Hoy voy a intentar enlazar dos aspectos de las relaciones humanas desde la optica personal y la de ser miembro de las organizaciones. Para ello me ha inspirado de nuevo mi amiga Begona tras una conversación virtual muy enriquecedora que hemos tenido el fin de semana. Y para poneros en situación voy a relataros una pequeña historia.
Allá por primeros de los noventa, cuando estaba comenzando mis estudios universitarios, tenia un conocido en la facultad con el que empecé a relacionarme bastante. De familia ‘bien’ como se decía antes, hoy se diría con mucho ‘Networking’, me resultaba chocante la ligereza con la que se tomaba la carrera. No es que diga que yo era el estudiante modelo, pero mis esfuerzos hacía, frente a la actictud más bien dejada de mi ‘amigo’.
En cierta ocasión teníamos un parcial, para el cual había que preparar unos 20 temas, cosa que realmente a mi me costó muchísimo esfuerzo. El día del examen nos sentamos juntos y me comentó que el había mirado sólo 5 temas, cosa que no me extrañaba. Mis palabras fueron ‘Que Dios reparta suerte‘, a lo que me contestó: ‘Eso, que Dios reparta suerte y no justicia‘ «.
Creo que esas palabras son de las que me han marcado más en mi vida y que el paso del tiempo me ha demostrado muchas veces que son realmente ciertas. Mi ‘amigo’ sacó la carrera en 10 años y yo en 5. Yo trabajé de ‘mileurista’ por toda España y el de Manager de una gran multinacional donde el quiso residir.
¿Suerte o justicia? ¿Qué preferís?
Poneros en situación. Una persona que en su vida personal ha actuado siempre de buena fe y respeto hacia los demás, que profesionalmente ha desarrollado su labor de un modo impecable, pero que por una circustancia u otra, en su vida personal siempre ha tenido problemas o en su trayectoria profesional no ha conseguyido prosperar. ¿Que diríais? ¿Qué ha tenido mala suerte o que con él se han cometido muchas injusticias?
Que levante la mano quien no conozca a alguien que sin haber hecho méritos en su vida ha llegado profesionalmente a un puesto inmerecido de reconocido prestigio. Y por otro lado, que levante la mano de nuevo, aquel que no conozca a alguien que se ha merecido mil y un reconocimientos y es la persona peor considerada de su organización.
¿Ha sido por suerte, injusticia o una mezcla de ambos?
Suerte de tener los ‘contactos’ adecuados. Suerte de estar en el momento justo y en el sitio preciso. Suerte de que ocurriese una cosa inesperada que le ha beneficiado.
Injusticia porque alguien sin los méritos que el tiene ha llegado más alto. Injusticia porque el superior jerárquico, sin saber por que razón, prefiere a otro miembro de la organización que ha hecho menos méritos. Injusticia porque la relación reconocimiento/esfuerzo se ve de distinta óptica para él que para otros miembros de la organización.
¿Vosotros creeís que una persona diligente en su trabajo, desarrollando sus tareas de modo adecuado, tarde o temprano será reconocido y alcanzará el éxito profesional? 0 por lo contrario, por mucho esfuerzo que hagas, por muy bueno que seas en lo tuyo, si no te acompaña la suerte, ¿nunca triunfarás?
Y esta vez no me vale con decir que un poco de todo.
Las preguntas que esconde este artículo son de doble posible respuesta:
¿Creéis que el esfuerzo continuado, el trabajo bien hecho, el know-how, tarde o temprano hacen que una persona llegue a un reconocimeinto personal en una organización y por lo tanto a ocupar un cargo de reconocimiento dentro de ella? ¿Si o no?
¿Creéis que es la suerte lo que influye en el reconocimiento del trabajo de una persona? ¿Si o no?
Y os voy a dar el sólo un empujón más: No hay un sólo profesional exitoso que no diga que para llegar a donde ha llegado ha realizado muchos esfuerzos, pero ¿tuvo su momento de suerte o indefectiblemente tarde o temprano el éxito le habría llegado de todas formas?
