En un post anterior, me refería a una forma ingeniosa y sencilla de definir lo que es «el coaching» y hacía referencia también a la historia del elefante, que es una de mis formas preferidas de explicar lo que es el coaching. Como un visitante no la conoce, la voy a explicar.
La historia es la siguiente.
«Dos amigos se encuentran en un bar después de la jornada laboral y uno se empieza a quejar del excesivo trabajo que realiza diariamente. El otro, que es un coach reconocido, le escucha. Tras terminar de hablar y quejarse, haciendo hincapié en que su trabajo si que es de verdad y no el de ser un «coach» como su amigo, éste le mira y le hace una pregunta: ¿Serías capaz de comerte un elefante?
La respuesta inmediata del amigo «quejoso», era que «no», «qué si estaba loco», «qué como se iba a comer un elefante con lo grande que era».
El amigo que era coach tras escuchar la respuesta le mira y le dice: «Pues mi trabajo es que digas que sí a la pregunta de que si eres capaz de comerte un elefante». El primero se reía y negaba con la cabeza diciendo que eso era imposible. Ante esto, el coach le razonó de la siguiente manera.
«Yo te he preguntado si eras capaz de comerte un elefante y tu mentalmente te has hecho una idea preconcebida de ti mismo comiendo un elefante y has dicho que no eras capaz». Si te digo que un elefante africano anda por las 7 toneladas de peso, me dirías también que no serías capaz. Contando que su esqueleto puede andar por la tonelada y media, quedarían 5,5 toneladas. Si eliminamos visceras no comestibles, te quedarían en torno a las 4 toneladasde carne. Si te pregunto otra vez que me contestarías. El otro respondió que no sería capaz de comerse 4 toneladas de carne. Correcto le dice el coach. A ti que te gusta comer, comes habitualmente chuletones un par de veces o tres por semana de 1kilo más o menos, si te divido las 4 toneladas en raciones de un kilo, podrías comer 4000 días un chuletón. A esto el otro le contesta que si come 4000 días seguidos carne se moriría. El coach asintió con la cabeza y le preguntó ¿Quién te ha dicho que tengas que comer todos los días lo mismo? Si comes 3 veces por semana carne, en raciones de un kilo, en 30 años te habrás comido todo el elefante. A lo que el otro responde «es que visto así». El coach le volvió a preguntar: ¿serías capaz de comerte un elefante? y el primer amigo contestó: visto asi, si que podría».
Aunque es una historia un tanto «ad hoc» para definir la figura del coaching, es muy válida.
Analicémosla.
Toda persona en su vida, personal o profesional, afronta diariamente retos, actos, tareas,…., que tiende a asociar cuando las afronta con «paradigmas» o situaciones conocidos o que ya le hayan ocurrido. Los paradigmas son ideas preconcebidas que poseemos en la cabeza de las cosas y que nos hacen creer que las actuaciones tienen que ser de esa manera y no de otra posible. Son lo que se definen como «mapas estructurados», es decir, ideas prefijadas acerca de algo y que realmente lo único que están haciendo es limitar nuestra capacidad de análisis.
Si frente a un problema que pasa un día, nuestra postura es la de la imposibilidad de afrontarlo o la negatividad de resolverlo, quiere decir que poseo de antemano una idea o mapa preconcebido negativo o incluso puede darse el caso de que el problema sea nuevo y ante el desconocimiento de una posible solución, doy la negativa por respuesta. En este caso, la persona debe de ir desgranando el problema inicial en partes, tantas veces como lo necesite, hasta conseguir identificar el problema como la suma de mapas mentales o «paradigmas» positivos. La suma de todos ellos dará un resultado positivo del problema inicial.
Es decir, si una situación es de antemano «prejuzgada» como imposible, lo único que estoy haciendo es negar la posibilidad de hacerla. Si la analizo y la paso a suma de acciones posibles, la inicial también será posible.
Yo me acuerdo de un amigo de la facultad que el padre le dijo que quería que saliese licenciado, cosa que el de antemano consideraba imposible. ¿Qué hizo? Planificó realizar la carrera en 2 años y medio más de lo que incialmente era lo normal y acabó siendo licenciado, cosa que nunca se lo habría creido al principio. Basta con saber dividir las situaciones difíciles e imposibles en situaciones más sencillas y factibles.
Pues esto es lo que hace un «coach». Relaja, por asi decirlo, las ideas mentales preconcebidas de una persona, para que esta pueda enfrentarse a todas las situaciones, nuevas o no, con una aptitud positiva y siempre pensando en la posibilidad de afrontar cualquier cosa y llevarla a buen término. Para esto debe, como se ve en el ejemplo, saber escuchar, saber preguntar, ser altamente positivo, asertivo y proactivo, así como el hecho de ser una persona lo suficientemente segura de lo que tiene entre manos.
José Luís,
parece que estasemana hemos coincidido en el tema, que no en el enfoque.
Hay un ramalazo profundo de PNL: «el mapa no es el territorio», una vez conscientes de esto a trabajar vía coaching para eliminar los prejuicios que nos limitan.
Un saludo
Hola José Luis,
No conocía la historia del elefante y la guardaré como oro en paño. Es muy aleccionadora.
En cualquier caso, la respuesta no es de un buen degustador de carne de elefante, de otro modo la respuesta sería. «¿Al pil pil o ahumado?».
He visto y experimentado desde ambos sentidos la labor del coach y es por eso que cada vez que escucho la analogía del elefante me sigue pareciendo extraordinaria… Además de las bondades del coaching que mencionas, algo que he notado en la práctica es que logras sacar al individuo del «marco» o el cuadrado en el que mucha gente vive y es como si lo despertaras de un largo sueño y le presentaras al mundo tal como es…
Interesante historia y muy buena metáfora para poder entender este término.
Llegué aquí vía E.Pampliega y Senior Manager.
Me encanta tu blog y me apunto para leerlo diariamente 🙂
A Alfredus.
Si, en épocas de crisis siempre se busca ayuda externa y es por eso que creo que la figura del coaching va a ponerse en alza de nuevo.
A E.Pampliega.
Buena pregunta si al pil-pil o ahumado, eso demostraría que ya estas abierto a lo nuevo y el miedo al cambio no existiría. Siempre al pili-pil, que es mas nuestro, ahumado es para los noruegos.
Me alegro de que de gustase la historia.
A SM.
Tienes razón, pero lo más complejo que me ha tocado a mi vivir, fue el hecho de dar coaching a alguien que está a gusto en su «marco», aún reconociendo que podría mejorar. Ahí ya empezaba el miedo al cambio, por el miedo a poder empeorar su situación. El sacrificio de mejora era nulo.
Ojala llegue algún dia en que cualquier persona acuda a un coach al igual que se acercan a la consulta de un psicólogo. Creo que falta mucho para ello, pero…..
A Suki.
Buenas ante todo. Gracias por tu opinión y te ardezco que me incluyas en tus visitas. Con tu permiso, te incluyo en mi lista de enlaces si te parece bien.
La metáfora o el mensaje de la historia es muy adecuada y facil de entender, por eso es que siempre me ha encantado.
Un saludo
jeje me ha encantado la historia, tampoco la conocía.
al final lo importante en todos los ambitos de la vida, personal, profesional,… es el cristal con que se mira. Una actitud positiva ante las distintas situaciones que se plantean es la clave del exito y la felicidad (bajo mi punto de vista, claro).
En eso tienes razón Carmen.
Lo importante es que la gente este dispuesta a asimilar esta situación y esté en posición de abrir su mente a todas las posibles sin limitarse de antemano.