Recientemente el periódico La Voz de Galicia me ha realizado una entrevista con la idea de publicar un artículo acerca del coaching y su adecuación a la vida diaria. Trataba sobre la posibilidad de que cualquier tipo de persona pueda recibir sesiones de coaching.
¡Cuántas veces he pensado en una definición sencilla de lo que es el coaching!
Pues este fue otro vez esa situación. Me acordé de la historia que un coach amigo me contó: «El coaching es enseñar a alguien a comerse un elefante» . Me imagino que más de uno de vosotros conoce la historia, sino dejármelo en los comentarios de este post que encantado os la cuento.
Es una forma muy gráfica de definir lo que es el coaching. Pero hoy me he encontrado en la red una definición de coaching que también me ha parecido la mar de gráfica: «Un proceso de coaching es como la construcción de un puente», que aparece en el Blog de Ruben Turienzo «Th!nk and co.»
“Lo primero, es conocer y analizar las necesidades y el objetivo”
A la hora de construir un puente lo primero que necesitamos es saber realmente las carencias de la zona para trazar el objetivo eficazmente. En general se hacen estudios de tráfico, se analizan las necesidades de los usuarios futuros y se determina la nueva vía a diseñar. En los casos en los que la vía tenga que atravesar relieves abruptos u orografía complicada, se plantea la posibilidad de flanquear estos “obstáculos” por medio de un puente, y así se determina la ubicación del mismo.
Cuántos procesos de coaching no habrán conseguido desarrollarse por no tener en cuenta esto mismo, pensé. En el arte del coaching es imprescindible el ojo clínico del buen profesional para separar realmente las creencias del cliente y conseguir dibujar un mapa mental de la situación aséptico. Debemos darnos cuenta de cuál es la necesidad de la empresa y de la persona, para fundamentalmente visualizar junto con nuestro coachee un objetivo específico, medible, concertado, realista y planeado por etapas. No debemos tener prisa en plantear o descubrir un objetivo. No nos sirve cualquier meta, el tiempo de nuestros clientes es muy valioso, pero más lo es el conseguir un desarrollo y unos resultados perdurables en el tiempo para él. Esto sólo lo conseguiremos cuando encontremos el verdadero objetivo.
“El estudio de la situación es el siguiente paso”
Puedes diseñar el puente más bonito del mundo, pero si no se tiene en cuenta la situación en la que irá comprendido seguramente no cumpliría con la mayor eficacia algunas de las funciones de su concepción. Pero no sólo en lo que al terreno se refiere. El estudio del terreno determina, fundamentalmente, la tipología de la cimentación a adoptar, pero no tanto la estructura en sí. Para determinar la tipología de puente que resulta idónea en el entorno, también influye la ubicación del mismo, si es metropolitano o no, y la longitud del vano a salvar, si es muy grande se recurre a puentes atirantados, colgados o puentes-arco como el premiado de esta noche, que son los denominados puentes de grandes luces.
También tienes que decidir en cuántos tramos divides la longitud total: a mayor número de tramos el cálculo del puente es más sencillo y la estructura del tablero, por donde pasan los coches, más barata, pero interfieres más en el entorno y puede resultar reñido con el fondo estético…
Realmente aquí es donde las similitudes entre el proceso de coaching y la construcción del puente son más evidentes. Una vez visualizado el objetivo debemos conocer qué y lógicamente quién va a sustentar nuestro proceso. Qué habilidades tiene, cuáles son sus puntos fuertes en los que nos apoyaremos. Y si, como en el terreno para nuestro puente, localizamos movimientos de tierras o estratos geológicos de reducida capacidad portante, tendremos que diseñar una buena cimentación profunda que alcance un estrato de mayor competencia.
«Es básico que el proceso sea consistente y que sus cimientos sean sólidos y perpetuos»
En cuanto a la distancia de vano a salvar, debemos ser realistas. Nuestro cliente necesitará un proceso personalizado, pues no todo el mundo está preparado para conseguir un mismo objetivo en el mismo tiempo. A unas personas les parecerá un gran abismo la distancia que les separa de su objetivo y otras sin embargo creerán que lo tienen al alcance de sus manos. Nuestra contribución como observadores basa su excelencia en conseguir que tomen conciencia de la distancia real y motivarles para que entiendan que no hay ninguna distancia insalvable. Todo depende del puente que consigamos construir.
Por último, los tramos. Evidentemente, el objetivo final es nuestra meta a alcanzar, pero nos será imposible alcanzarlo de una vez. Deberemos diseñar las que serán nuestras metas de desempeño, es decir, las pequeñas metas que nos harán conquistar nuestra meta final u objetivo.
“Tras la recopilación de información es hora de pasar a la acción”
En cuanto a los pasos a seguir en la construcción propiamente dicha, una vez confeccionado el proyecto, con sus planos y sus cálculos correspondientes, se podrían resumir en dos grandes apartados, la subestructura y la superestructura.