Y cómo conclusión para abrir este pequeño debate os dejo una frase que siempre me ha ‘inquietado’: ‘Unos nacen con estrella y otros nacen estrellados’.
Si naces en Kenia en un poblado masai tus probabilidades de llegar a ser un directivo de una multinacional es muy baja.
Si naces es una barrio bien de Boston, Madrid o Barcelona la probabilidad de llegar a ser un profesional con éxito es muy elevada.
¿Estamos condenados a morir cómo nacemos?
Mayoritariamente si.
Es justo. No. Es probable.
¿Cómo puedes salir de la media de donde naciste hacía arriba o hacía abajo? Con suerte o con justicia.
Pero, yo siempre he preferido apostar por esta última, la primera no la puedo controlar.
Buenas amigo Virginio.
Me ha encantado el hecho de que hayas ‘puesto el toque científico’ ya que has introducido una variable no contemplada (estádística) que es la probabilidad.
El ejemplo que tu pones a mi modo de ver, exige más de buena suerte que de justicia (suerte como sinónimo de que las probabilidades de que triunfe son muy pocas).
Básicamente podríamos decir que al éxito o al fracaso en ambos casos llevan caminos muy distitnios, en tiempo, forma y nivel de dificultades.
Pero lo último que comentas es verdad. La suerte se puede perseguir pero es incontrolable. El tema de a justicia en muchos casos también, pero el factor que cada uno pone es sustancialmente mayor.
Un saludo
Hola Jose Luis, felicidades por el post. Quizás voy a ser un poco radical. Creo que al fin y al cabo funcionamos en muchas ocasiones como castas en el terreno laboral y económico
.Me refiero a que hay gente que cuando nace tiene todas las oportunidades (dinero, redes sociales, status) y otras que tienen que labrárselas con el día a día. Lo bueno es que algunos de éstos últimos consiguen llegar arriba, pero con muchas más dificultades que los primeros.
Creo que eso es una realidad, y que aunque suene muy bien que existe «igualdad» de oportunidades…para mí no gusto no es cierto
¿Suerte o Justicia? reitero lo de las castas…
Buenas amigos y gracias.
Cierto que el tema permite ponerse radical, porque creo que es de los temas que he tratado que más gradación admite.
Lo cierto es que a mi modo de ver la justicia no siempre triunfa y además en algún momento cuando llega , ya es muy tarde para el que la espera. En eso es como la vida misma.
Lo que si que es verdad, es que la suerte es más fácil que llegue a quien se la busca, eso seguro.
Es difícil decidirse la verdad sea dicha.
Un saludo
Buenas noches Jose Luis. Creo que cada uno tenemos un momento en la vida en el que podemos brillar con luz propia.
Hay personas que nacen con estrella y todo para ellos es muy fácil. Sin ningún tipo de esfuerzo y sin saber muy bien por qué son encumbrados, pero afortunadamente son los menos.
Es posible que durante años nuestro esfuerzo no se vea reconocido, que el único que ve el trabajo realizado es uno mismo, pero de repente un golpe de suerte que no sabes como llega te impulsa y te levanta y recompensa todo ese esfuerzo realizado durante años.
En mi caso la suerte vino de una persona que creyó en mi desde el principio y yo siempre intenté no defraudarle.
Durante muchos años toque «la felicidad en el trabajo»
Luego llegan los iluminados y apagan de un plumazo la llama que durante años has alimentado.
Lástima que haya personas que no hayan encontrado aún esa mano amiga para poder demostrar el valor real que tienen. Todo el que se esfuerza debería probar eso que yo llamo «felicidad en el trabajo»
Buenas amiga Fátima.
La duda que me entra a mi es el hecho de si muchas veces cuando llega el éxito, ya es demasiado tarde para el que lo espera.
La Historia nos dice que muchos artistas recibieron el reconocimiento despues de muertos mientras que en vida pasaron 1001 penurias. ¿Fues mala suerte, fue injusticia?
