Atención significa ser consciente del grado de importancia de lo que estamos haciendo en cada momento, de lo que merece y de lo que no merece la pena que gastemos nuestras energías en ello.
Atención para darnos cuenta que hace un excelente día, para disfrutar de las pequeñas cosas, porque es en las pequeñas cosas donde encontramos un profundo bienestar y satisfacción. Pequeños placeres a los que no prestamos muchas veces atención, dejando de disfrutar el momento: el placer de una buena comida, de una bebida, de una canción, un paseo por el campo, una buena conversación, una lectura interesante, el olor de la leña en la chimenea; y miles de ellos más, cada persona añadiría los suyos, porque los pequeños placeres son personales y unicos.
Pequeños placeres que podemos disfrutar en el momento en que se producen si prestamos atención.
Lamentablemente en multitud de ocasiones comemos sin paladear, bebemos sin saborear, escuchamos sin oír y perdemos así esos pequeños placeres, esos momentos de satisfacción que cuando se pierden ya no es posible recuperar.
Atención para percibir que estamos contentos y gratificarnos con ese estado, o para darnos cuenta que estamos tristes buscando entonces la manera de cambiar el sentimiento de tristeza por otro más positivo.
Todo eso está a nuestro alcance si cultivamos nuestra atención.
La vida de hecho es sencilla, aunque nosotros hemos terminado por complicada. Quizá como seres humanos nos devanamos los sesos tratando de buscar la manera de aumentar nuestra calidad de vida sin darnos cuenta de que no hace falta buscar muy lejos para encontrar la respuesta, porque está en el interior de cada uno.
Tenemos que volver a aprender a disfrutar de los pequeños momentos en lugar de buscar grandes soluciones; y realmente es volver a aprender, volver a aprender algo que hemos olvidado, porque hace tiempo, cuando éramos niños, disfrutábamos de cada momento, de las pequeñas cosas, pero luego con el paso de los años nos fuimos introduciendo poco a poco en el ritmo que la vida impone y olvidamos aquello que inconscientemente sabíamos y practicábamos. Debemos recuperar todo eso.
Un niño cuando juega está atento a lo que hace y disfruta con lo que está haciendo en cada momento. Toda su atención está puesta en el instante que vive; y cuando cambia de actividad su atención pasa a otra esfera, que toma en ese momento lugar prioritario. Los niños están siempre predispuestos de manera constante a ser dichosos; así es cómo venimos al mundo, dispuestos a disfrutar, a reír, a ser felices. Debiéramos ser como los niños, porque ellos saben perfectamente como disfrutar cada momento.
Pero claro eso no es posible, nos diremos, tenemos obligaciones que los niños no tienen. Hay que trabajar y cubrir nuestras responsabilidades como adultos. ¿ Pero acaso impide eso que disfrutemos de las pequeñas cosas?
Un lugar para cada cosa y cada cosa en su momento, puede ser la reflexión más encaminada para hacernos felices. De todas las actividades se pueden sacar consecuencias positivas y agradables si buscamos bien. Y para ello hay una cosa que se torna fundamental: atención.
Una buena forma de desarrollar la atención es habituarnos a su uso. Una vez que nos habituamos a estar atentos lo convertimos en una rutina automática y aquello que antes se hacía difícil se vuelve simple al convertirse en hábito.
Y no olvidemos la necesidad de dirigir la atención hacia uno mismo, porque el interior también es importante. Tener conciencia de sí mismo permite percibir lo que en cada momento hacemos y si nos resulta o no agradable, permite discernir entre las cosas que merecen y las que no merecen la pena y de esa manera podemos hacernos una idea clara de hacia donde vamos en cada momento, sabiendo que allí donde nos dirigimos es precisamente el lugar al que queremos realmente ir. Se trata simplemente de constituirse en los dueños de nuestro propio destino, en lugar de ir a la deriva.
Tras esta reflexion, aunque sea un vicio malo, voy a disfrutar un momento del olor a tabaco fumandome un pitillo.
Así es, amigo José Luis: la extrema belleza escondida tras la aparente simpleza del día a día, cuando esta se engalana con la hermosura del esfuerzo añadido a la perfecta ejecución de nuestros diarios quehaceres.
Y cada día se convierte, de esta manera, en un divino regalo a nuestra vida.
Si señor amigo Pedro, casi siempre la felicidad se esconde tras las pequeñas cosas, lo que ocurre es que estamos tan ocupados en conseguir las grandes, que nos olvidamos de lo importante.
Cuando cada dia que pasa valoramos lo que tenemos, hacemos o con quien estamos, no es un dia que pasa, sino que es un dia para recordar.
Cuando no nos fijamos en las perqueñas cosas y en las emociones que de ellas se desprende, es cuando podemos decir que hemos llegado al punto de que ya estamos «globalizados», mejor dicho «fagotizados» por el entorno.
Un abrazo amigo
Lo mejor es que poner atención no sólo nos hace disfrutar de nuestros sentidos sino que también nos ayuda a prevenir eventos negativos, a mejorar nuestra capacidad de asociación exterior y a agilizar nuestra reacciones. Aplicado al ámbito laboral, y como ejemplo: en una entrevista de trabajo, si ponemos atención, podemos ver y percibir muchas cosas de las que imaginamos con sólo poner un poco de atención, por lo que sus aplicaciones son muy variadas.