La subestructura está compuesta por la cimentación y las pilas. Las pilas son las columnas que sustentan el tablero. Transmiten las cargas al terreno por medio de la cimentación. Se trata de elementos que siempre quedan por debajo del tablero, pero son fundamentales porque resultan la interfase entre la naturaleza y la mano del hombre.
La superestructura se compone del tablero y del resto de elementos estructurales situados por encima de la cota de rasante, como los arcos, los tirantes o las péndolas.
La subestructura del coaching sería nuestro plan de acción y las pilas, nuestras metas de desempeño. Éstas deben ser diseñadas por el cliente y cimentadas por el coach. Deben ser respetuosas con el medio ambiente, pero sobre todo, deben ser eficaces y desempeñadas en su totalidad. ¿Imaginas que pasaría si una pila se construyese a medias? ¿Y si la cimentación de un puente no se realizara en condiciones por falta de tiempo o de compromiso por ambas partes?. Nunca hay que subestimar la importancia de lo que no se ve.
Nuestra superestructura se basa en el apoyo, y la motivación. Seremos el catalizador que haga avanzar el estado de las obras, de tal forma que el horizonte se vea modificado por la creación de la nueva infraestructura. Y la labor del ingeniero no termina el día de la inauguración de la obra.
Las labores de mantenimiento también resultan cruciales para hacer perdurar la vida útil del puente. Debemos observar cualquier posible patología, estructural o funcional, y subsanarla a tiempo. La figura del coach, del mismo modo, se compromete a ilusionar al cliente y llenarle de confianza para que su camino esté bien iluminado y no dude en llegar al otro lado.
Si somos capaces de crear unas buenas y sólidas pilas o metas de desempeño, estas soportarán el peso de nuestro proceso y nuestro cliente podrá avanzar sin problemas hasta llegar a su objetivo.
«Nunca lo olvides, él es el que construye su puente. Él es quien consigue los resultados. Nosotros sólo somos facilitadores. No intentes ser un coach-estrella. Por muchas canas que peines o por muchos clientes que hayan pasado por tus manos. La única estrella del proceso es tu cliente y se merece que tengamos a su servicio todo nuestro potencial y habilidades.
La función del coach ya va mucho más allá de la de asistir a la persona o empleado a lograr resultados palpables….Ahora el verdadero resultado del coach se ve en los resultados de las personas como entes activos laboralmente hablando y en función de su actitud positiva. Para eso el coach utilizará una buena combinación de lenguaje verbal y corporal, sabiendo que la buena comunicación entre coach y empleado es fundamental para la efectividad en conseguir los logros de la persona.
Bueno, realmente esa siempre fue su función. No hay una posible asistencia o acompañamiento posible sin que el coachee desee el cambio y sin que se establezca un compromiso palpable entre ambos actores.
Gracias José Luis por referenciar este artículo que espero que ayude a descubrir nuevas fórmulas para explicar y hacer visible esta fabulosa profesión de la que algunos vivimos y con la que nos sentimos orgullosos.
Felicidades por tus éxitos. Seguro que llegarán más.
En ese sentido creo yo que peca un poco de falta de eso el ejemplo del post: «en el concepto de actividad o de ente activo». El coach, independientemente de su planning de trabajo en funcion del cliente o coachee, tiene que ser activo y adaptarse a las variaciones que vaya experimentando este último, utilizando como bien dices todas las armas comunicativas posibles. No se puede limitar a trazar un plan de cocah inicial para «x» tiempo y realizarlo, sino que como entes activos el coach y el coachee interrlacionan y modifican los planes inicialmente trazados.
Encantado y gracias a ti Ruben por dejarme referenciar tu artículo. Esperemos que sirva para que la gente se conciencie y se acerque más al concepto de coaching que el que tiene ahora.
Un saludo y gracias.
Hola José Luis, acabo de descubrir tu blog y me a hechizado. Gracias por hacerlo una realidad.
Sobre la historia del elefante, siento una curiosidad tremenda por conocerla. Espero me la puedas contar.
Saludos afectuosos,
Alejandro Ruiz
Buenas amigo Alejandro.
Me han agradado las palabras de tu comentario anterior mucho, porque en definitiva, a los que nos gustan los blogs y el factor humano, lo que nos anima más es el hecho de que a los visitantes os guste. Eso nos motiva para continuar día a día.
Espero seguir poniendo un granito de arena que te sirva para entretenerte aunque sean unos minutillos al dia.
Y en breves días te pondré la historia del elefante, te lo prometo.
Un buerte abrazo amigo.
José Luis del Campo
Gracias por la definción tan sencilla y amplia al mismo tiempo. Me ayuda a tener una visión más consciente, realista. gracias
Buenas Lola.
Nada que agradecer. Para mi es un placer, y sobre todo el hecho de que se pueda percibir sin mucho’lio’ algo que para muchos es como el ‘oscurantismo’ cuando realmente es una cosa muy sencilla.
Un saludo