Yo creo que todo influye, ¿en que proporción? Dependerán las cosas de muchos factores, pero ambas están presentes.
Un saludo
Hola, José Luis.
Interesante debate, como la mayoría, conozco buenos ejemplos de esas diversas situaciones que comentas, desde aquéllos que sin merecerlo llegan arriba, a otros que con más merecimientos están poco considerados, así como casos en los que sí hay justicia.
Para mí es una cuestión de probabilidades, si tienes contactos, como decías en el caso de tu amigo, tienes más probabilidades de llegar arriba que si no los tienes.
Y en este caso, tendrás que trabajar más duro para conseguirlo, pero eso sólo aumentará tus probabilidades de triunfar, el esfuerzo y la buena labor hará más posible que alguien las valore en su justa medida, aunque no te lo garantiza.
Un abrazo
Pablo Rodríguez
Buenas tardes, Jose Luis. Y gracias por lo que me toca:-).
Un tema controvertido y muy versátil, muy interesante y con mucho juego. Suerte o justicia?. Dependerá de tu propia experiencia.
El mundo nunca ha sido justo. Si lo fuese, no tendríamos siete octavas partes del planeta pasando hambruna y sin las necesidades básicas cubiertas. El entorno determina, y mucho, nuestras posibilidades. Como han expuesto en otros comentarios, si has nacido en un entorno favorable, la probabilidad de alcanzar el éxito laboral es mucho mayor que si perteneces a una “casta” inferior. Como me comentó alguna vez alguien, el cementerio está lleno de celebridades.
Sin embargo, para tener suerte si tienes pocas posibilidades, además, tienes que trabajártela mucho más, pues nunca llega sola, si es que algún día te llega. Siempre encontraremos una excusa en la que respaldar nuestra mala suerte, y además todas son válidas, para eludir nuestra responsabilidad y justificar la postura de no seguir dando el máximo para proteger nuestra fragilidad, o para evitar que otros se aprovechen. Y , a veces, los máximos perjudicados somos nosotros mismos, que nos acostumbramos a trabajar de un modo que no nos ayuda a evolucionar, convirtiéndonos en personas “viciadas” y estancadas, con el síndrome del perro del hortelano: ni “comemos”, ni “dejamos comer”. El esfuerzo no garantiza el éxito, pero la falta del mismo aminora las posibilidades de alcanzarlo.
Hay que ver el lado positivo. Afortunadamente, en la época y el lugar en el que privilegiadamente nos ha tocado vivir, si bien no es sencillo, nunca habíamos tenido tantas herramientas a nuestro alcance para darnos alas más allá de nuestros límites, de mejorar por nosotros mismos y de cambiar, si nuestro entorno no nos llena, nuestras “fronteras laborales” (por ejemplo, la web 2,0) ; sin dejar de tocar los piés en la tierra, hay que seguir luchando por hacernos un hueco en ese espacio llamado “suerte” a través de la única de las dos variables que, como Virgilio y otros post han comentado, depende de nosotros: la justicia.
La justicia de un modo u otro debe ser nuestro estandarte; quiero pensar que a quien no le da lo que se merece, le aporta algo positivo, como por ejemplo paz espiritual y serenidad. No dejemos que las malas rachas debiliten nuestras posibilidades. Nuestro interior puede ser nuestro mayor, o nuestro peor aliado, y está en nuestra manos hacia qué lado decantarnos, aunque me queda muy claro que no se impone en general en las organizaciones ni en muchas otras facetas de nuestra vida diaria.
Un abrazo.
Hola José Luis:
¿El mundo es justo? NO
¿El entorno condiciona? SI
¿La suerte existe? PROBABLEMENTE
Como todos, conocemos esas situaciones. Incluso en primera persona y en los dos sentidos. Llámalo suerte o habilidad de estar en el sitio adecuado en el momento adecuado, pero es posible que nosotros mismos hayamos sido promocionados (habiendo alguién mejor) lo que no es justo y viceversa.
Hablabas de éxito profesional. Es posible que una persona no lo tenga después de haber trabajado bien y diligentemente, pero si ha conseguido el éxito personal creo que el profesional le da lo mismo.