SM
Tienes razon, en todo momento hay que plantearse el «con calma», prestar atencion a lo que nos rodea. Sencillamente veremos cosas que no pensabamos que estaban ahi. Lo complicado de estos tiempos y de este siglo es que el entorno nos supera, andamos a «cien» y al final, la atencion es minima.
Un saludo amigo
En Colombia hay un canta-autor llamado Juanes, que seguro conoceis en España. Su último disco es, «la vida es un ratico». Y es verdad, todo pasa tan rápido que a veces ni podemos vivir lo que serán nuestros recuerdos en la vejez. Mas aún cuando se vive en caos continuo como en mi país, el tiempo se pasa más rápido. No debemos dejar que nos roben el tiempo. Es lo único que realmente nos pertenece, junto con los recuerdos. Atención, es una palabra clave
Alberto
Buenas Alberto.
Tienes razon, el tiempo y sobre todo como lo llevemos es «nuestro», de lo poco diria yo que podemos controlar. Fijarse en las pequenas cosas es lo unico que nos queda tras el mundo convulso en el que nos encontramos.
Un saludo
José Luís,
me ha gustado mucho el post.
Es importante, como señala el anuncio de Coca-Cola, que lo único que tiene la vida es que es corta y debemos buscar lo que nos haga felices.
En esa búsqueda juega un papel importante la atención que le prestemos a las cosas que hacemos, que vemos, que sentimos y sólo aprendemos más si, como bien dices, hacemos como los niños.
Un saludo.
Qué razón tienes amigo José Luis!,
Me ha gustado muchísimo el post. Estaba leyéndolo y enseguida he recordado la pelicula «Amélie». Me marcó mucho la importancia que le daba el gusto por los pequeños placeres, como meter la mano en un saco lleno de guisantes…
Salu2
Buenas Alfredus.
Grasica por tus palabras.
Aunque nos quede lejos, esta claro que los niños son muchas veces el ejemplo a seguir: disfrutan de momento como si fuese el ultimo y onen los 5 sentidos y toda su atencion en lo que hacen. Cada vez que veo a mi hija de 2 años y medio me doy cuenta de ello y que es algo que el dia a dia nos ha hecho perder.
Ya no valoramos las pequenas cosas, y es una pena, pero la vida es asi. Lo buen es pararse de vez en cuando y quedarse a observar las cosas, por lo menos algo si que ganaremos en esos momentos: «paz y tranquilidad» y la «verdadera felicidad».
Un saludo
Buenas Patricia.
Gracias por tus palabras.
Tienes razon, has buscado un ejemplo encantador, diria que divino, con esta pelicula: el placer de las pequenas cosas elevado a la maxmima expresion visual.
Cuando uno pierde estas cosas, es cuando se puede decir que cosas conseguiras, pero ya no la plena felicidad. Los momentos es al final lo que uno recuerda. Si es asi, que sean los momentos felices.
Un saludo amiga
Hola a todos:
Estoy de acuerdo con las magnificas palabras de José Luis y el resto.La atención nos hace cambiar el enfoque de las cosas pues con ella logramos percibr y percatarnos de mucho de lo que sucede a nuestro alrededor que de otra forma pasaria de largo inadvertido. Las pequeñas cosas son importantes las más importantes quizás. Pero pensar con esa atención discriminativa en los demás también. Que qiiero decir con eso? Pues que hay gente ,(animales incluso, pues yo los considero seres sintientes como a los humanos) a nuestro alrededor que lo esta pasando mal, solo hace falta mirar y estar atento para verlo(sino quieres no ves nada..). Así pués las pequeñas cosas también son para mi intentar ayudar a quien tenga cerca si esta en mi mano hacerlo. Quizás parezca ingenuo pero eso a mi personalmete me hace bastante feliz. La felicidad en realidad no se bien lo que es, pequeños momentos supongo aunque también es ser consciente de lo que se es, ya que hay cosas inevitables en esta vida comunes a todos nosotros como hacerse mayor, envejecer, ponerse enfermo y morir. Para mi esto no es ser una pesimista-ceniza,( como hay gente que me dice) sino ser consciente aún más de lo efímero de la vida y de que no se puede cambiar nada sino empezamos cambiando nosotros y nuestro entorno más próximo. Bueno es un pelín largo y aqui lo dejo . Un abrazo.
Rita
Buenas amiga Rita.
Tienes mucha razon, las pequeñas cosas suelen ser las mas importantes al final. Lo que pasa es que el estres, el estilo de vida, el entorno y la sociedad en general nos ha deformado esta visión, o mejor dicho la posibilidad de ver las cosas. No hay tiempo para prestar atención. Como me gusta decir a mi, «el presntre fue ayer y el futuro es hoy», no hay tiempo para nada. Si embargo, si te paras a pensar en algun momento, nos podemos dar cuenta de lo que nos hemos perdido y eso no tendrá vuelta atras.
Un beso