Evolución de los departamentos de RRHH
Hoy, volviendo a mis costumbres de antaño, os traigo un caso verídico del que he tenido noticia recientemente. Sabéis que no soy dado a las exageraciones, pero creo que este es el caso más plausible de cómo NO HAN EVOLUCIONADO los departamentos de RRHH en este país.
Y la persona que me lo ha contado me merece el mayor de los respetos, además de que yo conozco a la ‘otra parte contratante’ de la historia y puedo asegurar que es tal cual se cuenta a continuación.
Evolución de los departamentos de RRHH
Una gran empresa española, multinacional mundial en su sector antes de la crisis, era realmente un ejemplo de esclavitud: imposición de horarios ‘a destajo’, imposición obligatoria de horas extras no remuneradas, doblar turnos sin previo aviso a los trabajadores, más de 15 días de baja era causa de despido,…, o sea, una joya de empresa. Pero claro, era una multinacional, ejemplo a seguir por los grandes empresarios españoles.
Curiosamente, el jefe del departamento de RRHH, era el principal instigador de este sistema esclavista de trabajo. También curiosamente, yo lo conozco en persona ya que en el año 2001 me ofreció un puesto en su departamento que decliné amablemente porque esa política de trabajo no iba conmigo. Se encargó durante la entrevista de dejarme claro que todo lo dicho anteriormente era verdad.
Con la llegada de la crisis, esta empresa vio la oportunidad de meterle un gol a unos inversores extranjeros y así hicieron. Vendieron la empresa los accionistas a unos terceros, pero en la sombra comenzaron a montar otra empresa que se dedicase a lo mismo. Los que adquirieron la empresa al cabo de 5 años se habían arruinado y cerraron mientras que los que la vendieron, levantaron otro pequeño imperio aprovechándose de los contactos que tenían de la primera empresa y ‘jugando sucio’.
Todo esto, bajo el mandato de este personaje en cuestión que dirigía el departamento de RRHH.
Con la llegada de la crisis y su ahondamiento, la nueva empresa tenía un campo abonado para poner más medidas rígidas aun en el tema de las condiciones laborales: menos sueldos, más horas extras no remuneradas,….
Pues lo ocurrido hace poco más de un mes fue que un candidato realizó la entrevista para entrar en esta empresa con este personajillo responsable de RRHH. Le dio el visto bueno y le mandó pasar la revisión médica. Cuando llegó el informe médico, llamaron al candidato, le pusieron en la mesa los papeles del contrato y los firmó, siendo la incorporación a la empresa dos días más tarde.
El pobre incauto del candidato tuvo que hacer una pregunta al responsable de RRHH inadecuada: ¿Y cual es mi horario? El responsable de RRHH se le quedó mirando, recogió los papeles firmados, los juntó con el informe médico y los metió en una carpetilla que metió en un cajón y le respondió: ‘Usted no da el perfil para esta empresa’. Le despidió educadamente y le invitó a irse.
Este es el más claro ejemplo de la GRAN EVOLUCIÓN DE LOS DEPARTAMENTOS DE RRHH en este país que, como se puede apreciar, tras la reforma laboral han visto como su cometido está más sobre ojo que nunca (sarcasmo).
¿Alguien se cree que esto no pasa en muchas empresas en España todos los días?
Y demasiadas veces que pasa… Y así nos va…
Tranquilo amigo, que luego sale el ‘bobón’ como hoy, diciendo que la crisis ya se ha superado….. Pena de guillotinas 🙁
Pues nada, José Luis
Historias como estas a montones y por todos lados, desde las empresas más grandes hasta las chiquiticas que creen que por imitar las tortas que ponen las grandes, ya pueden llamarse así mismas «empresas de vanguardia»
Lamentablemente no se le puede quitar el espíritu explotador a los encargados de contratar personal en las empresas. Es como si se hubiesen olvidado de que ellos, en algún momento de sus vidas, también estuvieron sentados en la silla del candidato.
Quizás ese sea el problema.
Buenos días amigo Joel. Apuntas bien al detalle de la falta de empatía. Los españoles, además de la envidia y de que somos amigos de prejuzgar, tenemos entre otros defectillos el olvidarnos enseguida de donde venimos, perdiendo por completo la falta de empatía con el prójimo. Así nos va luego. 🙁