El objeto de esta misiva es la de reivindicar una generación.
La de todos aquellos que nacimos entre los 70 y 90 (un par de años arriba, años abajo), la de los que estamos trabajando de algo que nuestros padres ni podían soñar, la de los que vemos que el piso que compraron nuestros padres ahora vale 20 o 30 veces más, la de los que estaremos pagando nuestra vivienda hasta los ¡60 años!.
Nosotros, no estuvimos en la Guerra Civil, ni en mayo del 68, ni corrimos delante de los grises, no votamos la Constitución y nuestra memoria histórica comienza con las olimpiadas del ’92.
Por no vivir activamente la Transición se nos dice que no tenemos ideales y eso que sabemos de política más que nuestros padres y de lo que nunca sabrán nuestros hermanos pequeños y descendientes.
Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma, el rescate o el bote bote y, a la vez, somos la primera que hemos jugado a videojuegos. Hemos ido a parques de atracciones o visto dibujos animados en color. Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos (y seguimos oyendo) que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después de nosotros sí lo tienen realmente y nadie se lo dice.
Se nos ha etiquetado de generación X y tuvimos que tragarnos ‘bodrios’ como: Reality Bites, Melrose place o Sensación de vivir, que te gustaron en su momento, pero… vuélvelas a ver, verás que chasco.
Somos la generación de Compañeros, de Al salir de clase…Lloramos con la muerte de Chanquete, con la madre de Marco que no aparecía, con la mala leche de la Señorita Rottenmayer.
Somos una generación que hemos visto a Maradona hacer campaña contra la droga, que durante un tiempo tuvimos al baloncesto como el primero de los deportes (Gracias Chicho!).
Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante y con la costura torcida; nos pusimos bombers sin miedo a parecer skin heads. Nuestro primer chándal era azul marino con franjas blancas en la manga y nuestras primeras zapatillas de marca las tuvimos pasados los 10 años (Esas J’hayber!).
Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso. Fuimos los últimos en hacer BUP y COU, y los pioneros de la E.S.O. Hemos sido las cobayas en el programa educativo, somos los primeros en incorporarnos a trabajar a través de una ETT y a los que menos les cuesta tirarnos del trabajo… Siempre nos recuerdan acontecimientos de antes que naciéramos, como si no hubiéramos vivido nada histórico.
Nosotros hemos aprendido lo que era el terrorismo contando chistes de Irene Villa, vimos caer el muro de Berlín y a Boris Yeltsin borracho tocarle el culo a una secretaria; los de nuestra generación fueron a la guerra (Bosnia, etc.) cosa que nuestros padres no hicieron; gritamos OTAN no! bases fuera!, sin saber muy bien qué significaba y nos enteramos de golpe un 11 de septiembre.
Aprendimos a programar el vídeo antes que nadie, jugamos con el Spectrum, odiamos a Bill Gates, vimos los primeros móviles y creímos que Internet sería un mundo libre. Somos la generación de Espinete, Don Pimpón y Chema ‘el panadero farlopero’.
Los que recordamos a Enrique del Pozo cantando con ganas ‘abuelito dime tu…’. Los mundos de Yupi y las pesetas rubias con la cara de Franco en algunas de ellas. Nos emocionamos con Superman, ET, los Goonies o En busca del Arca Perdida. Los del bocata de chorizo y mortadela y también Phosquitos, los Tigretones eran lo mejor, aunque aquello que empezaba (algo llamado Bollycao) no estaba del todo mal.
Somos la generación del coche fantástico, Oliver y Benjí… La generación que se cansó de ver las ‘mamá chicho’. La generación a la que le entra la risa floja cada vez que tratan de vendernos que España es favorita para un mundial. La última generación que veía a su padre poner la baca del coche llena de maletas para ir de vacaciones.
La última generación de las litronas y los porros, y qué narices, la última generación cuerda que ha habido.
La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir a nuestra infancia!!!!
Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos en la España de antes: Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad traseros, sin sillitas especiales y sin air-bags, hacíamos viajes de más de 3h sin descanso con cinco personas apretujadas en el coche y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas con protecciones, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños. Andábamos en bicicleta sin casco, ni protectores para rodillas ni codos. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y solo volvíamos cuando se encendían las luces. No había móviles. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerras de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con mercromina (roja) y unos puntos y al día siguiente todos contentos. Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila que, rara vez, tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ruedas!!! Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto. Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando. Compartimos botellas de refrescos y nadie se contagio de nada. Sólo nos contagiábamos los piojos en el cole. Cosa que nuestras madres arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente (o los más afortunados con Orión). Y ligábamos con los niñ@s jugando a beso, verdad y atrevimiento o al conejo de la suerte, no en un Chat.
Éramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las consecuencias. Sabias que se rifaba una bofetada si vacilabas a un mayor. No había nadie para resolver eso. La idea de un padre protegiéndonos, si trasgredíamos alguna ley, era inadmisible, si acaso nos soltaba un guantazo o un zapatillazo y te callabas.
Tuvimos libertad, fracaso, respeto, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.
Eres tú uno de ellos?? ¡Enhorabuena!
Mmm que buen sabor tiene este post… huele a lo que olían las cosas antes de que todo fuera de plástico y peligroso, y aunque no quiero hacer los mismos comentarios de mis padres, que antes los hicieron mis abuelos… pero si, a veces pienso si nos estaremos ablandando 😕
Ayer mismo yo hablaba de que cada época, cada persona ha vivido una vida con cosas fáciles y difíciles, todo depende de la perspectiva con que se mire. Por ejemplo, la mayor parte de nosotros vivió con dos padres en casa, hoy lo normal es vivir con acuerdos de visitas como si de una cárcel se tratara. Todo cambia, nada permanece y en realidad no creo que unos tiempos sean mejores o peores que otros, solo distintos.
En cualquier caso estoy feliz de haber vivido la generación X, tal vez si que me hubiera gustado experimentar más, vivir aun más mi generación… pero bueno, así está bien… 🙂
Un abrazo,
Fernando
Tienes razón, parecemos nuestros padres o abueletes, hablando de cosas pasadas, que en ningún momento pueden ser comparables con lo que ocurre ahora. Son simplemente distintas. Más bien creo que esta reivindiación está hecha desde la nostalgia y de una generación que ronda o pasa poco la cuarentena y se encuentra en un cruce de genraciones peligroso, ya que los cambios nos han cogido con demasiada rapidez, jejeje!!!
Un abrazo
Sólo faltó el detalle de que nosotros sabemos que España al futbol puede maracr 12 goles en un partido ,jejeje!!!
Un saludo
Una entrada buenísima. Me he sentido plenamente identificado con todo lo que dices. Yo concretamente nací en el 66 y no he tenido ningún trauma por no haber conseguido aquello que pedí insistentemente a mis padres cuando era niño o adolescente.
Creo que la sociedad actual se está volviendo gilipollas y que por ir de modernos están echando a perder a los chavales.
Más que gilipollas, yo diría que se han cambiado las prioridades de las personas y que hemos tendido a cambiar las perspectivas de ver diferentes cosas.
Más esfuerzo por conseguir lo que teníamos implicaba mayor valoración por nuestra parte. Ahors son los más jovenes los que tienen de todo sin esfuerzo ¿qué pasará a los hijos de esa generación? ¿Serán también ‘facilones’ o volverán a valorar lo de los abuelos? 😉
Un saludo
«Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma, el rescate o el bote bote»
Es cierto, que nostalgia y que pena me da leer esto.
Yo soy de los que conocio los ordenadores justo entrado en la adolescencia, pero me alegro de no haberlos conocido antes, de haber tenido una infancia como las de antes, subiendome a los arboles y jugando en la calle. Y siento pena por los chavales de ahora que se la han perdido o se la estan perdiendo.
Todavia me sorprendo cuando en algun sitio me llaman señor. No se a quien se refieren, yo no soy ningun señor, en mi interior solo soy un chaval de veintitantos… bueno, de veintidicisiete mas tres…
Jajaja!!! Yo me gusta ir a un bar a tomar el cafe cerca de casa, porque la que me lo pone me llama ‘chico’, jejeje!!! imaginate.
El Spectrum de 128 Ks marcó una generación. Pero las canicas, peonzas, el subir a casa lleno de porquería de andar por las calles, las rodilleres del futbol,…..ohh!!! que recuerdos,….
