Los social media: un gran paso adelante para la Humanidad y un paso atrás para la economía de mercado

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Cuando hace un lustro un arquitecto recibía 6.000-7.000 euros por firmar un proyecto de obra, no se oían voces en contra. Cuando ibas al notario y te cobraba por firmar la hipoteca una comisión suculenta, nadie vi que se rasgase las vestiduras. O cuando ibas a comprar un coche y te decía que además de pagar a precio de oro el vehículo debías de esperar por él cuatro meses al menos, nunca vi a un indignado a la puerta de un concesionario.

No obstante ese problema si que ha ocurrido con la aparición de los social media y en dos puntos de vista: cualquiera lo puede hacer y es la ‘tierra prometida’ de las ONGs.

Vamos por partes, como decía Jack el ‘destripador’.

Por un lado:

Cuando ahora le presupuestas a un cliente una acción comercial en los social media, por ejemplo, crearle una fanpage y un canal Twitter, así como movérselo en la Red para que su marca sea reconocida en el mundo 2.0, siempre es caro. El dueño de la empresa siempre tiene un primo o un sobrino que tiene una cuenta de Twitter o un perfil de Facebook que seguro que está dispuesto a hacerlo más barato o incluso gratis.

La importancia del factor humano en los social media

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Si algo me revienta personalmente es llamar a cualquier compañía telefónica para reclamar algo (por desgracia muy habitual) y que me salga una máquina. De hecho la última vez que me pasó eso me cambié de compañía.

No estoy hablando de que el uso de las nuevas tecnologías no sea interesante y útil, pero yo valoro lo que se define como el ‘factor humano’. ¿Os sorprendió o incluso os emocionó el hecho de llamar al teléfono de una empresa y que una persona real conteste el teléfono? A mi si.

Me parece ridículo que hayamos llegado a este punto de desconexión total, mientras que nuestra necesidad humana básica es conectar y relacionarnos con los demás.

Y como no iba a ser menos lo mismo ocurre con los social media.

¿Os gusta seguir a una cuenta de Twitter y que al instante os devuelva un ‘robot’ un mensaje de agradecimiento que aún encima os pide que le sigais también en Facebook? ¿A que hubiéseis preferido un ‘Gracias y buenos días’ personal aunque no hubiese sido tan instantaneo?

Eso vuelve a ser el ‘factor humano’.