En fin, que me lio, y esto da para mucho.
Un abrazo
Buenas amigo.
Me quedo con lo último ‘No se garantiza’. Lo que si garantiza el éxito son los buenos contactos.
Yo creo que el esfuerzo es necesario en todas las facetas de la vida pero sin la dosis necesaria de suerte, la cosa es muy difícil.
Un saludo
Buenas Begoña.
Tocas un tema muy curioso, que es el concepto personal de justicia, y por ahi empiezan los problemas. ¿Entendemos todos lo mismo por justicia?
Habrá para quien el concepto de justicia difiera de otros, por lo tanto, la justica es un valor muy subjetivo y peligroso de calibrar.
La suerte, entendida por los contactos es algo más concreto, o se tienen o no se tienen.
Aún así no pierdo nunca a esperanza de que la justicia mande sobre la suerte.
Lo que si es verdad es que depende de nuestra experiencia personal previa.
Un fuerte abrazo amiga
Jajaja!!! que no te lias. te entiendo perfectamente.
El éxito profesional y el reconocimiento es fruto de muchas cosas, entre ellas la suerte, pero el éxuto personal, entendido como estara a gusto con uno mismo no es fruto de la suerte, sino del esfuerzo que hagamos.
Puede que no vayan parejos y ahí es donde creo yo que entra a jugar mucho la suerte.
La verdad es que esta pregunta da mucho juego 😉
Un saludo amigo
Hola José Luís,
Interesante tema.
Esta claro que depende nuestra vida mucho del círculo en que nazcamos y con el que nos relacionemos. Pienso que la suerte influye más que la justicia. Porque la vida no es justa porque no todo el mundo con valía y talento llega donde se merece por mucho esfuerzo que ponga.
Debemos aprender a disfrutar de los pequeños éxitos de la vida porque otros mucho reconocimientos no dependen de uno ni de lo que hace sino de quien es.
Saludos,
Juan
La referencia que haces amigo Juan a los factores externos es muy importante.
El reconocimiento externo y la justicia que la acompaña, ya no depende sólo de uno, por lo tanto es dificil conjugar justicai y exito (reconocimiento) como no tengas suerte.
Por lo tanto, sin suerte poco hacemos, Aunque sea poca la suerte, pero que sea en el momento justo 😉
Un saludo
Hola José Luis:
Desde mi punto de vista y si has nacido en este rincón del mundo (porque hay muchos universos en este planeta) es que en el corto plazo predomina la suerte y a más largo plazo la justicia o, por llamarlo de otra forma, el sentido común.
Una vez uno de mis clientes, gallego por cierto como tú y de una empresa gallega, me dijo: cuando voy a contratar a alguien lo último que le pregunto es si tiene suerte, Y si me dice que sí, le contrato.
Por otra parte, el hall de la fama de la casta empresarial está llena de efigies de empresarios modelos que empezaron teniendo suerte y acabaron recibiendo justamente el reconocimiento. Uno de ellos fue tu paisano Amancio Ortega que, sea dicho de paso, en sus inicios no hizo nada más que muchos otros pero que salió adelante porque tuvo suerte y la suerte de rodearse de personas de mucha valía que vieron en él algo.
Concluyo. Aquí donde vivimos, además de ser bueno en lo que haces hay que tener reiteradamente suerte para que al final se haga justicia. Tu amigo de la uni no es que tuviera suerte, es que tenía contactos y ni siquiera precisaba ser bueno.
Un abrazo.
Buenas Pepe.
Será un circulo. Cada vez estoy convencido de ello. Una vez dijo alguien (prometo encontrar la cita exacta? ‘que el talento era más habitual que la sal común, y que el éxito dependía de algo más’. Me imagino que algo sería la suerte, pero parte de la idea de que hay talento.
Por lo tanto, la suerte suele acompañar a los personajes talentosos. O como se podria decir más vulgarmente, la suerte hay que buscarla.
Un saludo