Un saludo
Pues aquí un servidor se siente especialmente representado con lo que escribes. Felicidades por el post. Creo que uno de los problemas en la actualidad es el MIEDO, así con mayúsculas. Ahora todo se hace «por si acaso», dentro de un cultura mega-preventiva. Bienvenidos sean los cinturones de seguridad (qué bueno cuando mencionas cómo viajábamos), pero por favor, no lo psicologicemos todo, dejemos que las personas experimenten y encuentren su camino.
Saludos
Bueno… me ha gustado mucho el artículo Jose Luís 🙂 Yo, al igual que la mayoría, me siento identificado con la mayoría de cosas que has dicho y, aunque no pretendo quitarte tu parte de razón, sí que quisiera matizar que a mí no me parece mal que se haya aumentado la seguridad en ciertos aspectos, aunque antes pudieramos prescindir de ciertas cosas. Si el cinturón de seguridad ahorra muertes, bienvenido sea; si una silla de protección infantil ahorra muertes o lesiones, bienvenida sea. 🙂
Pero sí te doy la razón en que en demasiadas ocasiones se nos sobreprotege, a veces contra nuestra voluntad, que es lo que más me jode, y que a causa de eso nos estamos amariconando un poco.
Tambien creo que esta opinión «nuestra» respecto de las generaciones venideras no debe ser muy diferente de la que tengan las anteriores a nosotros sobre la nuestra 😉
Salu2!!
Cierto amigo Lluis que todo cambio para bien es de agradecer.
Pero a mi modo de ver, nos hemos situado en el medio de dos generaciones extremas, la de nuestros padres y la de nuestros hijos, con lo cual somos los que más cambios debemos de experimentar en poco tiempo.
Venimos de la austeridad al despilfarro, en solo 20 años…..
Y es que los de esta generación ‘están con la Roja’, y a nosotros nos queda el recuerdo del 12-1 a Malta…. jejeje!!!
Un abrazo amigo
Yo incluso me acuerdo cuando viajabamos 6 en un ford fiesta que se calentaba y con un destornillador y un martillo se arrglaba todo. Ahora vas al taller y dejas la salud por no cuantificarlo en dinero…..
Lo cierto es que puede que seamos la generación que hemos experimentado mayor cambio en menor tiempo y estamos a caballo entre dos generaciones muy extremas.
Gracias por tus palabras.
Un saludo
Enhorabuena por tu artículo, amigo José Luis.
A mí lo de etiquetar, generación X, no me termina de convencer, pues es muy dificil delimitar esas vivencias y máxime en quién, como nosotros, ha vivido unos cambios de manera tan rápida y tan intensa.
Yo nací en 1961 y miro hacia atrás y ¡anda que no llevo historia de la buena a mis espaldas! La televisión, la televisión en color, el muro de Berlín, Juan Pablo II, ¡si hasta somos campeones de Europa! Y cuando se lo intento contar a mis hijos me ponen unas caras de bobalicones que es para echarse a llorar.
Me gusta mi generación y nunca me ha causado ningún trauma, sino todo lo contrario. Muchas gracias por recordarmelo.
Buenas amigo Pedro. Has dado con lo esencial de todo, y es el hecho de que cada uno esté a gusto en como es y en como ha sido su historia.
No podemos pretender que una generación que no ha vivido nada de lo nuestro se ponga en nuestro lugar. ¿Será mejor o peor? Creo que so el tiempo lo dirá y dará y quitará razones.
Un abrazo
Cierto amiga.
Somos una generación en cierta medida privilegiada porque pasamos de la generación de la estrechez, a la generación de disfrutar de más cosas, pero aprendiendo a valorarlas. Ahora parece imposible que un niño de 14 años no tenga un móvil.
Yo creo que nuestra generación quiere que la siguiente no pierda nada y hemos contribuido a ello a darles todas las comodidades, con lo cual no han apendido muchos a valorar lo que se tiene.
Un abrazo.
Lo que esta claro es que vamos a coincidir generaciones muy diferentes en pocos años.
