Cómo dar órdenes, pero motivando
Las órdenes las puede dar cualquiera. Lo que ya no consigue cualquiera es que el efecto que consigan en quien las reciben sea motivador y estimulador para que se ponga en marcha con su talento e intente realizar lo mejor posible su trabajo diario.
El buen jefe, el líder, de lo que no abunda casi nada en las organizaciones españolas, sabe que las órdenes se deben de dar ya que no dejan de ser instrucciones que cualquier organización debe de tener y realizar si se quiere conseguir un objetivo.
No obstante el ‘cómo’ se transmiten es siempre más importante para conseguir los efectos esperados que lo ‘qué’ se transmite.
La clave del éxito de dar órdenes radica en la actitud que tengamos a la hora de anunciarlas y como hayamos decidido transmitirlas. Todo en esta vida tiene ‘su tempo’.
Veamos a continuación que puede hacer un buen jefe para conseguir que sus órdenes sean motivadoras y llegaremos a la conclusión de que muchas de estas actitudes van más allá del mero momento de transmitirlas, siendo más hábitos de trabajo que luego, a la hora de dar las órdenes, le beneficiarán mucho:
- Lo primero que debe de hacer un buen jefe es conocerse a si mismo, un DAFO de sus habilidades y fortalezas y saberlas explotar para comunicar órdenes.
- Mostrarse accesible a todo su equipo. Tenerlo siempre informado, de como van los objetivos, el rendimiento, los resultados…
- Fomentar las preguntas, tanto en el día a día como a la hora de transmitir las órdenes.
- Buscar puntos escondidos. Conocer a sus interlocutores y adaptarse a ellos.
- Acordarse en todo momento de que las palabras no lo son todo. La importancia de la comunicación no verbal, gestos, entonaciones, ….
- Lo importante es convencer y no imponer.
- Cuando se están dando órdenes no se debe de contraatacar demasiado pronto, ya que el reaccionar a los ataques de esa forma da más sensación de imposición. Mejor ser empático y proactivo.
- Unido a lo anterior, se debe de desplegar el «poder personal» que se posea para generar buenas relaciones con el equipo.
- Recordar que se es profesional: las órdenes no son nada personal. Fomentar relaciones emocionales positivas. Evitar los conflictos personales.
- Debe el buen jefe intentar construir un ambiente de trabajo mutuamente beneficioso.
- Hay que desarrollar metas claras, concisas y centradas, así como fijar los patrones a seguir.
- Fundamental se me antoja el intentar dejar a los miembros del equipo en la participación del éxito. Cuando se consiguen objetivos es por el trabajo de todos.
- Siempre celebrar el éxito, no sólo el fracaso. Comunicar los aspectos positivos y negativos por igual.
- Si en las órdenes hay participación, las decisiones si han sido tomadas en grupo son mejor aceptadas.
Pese a ser una serie de consejos que desde siempre se deben de tener en cuenta para saber la forma adecuada de cómo dar órdenes, no me da a mi que sean muy aplicados por un líder (mejor dicho jefe), en nuestras organizaciones.
Y al respecto de dar órdenes, os quiero recordar solamente que en la comunicación, de las mismas, deberéis tener en cuenta en todo momento si preferís una comunicación asertiva, pasiva o agresiva. De esta elección, podrá depender mucho el éxito de las órdenes que vayáis a dar.
Como conclusión, siempre me han gustado mucho las palabras de Gary Zukav (El lugar del alma, 1990) que espero que las tengáis en cuenta cuando vayáis a dar órdenes la próxima vez:
«Carentes de respeto, nuestras experiencias son brutales y destructivas. (…), nuestras experiencias se muestran compasivas y solícitas. Tarde o temprano llegaremos a respetar cualquier forma de vida. Nuestra elección reside en saber cuándo sucederá y los tipos de experiencias que habremos de sufrir a medida que vamos aprendiendo».
Hola José Luis.
Buen post.
Ordenar cosas útiles también ayuda bastante a motivar.
Un saludo
Antonio
Buenas amigo Antonio. Mucha razón llevas. Aqui muchos jefecillos se matan por mandar y mandar y hacerse notar, con lo cual las órdenes muchas veces no tienen sentido ninguno. Penita pero verdad como un templo, 🙂
Un abrazo
Buenos consejos, amigo José Luis. Leyéndolos con detenimiento percibo un gran jefe motivador en ellos, aunque, qué difícil resulta a veces cumplir todos 😉 Pero desde luego, hay que intentarlo, que la diferencia entre el líder motivador y el «mandón» es mucha, los resultados de la empresa lo van a notar….
Un abrazo
Pablo Rodríguez
Buenas amigo Pablo. Sería el ideal del ‘jefe’ y que ciertamente no siempre es posible, pero con tal de que siempre se tengan en mente a la hora de dar órdenes y se intente ponerlas en práctica, ya habremos avanzado mucho 🙂
Un abrazo