿a mí o mi ‘marca personal’ (o sea a mi imagen como trabajador)?

Emprender ‘pa ná’ es tontería…

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Hoy toco un tema cuando menos peliagudo y más cuando la situación laboral. Se trata de ver el tema de ‘hecerse emprendedor como alternativa al paro’. Y se que levantará diversidad de opiniones, pero me gustaría exponer las mias.

Y es que desde que salió la campaña de ‘marras’ en la que se nos quería abducir sobre las bondades de crear nuestra propia empresa y que esto salvaría a este mundo, es un cosa que ya me lleva unos días dando vueltas a la cabeza y de la que ya había hablado anteriormente, pero creo que esta es buena época para recordar.

¿Quién no quiere ser su propio jefe? Y no valen mentirijillas.

Yo diría que todo el mundo lo ha pensado alguna vez, pero por ‘hache o por be’ no se ha decidido a ello y ha preferido la paga a fin de mes como algo seguro a la incertidumbre de la emprendeduría. Esto es algo completamente respetable al igual que el hecho de emprender su propio negocio cualquiera de nosotros, llegando no sólo a ser respetable sino también loable en estos tiempos.

Un nuevo forma del mercado laboral, ¿podrías ser tu jefe y tu líder?

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Estamos realmente cansados de malas noticias de todo lo que nos rodean. Crisis finanicera, crisis económica, déficit público, caida de la producción industrial,…, e indefectiblemente incremento desmesurado del desempleo.

Me he acordado de una conversación mantenida con mi amigos Yoriento, SM, Andres Pérez y Juan Martinez no hace mucho tiempo en la que se analizaba el futuro que nos esperaba en el mercado laboral en un horizonte no muy largo de los próximos 10 años.

Yo he sacado mis conclusiones al respecto y pueden mostrar un escenario posible de lo que nos espera.

Visto el desempleo creciente asi como los contínuos rumores acerca del sistema de pensiones de la seguridad social que anticipa épocas malas para los potenciales jubilados, podemos encontrarnos con un futuro laboral realmente muy distinto al actual. ¿Podría desparecer el concepto de empleo como lo entendemos ahora mismo?, es decir, ¿podría llegar a desaparecer el trabajo por cuanta ajena y pasar a ser todos ofertantes de mano de obra por cuenta propia?.

Parece algo complejo, pero intentaré explicarme lo mejor posible.

Por un lado, los empresarios tienen serios problemas para contratar nuevos empleados, costes salariales y a nivel impositivo y de seguridad social. El mercado actual condiciona seriamente la contratación laboral (fuertes costes de despido, elevados argas sociales,….) con lo que ante la necesidad de contratar nuevos empleados, la decisión debe de ser seriamente sopesada.

Pongamos un ejemplo práctico en el que hay dos opciones:

Opción 1

«Una empresa necesita incorporar un administrativo con una retribución bruta de 18.000 euros al año. Decide realizar un proceso de selección e incorpora a una persona que al cabo de digamos dos años ya no es necesaria y prescinde de ella. Durante estos dos años ha tenido que pagar la nómina y los impuestos correspondientes (seguridad social y retenciones), y a la hora de despedirlo, deberá hacer frente a un desembolso adicional».

Opción 2

«En vez de acometer un proceso de selección para incorporar un empleado en nómina, decide realizar la contratación de un trabajor por cuenta propia (autónomo o profesional independiente) al que le pagará 18.000 euros al año como facturación, el cual realizará los mismos cometidos que si estuviese en nómina, pero que a la empresa no le supondrá ninguna carga social y cuando se decida rescindir el contrato tampoco le supondrá ningún desembolso por despido».

Sinceramente, si fuéseis empresarios ¿que opción preferiríais?.

Económicamente está claro que la opción 2 es más ventajosa, pero como líderes de la empresa conlleva un claro peligro. Si el profesional contratado es bueno en su cometido, genera su «porpia marca», está calro que puede ser requerido por cualquier otra empresa del mercado. Por lo tanto como líder del proyecto, deberásde desarrollar unas habilidades directivas muy especiales cuyo objetivo es retener el talento.

El profesional está siempre en el mercado, no lo ata más que una relación de trabajo por cuenta propia, el cual es rescindible con un determinado preaviso sin necesidad de indemnización de ningún tipo por las partes (salvo que se acordase algo en el momento de la firma del contrato).

¿Funcionaría mejor un mercado laboral donde todos ofertásemos nuestro trabajo y nuestra forma de rendir, es decir, nuestra «propia marca»?

Es susceptible de discusión, pero lo que está claro que en un inicio, si las empresas reducen sus costes salariales e impositivos, se fomentaría una mejora en la productividad y por lo tanto se podría reactivar ciertamente la economía.

No obstante, habría que modificar los sistemas de retribución en caso de desempleo y sus efectos a la hora de la jubilación. No podrían funcionar como hasta la fecha.

Pero supongamos que el trabajo por cuenta ajena desaparece y todos pasamos a ser profesionales por cuenta propia que prestamos nuestros servicios en el mercado laboral. Todos pasaríamos a ser emprendedores y a liderar nuestros propios proyectos profesionales. ¿Sabríamos liderar de verdad nuestros proyectos? ¿qué venderíamos, nuestra persona o nuestro trabajo?

Es aquí donde el problema se tuerce bastante y se abren muchas posibilidades.

Liderar a personas requiere unas habilidades determinadas, pero liderar tu propio proyecto es algo distinto. Hay que generar un valor en lo que tu haces, saberlo transmitir, que el cliente final lo perciba, en definitiva, hay que labrarse una reputación y una «marca propia». Pero esto conlleva una ventaja: «la especialización y el prestigio».

Mientras mas prestigo alcances en lo que haces, es decir, mientras mejor se valore tu «marca propia» tu tendrás el poder de negociación frente al cliente, liderarás el proyecto emprendedor que acometas a la vez que podrás exigir la remuneración a tu trabajo.

Si no consigues «tu marca», que sea reconocida, lo único que estarás es a merced del cliente que te contrate, que es el que te va a marcar el nivel retributivo.

Es decir, de quedarnos en un mercado laboral solo con empleados por cuenta propia, requeriría el ser empresarios en toda regla, poseer dotes de liderazgo, capacidad de trabajo, reconocimiento de tu «saber hacer» (know how) como medio de generar valor.

El tema es para que recapacitéis seriamente. Si el mercado laboral detrivase hacia esta nuevo tipo de trabajo, ¿estaríais capacitados para liderar vuestro propio poryecto?