Antes habria una diferencia generacional de 25-30 años. Ahora las generaciones se pude hablar por décadas. Es lo que tiene la velocidad de los cambios que tenemos ahora.
Un saludo y Feliz 2010!!
Bueno Jose Luis yo la llamo, la generación bisagra, porque puede abrir y cerrar puertas dependiendo si ha madurado bien o no. Muy bueno el post.
Generación del seat 14.30, Heidi, la selectividad, …
Generación que vivió los años posteriores al 92 de una gran tása de desempleo recién salid@s de la universidad, así que la que vivimos ahora nos resulta similar, salvando las distancias del entorno por supuesto. Vamos estar en procesos de 50 finalistas me suena, así que que se reparta suerte para el 2010 😉
un abrazote a tod@s, año arriba o abajo otra de la generación X. mari cruz
Lo que defines como bisagra amiga Cruz tienes mucha razón, somos los que aguantamos las palabras de los mayores e intentamos contener a los más jovenes.
Dificil papel nos toca. Los saltos generacionales que se han juntado en la generación X son brutales. No creo que las diferencias entre seguidas generaciones a partir de ahora vayan a ser tan abismales.
Un abrazo
Ay, qué recuerdos, amigo José Luis…
Me acuerdo perfectamente del 12-1, fíjate que aún recuerdo que al descanso sólo íbamos 3-1 (uf, imposible, pensábamos, sobre todo después del gol de churro de Malta), recuerdo quién marcó los goles, ah, eso sí que fue un partido…
Jugábamos en la calle y no pasaba nada, comíamos pastelitos y seguramente no teníamos colesterol (porque jugábamos en la calle, no a las video-consolas), por cierto, a mí el que me gustaba era el pastel de la Pantera Rosa.
Supongo que cada generación pensará de sí misma en positivo, y lo buenos que fueron, pero viendo el repaso que has hecho, no hay duda de que la nuestra es de las buenas 😉
Un abrazo
Pablo Rodríguez
Las míticas ‘Panteras rosas’, ¡¡que buenas estaban!! 😉
Efectivamente cada generación tenderá aver lo mejor de cada uno, pero lo que si esta claro es que la nuestra puede que sea la que posea un mayor salto generacional de construmbres y usos entre nuestros padres y nuestros hijos.
¿Quién juega en la calle ahora? El abricante de peonzas se ha arruinado y ahora hace PSP,….
Los tiempos han cambiado una barbaridad…
Un saludo amigo y Felices Fiestas
Nada José Luis, un lujo de post. Quizás comentar que fuimos a la «mili» cuando estaba mal visto no ir. Que nos comimos los primeros contratos basura creados por un tal González. Que fuimos de huelga a causa de la LOGSE -no sirvió de nada-. Que nos quemamos los ojos con las pantallas de fosforo verde de los ordenadores. Que disfrutamos del final de la movida. Que….. nos quiten lo bailao -que diría mi abuela-.
Felices Fiestas.
Cierto, somos de los del ‘Servicio militar obligatorio’, los de las primeras ETT´s y de todas aquellas cosas que nuestros hijos ahora creen que son del pasad ‘arcaico’, jejeje!!!
Nos ven como bichos raros cuando hablamos de estas cosas. ¡¡Ley de vida!!
Felices Fiestas amigo
Hola José Luís,
Que grandes recuerdos que no lo cambiaria por nada. Grandes tiempos aquellos que me vienen a la memoria.
Vamos que volvería a ser de la generación X si pudiese votar para elegirlo.
Saludos,
Juan
¿A qué si?. Francamente creo que nosotros disfrutáamos más bajando a jugar a la calle, que cualquier niño de hoy con el ultimo juego de la PS3 😉
Un saludo
Este post esta excelente, aunque aqui en Venezuela no vivimos exactamente las cosas que ustedes en España, nuestra infancia fue muy parecida y bueno muy distinta a la de nuestros padres y a la de nuevas generaciones…
Gracias por comentar Carmen.
Me alegro de que te haya gustado.
Muy cierto que entre diferentes generaciones hay unos ‘saltos’ enormes. Pero cierto también es que las nuevas que van viniendo si que poseen muchas mas diferencias con nosotros que las que nosoro podemos tener con nuestros padres.
Un saludo